Parálisis de la actividad económica, mayor emisión monetaria, crisis por falta de dólares y crisis política de la coalición gobernante son algunas de las razones que generan bajas expectativas para los meses que vienen.
La inflación en el sexto mes del año se ubicó en el 5,3% de aumento mensual, con lo que ya acumula en lo que va del 2022 un 36,2% y se eleva al 64% de manera anual. Este dato es el peor en 30 años y enciende las alarmas para los próximos meses.
Diego Bossio, economista y miembro fundador de la consultora Equilibra, destacó que para la Argentina es “la inflación el principal problema, que no solo repercute en el funcionamiento de la economía sino también en las variables sociales” y adelantó que para “el segundo semestre se dará una drástica caída de la actividad económica”.
Asimismo, el extitular de Anses estimó que desde la consultora esperan para este 2022 una inflación del 80% “como piso”. “No hay indicios de un plan económico para bajar sustancialmente los niveles inflacionarios”, dijo. En esa línea, subrayó que “Argentina tiene un déficit fiscal muy fuerte y no tiene suficientes dólares en sus reservas para sostener el tipo de cambio”, agregó.
En esa misma línea, el economista Pablo Tigani comentó en diálogo con PERFIL. “Lo primero que hay que decir es que el pronóstico no es algo científico. El pronóstico tiene que ver con algunas herramientas de predictibilidad sobre algunas variables. Los modelos económicos y econométricos parten de un supuesto y lo que ya sabemos es que fallan”, señaló. “Entonces lo que puedo decir es una predictibilidad ex-ante, es decir, desde el momento antes de que pueda pasar cualquier otra cosa”, comentó.
“Si nada cambia”, Tigani, estimó una inflación del orden del 65 al 70%. Asimismo, anticipó “una posible desaceleración de la economía argentina”, por lo que si eso llegase a suceder “la inflación estaría entre 60 o 65%”. Sobre los salarios, calculó que va a haber actualizaciones “pero van a estar corriendo detrás de la inflación” al considerar que es “muy difícil” una convalidación de aumento de salario alto al tiempo que se desacelera la tasa de crecimiento.
Asimismo, consideró que la pobreza “como mucho la podrán mantener, si no se toma una medida extraordinaria para combatirla”. Bajo la mirada de Tigani, Alberto Fernández no está dispuesto a hacerlo en este momento porque “falta decisión política”, algo en lo que coincide con los reclamos de algunos sectores de la economía popular que piden “más lapicera” para resolver las necesidades del pueblo argentino. “El segundo semestre viene un poco más complicado, por el contexto mundial, que también viene complicado, pero no debería ser muy distinto de lo que ha sido el primer trimestre de este año”, agregó.
Por su parte, la economista Natalia Motyl coincidió con Tigani en que el segundo semestre se viene “bastante complicado”. “Por un lado, tenemos el problema del mercado cambiario que está inestable y el Gobierno no está pudiendo generar cierta estabilidad que impacte positivamente en las expectativas”, para Motyl, el segundo tramo del año podría traer “una devaluación; ya sea por parte del Gobierno que va a intentar soltar el tipo de cambio con el objetivo de achicar la brecha cambiaria”, comentó a PERFIL la economista.
Por otro lado, “tenemos un Banco Central totalmente quebrado, la suba de las tasas de interés (de los bancos centrales) nos va a afectar desde diferentes frentes. Por un lado, va a afectar el precio de los commodities que, ya están en niveles récord que no se observaban desde 2014. Esto desfavorece al país porque Argentina ya había podido recuperar parte de lo que había perdido en 2020 por la cuarentena de casi nueve meses, ya que el precio de los commodities comenzaba a incrementarse y esto permitió la entrada de más dólares de los previstos y eso favoreció en parte a la recuperación de la economía local”.
“Los precios de los commodities a partir del segundo semestre y del año que viene se van a empezar a estabilizar, en parte por la suba de las tasas de interés (de los bancos centrales), y esto nos va a desfavorecer porque ese viento en cola que nos ayudó inicialmente ahora no lo vamos a tener. Entonces el contexto va a ser mucho más adverso y nos van a entrar menos dólares del frente externo. Además, está la cuestión estacional que siempre en el segundo semestre entran menos dólares de lo que vendemos afuera. Entonces vamos a entrar en un período de mayor escasez de dólares”.
Dólar por encima de los $300
“Seguramente vamos a tener un salto cambiario con una corrida contra el peso a favor de la demanda de activos extranjeros, sumado a las malas decisiones que se tomaron en los últimos días en materia económica que llevarían el dólar blue cerca de los $400. En el mejor de los escenarios, estaríamos hablando de un dólar informal a $380”, advirtió la economista.
“Esa inestabilidad cambiaria se va a ver reflejada rápidamente en una aceleración de los precios, sobre todo de los productos transables, que son los de mayor peso en la cadena de consumo de los argentinos, dado el nivel de empobrecimiento que hemos sufrido en los últimos años. Alrededor de un 40% de un salario hoy en Argentina se va en satisfacer las necesidades más básicas, por ejemplo: alimentos e indumentaria, que son dos de los rubros que mayor impacto inflacionario han tenido en los últimos meses”, lamentó.
Para Motyl, la inflación estará cerca del 80% en el mejor de los escenarios. “En un escenario menos probable, pero posible, estimó una inflación de tres dígitos para fin de año “con una demanda del peso que está cayendo inclusive en periodos estacionales donde hay más demanda de pesos por aguinaldo y vacaciones”, advirtió.
Una inflación de tres dígitos
Por su parte, Jorge Colina, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), estimó que la inflación para fin del 2022 será de tres dígitos. “La de junio fue 5,3%. Suponiendo, en el mejor de los casos, que a partir de julio el IPC sea del 6% mensual, eso ya hace que termines el año con más de un 90% de inflación anual. Pero el consenso sobre el cálculo inflacionario es que mensualmente va a tener un piso del 7 u 8% mensual, con lo que se espera que la inflación en diciembre sea de más del 100%”.
“Ya cuando hay una inflación tan alta y que además es creciente. Es irrelevante el tema de la actividad económica. Supongamos que la actividad crezca 2 o 3% al lado de una inflación del 100%, no tiene ningún impacto real”, señaló. Al igual que los otros colegas (Moytil y Tigani), el economista de IDESA anticipó un “estancamiento de la economía” para el segundo semestre.
Asimismo, coincidió con Tigani en que “los salarios van a intentar acompañar a la inflación, pero por detrás de la misma. El salario real se va a mantener por debajo de la inflación”, mientras que la pobreza va a volver a subir por encima del 40% y posiblemente que roce “el 50%, si es que la inflación da en tres dígitos”.
Colina también estimó que en el segundo semestre del año hay que enfrentar vencimientos de deuda en pesos por el equivalente a 3,7% del PBI. Aproximadamente la mitad de esta deuda está en manos de organismos públicos, por lo que seguramente será renovada.
“Pero si los privados no están dispuestos a renovar la otra mitad, el Banco Central tendrá que seguir emitiendo más”. “La actual ministra (Silvina Batakis) tiene que renovar 500 mil millones en julio, otros 500 mil en agosto y un billón en septiembre. Es muy difícil que el mercado, que ya le dijo que no a Guzmán, vaya a renovar la totalidad de esos títulos, por lo que ya se prevé que la emisión va a ser mucha”, agregó.
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