ECONOMÍA – Crisis energética mundial: ¿cómo afectará el consumo?

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Como la producción de energía no está bien equilibrada a nivel mundial los picos de precios provocan un menor gasto de los consumidores y un menor crecimiento económico.

Hace unos meses comentábamos que el calentamiento global y las inversiones ecofriendly, sobre todo de generación energía, serían gravitantes en un futuro no muy remoto. Sin embargo, las transiciones globales a algo nuevo, disruptivo, son volátiles porque no siguen una línea recta, son complejas, y por ende están afectadas por factores tecnológicos, políticos y climáticos, y no se puede hacer en paralelo, sino que transmuta paulatinamente.

Fundamentalmente, hoy el problema de la transmutación del sistema de energía mundial está afectado por dos factores. El primero, por una demanda más fuerte de la prevista, generada por el aceleramiento global para salir de la pandemia. Esto redujo notablemente los inventarios mundiales de petróleo y gas natural a niveles inferiores a sus medias de cinco años, en un momento en que deberían aumentar porque el clima en el hemisferio Norte ayuda. En segundo lugar, los cambios de infraestructura no han avanzado muy rápido y la producción de energía renovable por cuestiones climáticas ha mermado mucho.

Esta dinámica es evidente en el reciente repunte de los precios del gas natural, el carbón y los combustibles al por menor en el Reino Unido, Europa y Asia. Tradicionalmente, los precios de las materias primas están en función de la oferta y la demanda, y la actual crisis energética no es diferente.

Por temas de cambio climático, compañías y países están reduciendo las inversiones de capital en proyectos de hidrocarburos tradicionales, y el menor crecimiento de la producción tanto de la industria energética estadounidense como de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), comienzan a dar lugar a una oferta escasa y a precios más altos. Es decir, generan bajas existencias de fuentes de combustible clave para la generación de energía eléctrica, y también está produciendo un cuello de botella mundial por el aseguramiento de recursos energéticos para calefacción antes del invierno en el Norte.

La climatología mundial tampoco ayuda. La creciente mezcla de generación de energía renovable en las redes eléctricas de todo el mundo y los cambios repentinos en los patrones climáticos están aumentando la variabilidad e inconsistencia de la producción de energía. Por ejemplo, en Reino Unido y Europa, se están experimentando grandes descensos en la generación de energía renovable, ya que el viento no está soplando como debería. Es decir, al transformarse tan rápido, están dependiendo demasiado de la energía renovable sin fuentes tradicionales y tiene muy bajas existencias. Así pues, la disminución de la generación de energía renovable, combinada con los bajos inventarios de gas natural, está siendo un factor clave que lleva los precios de la electricidad a los niveles más altos de los últimos años, haciéndose sentir con mayor intensidad en Reino Unido, pero también en Europa, Asia y Estados Unidos.

Los suministros y las entregas mundiales de energía disponibles no han seguido el ritmo de la mejora de la demanda mundial y esto podría convertirse en un problema a medida que nos acercamos al invierno en el hemisferio Norte. Los inventarios ya son bajos, y si el frío en la otra parte del globo es intenso y podría agravar este problema.

Actualmente, los problemas estructurales son de peso. Ante las políticas de cambio climático, los países desarrollados, por distintas cuestiones, no han respondido de la misma manera. Algunos han retirado demasiadas centrales de carbón y nucleares en muy corto tiempo, y han sustituido la producción de energía retirada por fuentes de energía menos constantes, lo que ha dado lugar a una menor estabilidad, y a una generación de energía incoherente con precios de electricidad más altos para los consumidores, además de ser más dependientes de otros que les suministren materia prima para la generación.

Las consecuencias de la mayor velocidad de expansión mundial para terminar de salir de la pandemia, más el frío en el hemisferio Norte es simple: suba de precios de la energía que perjudicarán más a los países menos desarrollados. Como la producción de energía no está bien equilibrada a nivel mundial los picos de precios provocarán un menor gasto de los consumidores y un menor crecimiento económico.

Fuente: lacapital.com