IMPOSITIVAS – Combustibles: postergan hasta septiembre la actualización del impuesto para evitar más subas

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Para evitar que presionen sobre la inflación, el Gobierno volvió a diferir la suba del impuesto sobre combustibles líquidos. Ya se postergaron 5 trimestres

El Gobierno nacional decidió postergar hasta el primero de septiembre próximo la actualización del impuesto sobre los combustibles líquidos, prevista originalmente para este miércoles 1 de junio, con el objetivo de “asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios“.

La medida fue publicada en el Boletín Oficial, a través del Decreto 285/2022. “Tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles”, sostiene en los considerandos el decreto firmado por el presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Economía, Martín Guzmán.

“En línea con las medidas instrumentadas hasta la fecha y con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios, resulta razonable postergar para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil los efectos de los incrementos en los montos de impuesto”, justifica la normativa.

La medida fue publicada en el Boletín Oficial, a través del Decreto 285/2022

Combustibles: postergan hasta septiembre la actualización del impuesto

A partir de una modificación en 2018, el Impuesto a los Combustibles prevé actualizaciones en su suma fija en enero, abril, julio y octubre de cada año sobre la base de las variaciones de la inflación de cada periodo trimestral precedente, buscando, de esta forma, amortiguar las fluctuaciones del dólar o de la cotización del crudo que se tenían como referencia previamente.

La norma recuerda que las actualizaciones para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, “se han diferido sucesivamente” en 2020. Con el decreto de hoy, se encuentran pendientes las actualizaciones correspondientes a los cuatro trimestres de 2021 -postergadas a fines de febrero al 1 de junio- y la del primer trimestre de este año.

En tanto, según recuerda el Decreto, el Gobierno “ha trabajado en un proyecto de reforma” de los impuestos a los combustibles, el cual aún no ha recibido tratamiento parlamentario.

El último aumento en los valores del surtidor fue a principios de mayo, momento en el cual YPF, Shell y Axion establecieron subas que promediaron entre 9% y 12%, según la variedad de combustibles.

Se busca minimizar el impacto de la suba de los precios en el bolsillo

Impacto de la suba de combustibles en la inflación

Los incrementos de combustibles impactan casi 20 veces más en la inflación que la suba acumulada de tarifas de electricidad, agua, gas natural y los boletos de colectivos y trenes.

Según datos oficiales, en un caso práctico de subas anuales de 60% en los precios de las naftas y del mismo porcentaje en los servicios públicos domiciliarios de luz y gas, los combustibles inciden hasta 1,9% en el Índice de Precios que mide el INDEC a nivel nacional, contra tan solo 0,1% de la electricidad o el gas.

Si en este análisis se incluye un aumento del 60% en el agua de red, ese suministro ni siquiera tiene impacto inflacionario a nivel nacional. Directamente es cero, al igual que una suba del boleto del tren. En tanto que una suba del pasaje en colectivo de 60% anual incide hasta 0,2% en la inflación anual, el doble que la electricidad y el gas. Por lo tanto, todos los servicios juntos tienen un menor impacto que un ajuste en los surtidores.

La suba de todos los servicios públicos impacta menos en el bolsillo que el combustible.

En el Área Metropolitana de Buenos Aires las alzas de combustibles también tienen un fuerte impacto en la inflación, aunque menor a la nacional. Siguiendo con ejemplos de subas de 60% anual, las naftas impactan 1,6% en la formación del IPC del GBA, mientras que la suba de gas natural por red apenas un 0,3%: esto es 5,3 veces más. En el caso de la electricidad es 8 veces más.

¿Qué combustibles impactan más en la inflación y dónde?

Si se tiene en cuenta los distintos tipos de combustibles y las otras cinco regiones del país, más allá de la nacional y el AMBA, el impacto de la suba en los surtidores llega a potenciar hasta 31 veces más el índice de inflación al consumidor que los servicios públicos nacionales.

En la Patagonia una suba del 60% en las naftas, gasoil y aceites lubricantes tienen un impacto del 3,1% en la inflación regional; le sigue el NEA con un impacto del 2,4%; la región Pampeana y Cuyo con 2,1%, respectivamente; y finalmente el NOA, con 1,7%.

Una escalada en el precio de las naftas siempre tiene más impacto que una suba del gasoil, más allá de versiones súper o premium. Por ejemplo, en la Patagonia el impacto de las naftas es de 2,3%, mientras que el gasoil de 0,6%. En el NEA, que incluye Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Chaco y Formosa, el impacto de las naftas es de 1,6% y 0,7% el gasoil.

En el centro del país, particularmente en Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Entre Ríos, tienen el mayor impacto de la suba del gasoil en la inflación, por ser considerado un insumo agropecuario esencial para el trabajo en el campo y las cosechas. Allí, el gasoil impacta 0,8% y las naftas 1,2%.

¿Cómo impactarán los próximos aumentos?

La estrategia para la lucha contra la inflación está bajo la lupa. El presidente Alberto Fernández avaló cambios de gabinete y reformas de ministerios para evitar otra nueva disparada. Al mismo tiempo, desde que asumió ya se permitieron 15 aumentos de combustibles, que totalizaron una suba cercana al 130% para el litro de Súper y un 140% en el Premium. Solo en lo que va de 2022 las naftas acumulan 31% de incrementos, repartidos en tres ajustes: febrero, marzo y mayo. Y en el sector aseguran que persiste un atraso de hasta 15%.

Distinto ocurre con los servicios públicos: las tarifas permanecieron congeladas por casi dos años y medio y recién ahora se permiten actualizaciones. En el caso de la electricidad, se dispuso un incremento a partir de junio del Precio Estacional de la Energía Eléctrica (PEST) Residencial estará en el orden del 26%, lo que impactará en las facturas de usuarios tipo con consumo promedio en el área del Gran Buenos Aires con una suba del 16,53%. En cada provincia el incremento en las facturas de luz será distinto, pero siempre inferior porcentualmente al que se registre en el GBA. En el caso de los usuarios con Tarifa Social la suba de la factura en el AMBA será de 7,7% promedio.

La suba de los combustibles golpea el bolsillo de los argentinos.

En lo que respecta al gas, los usuarios con Tarifa Social no tendrán ningún aumento. En tanto para el para el resto de los usuarios de todo el país, el precio de venta del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) aumentará entre 41,7% y 46,3%, lo que representará un aumento en la factura promedio para usuarios residenciales de entre 18,55% y hasta el 25%. La aclamada segmentación de usuarios por ahora no entrará en vigencia.

En el Gobierno nacional esperan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registre en mayo una suba menor a la de abril y marzo. Y, si bien es algo que los analistas privados también estiman que ocurra, la realidad marca que el indicador continuará siendo elevado. Según distintas proyecciones de consultoras, la inflación de mayo retrocedería desde el 6% de abril y el 6,7% de marzo. Pero el dato se ubicaría, todavía, por encima del 5%. Si se confirma, el 2022 avanza por un sendero inflacionario con una suba anual del IPC en torno al 70%. Todo un desafío para animarse a un próximo ajuste de combustibles.

Fuente: iprofesional