ECONOMÍA – Mujeres y pandemia: el impacto en la vida laboral y hogareña, ¿cómo retomar la equidad de género?

0
1378
El covid impactó en las diversas actividades económicas, pero por qué las mujeres sintieron más ese efecto que abre interrogantes de cara al futuro.
 

La pandemia parece haber puesto trabas en el camino de las mujeres hacia una mayor equidad en los distintos planos de su vida. Los esfuerzos por reducir la brecha salarial, por acceder a cargos de decisión, por compatibilizar mejor la vida laboral de la personal fueron afectados en 2020. Y esto puede observarse desde diversas aristas.

Estudios públicos y privados pusieron el foco en cómo se modificó el esquema de ingresos de las mujeres en la Argentina en el año que se fue al igual que la mayor responsabilidad en las tareas de cuidado. Si bien hay cientos de miles de hogares donde las responsabilidades domésticas pudieron compartirse entre los integrantes, lo cierto es que los números muestran que todavía hay mucho camino por recorrer en materia de equidad.

Una foto es la que arroja lo sucedido en el Gran Buenos Aires: allí, la distribución de las tareas y el apoyo escolar recayó en el 74,2% de las mujeres, es decir, que tres de cada cuatro hogares de una de las zonas más populosas del país estuvieron comandados por mujeres, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

El teletrabajo también puso en evidencia la cantidad de actividades que retomó la mujer en pandemia

El mismo informe arrojó que, a la hora de discriminar entre ambas responsabilidades, dos de cada tres hogares de la provincia de Buenos Aires tuvieron a las mujeres a cargo de las tareas domésticas y que siete de cada 10 hogares se apoyaron en ellas para las tareas de cuidado.

Esto convivió, a su vez, con los trabajos que las mujeres venían desempeñando y que debían hacer coexistir con lo que ocurría puertas adentro del hogar. Esta situación no sólo está generando consecuencias en la actualidad sino que se mantendrán en el mediano y largo plazo.

Los trabajos de las mujeres

Mientras el informe del INDEC puso el acento en que creció la participación de los ingresos informales en los hogares como también que las mujeres recibieron la mayor proporción en las ayudas sociales implementadas por el Gobierno, un reporte de Manpower destacó que las mujeres son mayoría en los empleos que más impacto recibieron por el covid-19.

Las mujeres forman parte del 59% de la fuerza laboral en servicios de alojamiento (hoteles) y alimentación, el 54% de los servicios de administración y negocios, y el 63% de las funciones adminsitrativas de los sectores del arte y del entretenimiento, indicó el informe de la consultora en base a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A estos datos podrían sumarse los del Economía Feminita que recuerda que el 97% del servicio doméstico lo realizan mujeres –sin dudas la actividad que más se contrajo en 2020-, mientras el 71% de quienes se dedican a la enseñanza también lo son, al igual que en el 68,8% de los casos de los servicios de salud.

La imposibilidad de moverse libremente, especialmente durante los primeros meses de las restricciones sanitarias por la pandemia, obligaron a cientos de miles de mujeres a rebuscárselas de otra manera.

Así, el INDEC destacó que durante la pandemia se registraron cambios en la composición de ingresos de la población en general pero entre las mujeres en particular.

Hubo ingresos que crecieron en los hogares, claro que sí. Pero se trata de ingresos obtenidos por fuentes informales o por transferencia de beneficios de parte del Estado.

El servicio doméstico fue el trabajo que más cayó en pandemia y que afectó, básicamente, a mujeres

De hecho, los ingresos no laborales crecieron 4 puntos porcentuales entre el tercer trimestre de 2019 y el mismo periodo de 2020. Mientras en el primero, los ingresos no laborales, provenientes básicamente de transferencias  del Estado, tenían una participación de 27,3% sobrel el total de lo percibido, ese índice subió hasta al 31,3% al cierre de septiembre de 2020.

El informe oficial apuntó, sin embargo, que el cambio en la composición de los ingresos individuales cambió para ambos sexos durante la pandemia. No obstante, subrayó que en el caso de las mujeres esa suba de ingresos no laborales creció más de 14 puntos porcentuales en los quintiles más bajos, es decir, en los de menores ingresos. Mientras al tercer trimestre de 2019, el 11,2% de las mujeres mayores de 14 años percibía transferencias por la vía de los subsidios u otro tipo de ayuda social, ese nivel alcanzó al 20% de manera interanual.

Por fuera de las estadísticas, también se detectó una búsqueda de generar nuevos ingresos básicamente a través de vía informales. Una muestra de esta situación pudo advertirse cuando, en la segunda mitad del año pasado, comenzaron a activarse nuevamente ferias informales en donde las personas trataban de generar ventas de algún modo. Aunque sin contar con cifras precisas, muchas de las mujeres que tenían concentrados sus ingresos en el servicio doméstico debieron volcarse a esta alternativa –o retornar a ella- para poder seguir sosteniendo a sus hogares.

El efecto del teletrabajo

Si esto sucedió –situación que aún no acabó- con los segmentos socioeconómicos más bajos, una situación similar se registró al poner la mirada sobre segmentos medio bajos, medios y medio altos. En estos grupos gran parte de la actividad laboral se pudo realizar de manera remota. Esto también produjo consecuencias.

El informe de Manpower resaltó que el home office no siempre resulta para las mujeres. “Es tentador pensar que las opciones de trabajo flexibles serán un gran ecualizador universal para las mujeres. No siempre. Es más probable que los hombres quieran usar la oficina para establecer contactos, las mujeres para colaborar y hacer el trabajo. Trabajar desde casa podría acelerar la desigualdad subyacente al reducir aún más las oportunidades de establecer contactos cara a cara”, indicó Tomás Chamorro-Premuzic, Manpower Grup Chief Talent Scientist.

El ejecutivo se preguntó si el trabajo remoto proporciona los mismos beneficios profesionales a los puestos de reciente ingreso, medios y de carrera, y que es necesario, en este escenario, tomar medidas  activas que consideren los roles normativos de género de las madres y los padres.

Se trata de cuestiones que impactan de manera directa en otro punto, no menor, que también se detectó desde que la pandemia tomó fuerza. El reporte del INDEC subrayó que más de un tercio de las mujeres del Gran Buenos Aires tuvieron dificultades para dormir, hecho que también se dio en los hombres pero en una proporción menor: le ocurrió a uno de cada cuatro.Esta preocupación no hace distinciones entre los diversos grupos socioeconómicos.

Sin dudas, la preocupación fue –y continúa siendo- un factor preponderante en este escenario, que se refleja no sólo en lo laboral sino también en lo personal. En ese sentido, desde Manpower apuntaron que las mujeres manifiestan una mayor preocupación por volver al lugar de trabajo y que ve a la oficina como el medio para separar el trabajo del hogar.

Pero las posibilidades de tener una licencia sin sueldo ante cualquier eventualidad son mayores frente a los hombres, un 12% contra un 10%, lo que vuelve a considerar la situación respecto a cómo la pandemia afecta la situación laboral y económica de las mujeres para el corto, mediano y largo plazo.

La desigualdad de género en los distintos órdenes de la vida se puede medir tal como lo demostraron los distintos reportes. Y el trabajo en limar las inequidades no sólo debe formar parte de una política sino también ser parte de una  nueva cultura que tendrá como resultado una mejor sociedad.

Fuente: iprofesional.com