NACIONALES – El Gobierno debate internamente cómo evitar más inflación en alimentos

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Puertas adentro, se discute el destino de los ingresos por derechos de exportación generados a partir de la suba de precios internacionales.

El Gobierno nacional decidió suspender el Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para las exportaciones de harina y aceite de soja.

Ayer por la tarde, la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios comunicó al sector exportador que “a partir de la fecha y hasta nuevo aviso el Registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior que involucre las exportaciones de las siguientes posiciones arancelarias quedará suspendido a todos sus efectos”.

La medida tuvo impacto inmediato en la apertura de los mercados internacionales porque nuestro país es el primer proveedor mundial del subproducto de la soja.

Esta mañana los precios de la soja cotizaban en baja en el segmento nocturno de Chicago, en línea con las pérdidas del aceite, por un arranque bajista para las cotizaciones del petróleo. La harina de soja, en cambio, se negociaba en alza, en función del cierre del registro de exportaciones local y ante un posible incremento en los derechos de exportación de la harina y del aceite que se obtiene a partir de la oleaginosa.

La decisión del Gobierno sorprendió al sector productivo, luego de una semana en la que varios ministros, gobernadores y funcionarios del Gobierno visitaron Expoagro y negaron posibles aumentos en los derechos de exportación.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que mientras se llevaba a cabo la exposición en San Nicolás (Buenos Aires), también se discutía en el Congreso de la Nación el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Este punto es muy importante porque en definitiva se refiere al esfuerzo o sacrificio que tendremos que hacer todos los habitantes, cada uno en el lugar que le toca.

Vale la pena recordar la entrevista que publicó Ámbito realizada al Ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la semana pasada, en la que destacaba la enorme distancia que existe entre las realidades de la cartera agropecuaria y la que cuentan otras tantas del Gobierno: en una se habla miles de millones de dólares y en otras se mencionan porcentajes de pobreza que llegaron a niveles no deseados.

En medio de esta situación, el conflicto bélico en Europa del este, que involucra a dos países que pisan fuerte en la producción agrícola y la generación de energía, justamente los temas que más presión interna generan en nuestro país ya que la guerra provoca desde su etapa previa una suba de costos que traerá como consecuencia más inflación global e impactará fuerte en el rubro alimentos. Quizá el tópico más sensible para la Argentina del momento.

En el Gobierno consideran que es urgente comenzar a desarrollar estrategias para mitigar los efectos que provoca el alza de precios de los cereales, como el trigo y el maíz, que exhiben valores récord en los mercados internacionales pero al mismo tiempo se convierten en un problema para quienes deben afrontar cada mes aumentos en la canasta básica.

Hacía allí apuntan todas las miradas del oficialismo, más aún de los sectores vinculados al kirchnerismo que buscan minimizar los impactos de la suba de precios en el mercado interno. Algo similar a lo que ocurre con la discusión puertas adentro del Frente de todos acerca del acuerdo con el FMI, por eso se ponen sobre la mesa herramientas tales como una suba de retenciones o la quita del diferencial de 2% que tienen los exportadores que agregan valor a la producción primaria para llevar del 31% al 33% ese tributo.

Queda claro que ante la necesidad de hacer frente a los compromisos asumidos y en virtud del aumento de costo de la energía en su conjunto, el estado argentino tendrá que contar con mayor cantidad de divisas que las estipuladas en la Ley de Presupuesto 2022. Sólo en la importación de GNL (gas natural licuado) se estima que se necesitarán u$s 4.000 millones para comprar el combustible necesario para el invierno y tras el aumento en el precio del petroleo se espera un mayor impacto en las cadenas productivas: según pudo confirmar Ámbito, los mayoristas de combustibles aumentaron fuerte el valor del gas oil en los últimos días y eso tendría un impacto negativo en las estructuras de costos.

La determinación del gobierno acerca de los derechos de exportación se haría efectiva en las próximas horas, pero la necesidad de incentivar a los sectores productivos a invertir y aumentar los saldos exportables versus el requerimiento de una mayor presión tributaria para compensar a los sectores de menores recursos es un debate que acaba de comenzar.

Fuente: ambito