ECONOMÍA – FMI advirtió por la inflación mundial y marcó las “tres piedras” que dificultan la recuperación económica

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Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional en el marco de una conferencia ofrecida en la Universidad Bocconi.

“Ahora esperamos que el crecimiento (de la economía mundial) sea ligeramente más moderado este año, pero los riesgos y obstáculos para una recuperación global equilibrada se han vuelto aún más pronunciados”, advirtió esta mañana Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional en el marco de una conferencia ofrecida en la Universidad Bocconi.

En julio pasado el FMI proyectó un crecimiento global de 6%; Georgieva no precisó cuánto menos avanzará el mundo según la última estimación, pero adelantó que la cifra se verá en la actualización del informe Perspectivas Económicas Mundiales que se dará a conocer el próximo 12 de octubre.

“Nos enfrentamos a una recuperación mundial que sigue obstaculizada” por la pandemia y sus consecuencias, dijo. Al respecto, consideró que hay “tres piedras” en nuestros zapatos que nos dificultan caminar hacia adelante: la divergencia en la recuperación, la inflación y la deuda.

Con relación al primer problema, puntualizó que “se prevé que la actividad económica en las economías avanzadas vuelva a las tendencias pre-pandémicas para 2022. Pero la mayoría de los países emergentes y en desarrollo necesitarán muchos más años para recuperarse… lo que hará que sea aún más difícil evitar las cicatrices económicas a largo plazo”.

Inflación

En materia inflacionaria, consideró que los índices han aumentado rápidamente en varios países. Agregó que “si bien esperamos que las presiones sobre los precios disminuyan en la mayoría de los países en 2022, en algunos países emergentes y economías en desarrollo, se espera que persistan las presiones sobre los precios”.

Georgieva sostuvo que una preocupación particular es el aumento de los precios mundiales de los alimentos, que fue de más de 30 % durante el año pasado. Junto con las subas de los precios de la energía, “esto está poniendo más presión sobre las familias más pobres”.

De manera más general, para la economista “las perspectivas de inflación siguen siendo muy inciertas”. Y advirtió que un aumento más sostenido de las expectativas de inflación podría provocar un rápido aumento de las tasas de interés y un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras.

De darse este escenario plantearía un particular desafío para las economías emergentes y en desarrollo con un alto nivel de endeudamiento.

Por último, alertó sobre el crecimiento de los pasivos señalando que “estimamos que la deuda pública mundial ha aumentado a casi el 100% de PIB… Muchos [países en desarrollo] iniciaron la pandemia con muy poco margen fiscal. Ahora ellos tienen incluso menos espacio en sus presupuestos y una capacidad muy limitada para emitir nueva deuda en condiciones favorables”.

Frente a este panorama, afirmó que “se necesita una acción política fuerte. Desde este punto de vista, dijo que si no reducimos la “gran brecha de vacunación”, “gran parte del mundo seguirá sin vacunar, y la tragedia humana continuará.

Tras llamar a “aumentar drásticamente la entrega de dosis al mundo en desarrollo”, advirtió que si no se toman las medidas necesarias se “frenaría la recuperación” y podríamos ver que las pérdidas del PIB global aumentan a 5,3 billones de dólares durante los próximos cinco años”.

Volviendo a la inflación, Georgieva aseveró que los bancos centrales pueden evitar ajustes monetarios hasta que hasta que haya más claridad sobre la dinámica de los precios, pero alertó que “deben estar preparados para actuar rápidamente si la recuperación se fortalece más rápido de lo esperado, o los riesgos de aumento de las expectativas de inflación se vuelven tangibles”.

La directora del FMI también pidió acelerar las reformas necesarias para transformar las economías y consideró como temas prioritarios el cambio climático, el cambio tecnológico y la inclusión.

Finalmente, y refiriéndose al rol del FMI ante la crisis recordó que se distribuyeron Derechos Especiales de Giro (DEG) por 650 mil millones de dólares – la mayor emisión en la historia del organismo- de los cuales aproximadamente 275 mil millones se destinaron a países emergentes y en desarrollo.

Más aún, consideró que se puede ampliar el impacto den la expansión de los DEG y en tal sentido “hacemos un llamado a los países con posiciones externas sólidas para que canalicen voluntariamente sus DEG” de forma de que los recursos lleguen a los más necesitados.

Se apunta a incorporar nuevos DEG al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza, aumentando la capacidad del Fondo para otorgar préstamos sin intereses a países de bajos ingresos. También contemplan el uso de DEG para crear un nuevo Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad para ayudar a los países vulnerables de ingresos bajos y medios.

Fuente: ambito.com