ECONOMÍA – Dato alarmante: en los últimos 60 años, la economía argentina estuvo casi la mitad del tiempo en caída

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Desde 1961 llevamos casi la misma cantidad de años en ascenso como de parálisis económica. Una radiografía que muestra la profundidad de la crisis

Hay cierto consenso en que la economía del país con todos los desajustes que existen no puede continuar como se viene desarrollando en estos últimos años, es decir, convivir en un “eterno second best” (teorema que indica que en ocasiones es mejor buscar un segundo mejor punto óptimo, dado que alcanzar el mejor puede resultar complicado). Al no encontrarse con las condiciones óptimas para cambiar estructuralmente la economía, se decide de forma deliberada tomar atajos para combatir las consecuencias y no las causas.

Al tomar el Producto Bruto Interno (PBI), indicador que engloba todas las variables de la economía y refleja el valor agregado que genera el país, desde 1961 en adelante veremos que en el 44% de los años se convivió con un desplome de la actividad económica de hasta el -10%, en un 18% de los años con un crecimiento de hasta el 4% y en un 40% de los años con un crecimiento de 4% a más.

Históricamente, las aceleraciones a tasas chinas fueron para periodos diversos como el término de la primera guerra mundial, los primeros años de Frondizi 1959-1961, Illia 1963-1965, Menem 1990-1994 y respecto a períodos de profundas crisis mencionaremos a crisis globales en 1929, la década perdida de 1980 y la analogía actual de la “maldición de los años pares” en donde el PBI desde el 2012 solo crece en años electorales y con caídas en los años pares siguientes.

Llevamos casi la misma cantidad de ascenso como de parálisis económica.

La economía, en caída durante 84 meses desde 2004

De acuerdo al Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), el cual refleja la actividad mensual de la actividad económica del conjunto de los sectores productivos a nivel nacional, desde el 2004 hasta la actualidad, durante 84 meses el nivel de la actividad estuvo entre valores de -10% y -0,1%, mientras que los meses donde los niveles mejoraron entre el 0% y 1% fueron 81 meses, es decir que hubo más de un 30% con meses con desaceleración económica y un poco más de un 20% con niveles de actividad de mejora mínima de hasta un 1 por ciento.

Déficit y superávit fiscal

Si evaluamos el resultado fiscal en una serie desde 1961 a la actualidad, vemos que el resultado primario (indicador que muestra la diferencia entre los ingresos y gastos de un país) durante 47 años de 61 convivimos gastando más de lo que nos ingresó.

Puntualmente, el 77% de los años tuvimos déficit fiscal. Por ejemplo, vemos que durante 27 años se tuvo déficit fiscal de hasta un -12% para 1975, en 1976 se tuvo un -8%, en 1984-88 con -4% y -5% y 2020 con -6,5%, es decir, todos años de desequilibrios recurrentes de la dictadura militar, hiperinflación y hasta la crisis sanitaria.

Con respecto a años con superávit fiscal mencionaremos al 2004 con un 5,19%, en el 2003 con 3,95%, en el 2007 con 2,91%, todos años en los cuales períodos posteriores dejaron sostenibilidad fiscal o la abundancia de dólares permitió la positividad de esa cuenta.

Al evaluar el resultado financiero que incluye los intereses de la deuda, se observa un resultado menos alentador, porque el dato de déficit financiero muestra que el 85% de los años se tuvo un resultado financiero de hasta menos 13% durante toda la serie.

Esto significa que, históricamente, tán solo 14 años se tuvo superávit fiscal.


El ingreso de dólares sostuvo la economía del país

Si evaluamos los datos sobre la balanza comercial (indicador que muestra la diferencia entre los dólares que ingresan por exportaciones y salen por importaciones) veremos que en más del 70% de los años hubo superávit comercial.

De un total de más de 100 datos históricos se observa que la balanza comercial fue positiva, lo que significa que hubo un ingreso constante de dólares que sostuvieron al país.

Es importante ver también que, en una serie más corta y mensual, la tendencia continua, pero que se fue deteriorando la balanza comercial en estos últimos años

Al analizar los datos de pobreza desde 1992 hasta la actualidad, observamos que de un total de 60 semestres evaluados en 12 arrojaron un resultado donde hubo entre 25% y 30% de personas bajo la línea de pobreza.

Por ejemplo, en 1982 (14 meses antes de que asumiera Alfonsín) la pobreza tocó niveles de un 22%, en 1985 bajo al 14%, en 1989 llegó a niveles de 38%, para luego tocar niveles máximos de un 66% y 62% en el 2002-03 después de la crisis del 2001. Luego, para principios de 2015, los niveles de pobreza bajaron de 37% a 30 por ciento.

Al evaluar los niveles de indigencia, se observa que durante 7 de los 12 años estudiados fue de hasta el 5 por ciento.

Estos números revelan que los niveles de estancamiento generaron niveles de pobreza e indigencia estables y perjudiciales en el tiempo. En la actualidad, los datos de pobreza son de 37,3% e indigencia en 8,2% , valores aún por encima de los niveles registrados pre-pandemia.

Urgente: políticas estructurales en vez de medidas aisladas

En un país donde la mayor cantidad de años se coexistió con niveles de actividad negativos (y si son positivos son por sobre el 1%), niveles de pobreza por sobre el 30% sostenidos, pero con la contrapartida de que se tiene una balanza comercial positiva en gran parte de la serie, tán solo muestra que el déficit fiscal fue el principal detonante en el tiempo del proceso de estancamiento del país.

Es importante reconocer que la situación del país va más allá de solo cuestiones inflacionarias, sino que tiene más que ver con cuestiones fiscales que aún continúan hasta la actualidad.

Si queremos cambiar nuestra realidad hacia los próximos años, es momento de dejar de retrasar las medidas de políticas estructurales por medidas aisladas que nos llevaron como un “loop” como siempre hasta donde estamos hoy.

Fuente: iprofesional.com