Por la crisis económica y la inflación, 8 de cada 10 argentinos compra menos productos que hace un año y 4 de cada 10 reemplazaron primeras marcas por otras más económicas.
Según el Monitor Nacional que elabora Taquion, 76% de los ciudadanos no puede consumir lo mismo que hace 12 meses.
De la mano del empeoramiento en la calidad de vida, los hábitos de consumo se ven impactados. En línea con el “vivir el día a día”, el 44,7% de los encuestados dejó de hacer compra mensual y solo compra para el día a día.
Al buscar un culpable de la inflación, 9 de cada 10 argentinos cree que el Gobierno es responsable, por las políticas económicas y por la emisión monetaria, mayoritariamente. Pero también hay quien culpa a Mauricio Macri. Casi nadie mira a los empresarios.
Las segundas marcas
Otros hábitos adquiridos a raíz del malestar económico son buscar ofertas y realizar comparaciones entre lugares y reemplazar primeras marcas de alimentos por otras más económicas.
Así, es fuerte el deslizamiento a segundas marcas. La consultora señaló que, ante una reducción en el poder adquisitivo, acudir a segundas marcas es una opción frecuentada para poder acceder al mismo bien por un menor valor.
Y tan sólo 11,4% de aquellos que optan por esta elección volvería a comprar primeras marcas ante un aumento en su ingreso.
Esto remarca una actitud en la cual el consumidor considera que su racionalidad al elegir ese producto fue correcta dado que satisface igualmente su necesidad y, por ende, vuelve a elegirlo.
La deuda de los argentinos
En cuanto al endeudamiento, 7 de cada 10 argentinos tiene algún tipo de deuda y 36,1% mantiene deudas con los bancos por tarjetas de crédito.
Ya sea para cuando el salario no alcanza, para adquirir un bien o para abrir un negocio, las razones de tomar deuda pueden ser muchas y los argentinos no están exentos de ellas.
El 34% posee deudas que equivalen a más del 50% de su sueldo.
Las deudas más frecuentes se asocian con alimentos y bebidas, nuevamente tomando en cuenta el aspecto de la necesidad, el día a día.
Además, cabe destacar que 2 de cada 10 sostienen que no saben cuándo o directamente no cancelarán la deuda, reflejando la dificultad de pago asociada a las dificultades financieras y económicas de la sociedad.
En tanto, la deuda con bancos por tarjetas de crédito compone el porcentaje más elevado de la morosidad.
No obstante, llama la atención el considerable porcentaje de aquellos que se hallan endeudados con entidades no financieras.
El dato “otro” llama la atención al referirse a una entidad que traspasa tanto a los bancos como al círculo familiar/amistoso.
En tal sentido, 10,8% tiene deudas con entidades tales como Efectivo Sí, Credipaz o Credicuotas, y 9,3% con un prestamista personal, mientras 26,5% está en el rubro “otros”.
Los jóvenes son quienes menos se encuentran endeudados con entidades bancarias, lo que despierta el interrogante en torno a si debe a una cuestión de desconfianza, dificultad de acceso o si simplemente prefieren recaer en sus familiares y amigos a la hora de pedir dinero.
Y entre los sectores de bajos ingresos, 59,3% de la gente está endeudada.
Con relación a endeudamiento por necesidades primarias, 28% tiene deudas relacionadas a gastos en alimentos y bebidas; 20,7%, por servicios tales como agua, gas y luz; 11,7%, impositivas incluyendo Monotributo, y 9,2% debe el alquiler mientras 7,2% debe las expensas.
El culpable de la inflación
Para 9 de cada 10 argentinos, el culpable de la inflación es el Gobierno.
De ellos, 64% considera que se debe al esquema económico, las medidas adoptadas y destaca la pobreza actual. Asimismo, acusa en forma directa a las máximas figuras y referentes del Gobierno.
Otro tercio (29%) refiere a que la emisión monetaria impulsada como la causa principal de la inflación, argumentando que en tanto no se detenga la emisión sin respaldo, la inflación continuará en aumento.
Sólo 7% sostiene que el principal problema es la emisión de planes y ayudas sociales destinadas a la población vulnerable, argumentando que a más planes más inflación. Los usuarios señalan que la disminución de estas políticas es un paso necesario para frenar la inflación.
Un exiguo 4% comparte el discurso oficial de que los sectores empresarios son los principales responsables de la suba de precios.
Pero 8% responsabiliza todavía al gobierno de Mauricio Macri, reiterando que la situación actual del país es producto de las políticas económicas del anterior gobierno. Asimismo, se reitera la inflación que ya había aún en un contexto sin pandemia.
Como consecuencias de la inflación, se destaca la influencia en que cayó la forma de vida de los asalariados (46%).
Un 68% de los usuarios manifiesta preocupación en relación al aumento de precios en productos y servicios básicos. Y 32% lo hace vinculado a la dificultad de acceder a distintos consumos (no asociados a necesidades básicas) como el acceso a actividades recreativas y viajes.
Fuente: iprofesional.com