No obstante, destacaron que a pesar de tratarse de un sector que crece sostenidamente en nivel de empleo y recibe toda clase de ayudas, paga, al mismo tiempo, malos salarios.
Esta entidad presentó esta semana el Observatorio de Trabajo Informático (OTI) en el Centro Cultural Kirchner (CCK), a través del cual dieron a conocer un informe detallado del sector productivo de Software y Servicios Informáticos(SSI).
El primer observatorio sindical sobre trabajo informático se propone “hacer un aporte más desde la mirada de los trabajadores”, destacó su director, Esteban Sargiotto, quien trazó un análisis de las legislaciones que regulan y promueven la actividad como la Ley de Promoción del Software (LPS) y la Ley de Economía del Conocimiento (LEC).
De acuerdo con los datos publicados en el Informe Anual 2022 “Una radiografía del sector de Software y Servicios Informáticos (SSI) desde la mirada de los trabajadores”, la industria informática argentina emplea, al año 2022, a más de 142.826 trabajadores en su mayoría en relación de dependencia, y esto significó un crecimiento del 44,5% desde enero de 2017 a diciembre de 2022.
No obstante, destacaron que a pesar de tratarse de un sector que crece sostenidamente en nivel de empleo y recibe toda clase de ayudas, paga, al mismo tiempo, malos salarios.
“Nos encontramos con cierta mitología que existe sobre la industria informática, cierta idea de que uno entra a un cursito de dos o tres semanas o tres meses, y que uno entra y gana $500 mil u $800 mil. Es una cosa muy confusa. Y dijimos ¿qué está pasando? Ya sabíamos que no era así, porque somos un sindicato y estamos al tanto de la situación de los trabajadores”, expresó Sargiotto durante la presentación del informe.
En este marco, sostienen que la variación del salario informático en la Argentina refleja una caída sostenida a lo largo de los años y, para el período 1998-2014, se registró una pérdida del 20%. En tanto, para el período 2017-2022 se continúa con esta tendencia histórica de progresiva pérdida del poder adquisitivo.
“Este desbalance está enfatizado por el escenario actual de una industria IT en pleno crecimiento, cuyos niveles de facturación y estímulos impositivos no redundan en mejores condiciones salariales para sus trabajadores”, plantearon en el informe.
Por otra parte, el Observatorio resaltó que el Régimen de Promoción que estableció la Ley de Economía del Conocimiento alcanzó a 628 empresas, “la mayoría de ellas grandes, muy grandes y algunas medianas”.
A partir de pedidos de informes al Poder Ejecutivo, Sargiotto indicó que el informe pone en relieve “la cantidad de subsidios que recibieron (las empresas), que sólo la Ley de Economía del Conocimiento, en dos años, fue de 42 mil millones de pesos”.
“Eso pone de relieve el rol importantísimo que ha tenido el Estado argentino, siempre tan bastardeado y que siempre se lo señala como un agente del subdesarrollo, como en este caso no tuvo todo lo contrario. Como el Estado argentino ha sido extremadamente inversor en esto”, afirmó Sargiotto, en diálogo con Télam.
De esta manera, remarcaron que el régimen de promoción benefició fundamentalmente a cuatro empresas: Mercado Libre, Globant, Accenture y Red Link fueron las principales destinatarias del régimen previo (LPS): hasta 2019 recibieron el 45,9% de todos los beneficios y sólo Mercado Libre se llevó aproximadamente el 20% de esos recursos, destacaron.
“A nuestro modo de ver, si bien ha habido mejoras en la LEC y creemos que hubo algunas novedades positivas porque se incluyeron empresas más pequeñas en el nuevo régimen, de alguna manera, se sigue sosteniendo una lógica de concentración que nosotros creemos que es hacia donde se debería mejorar”, sostuvo Sargiotto.
En este sentido, añadió: “Si la idea es que sea un régimen de promoción y la gran mayoría son micro y pequeñas empresas, debería apuntar hacia las micro y pequeñas y no hacia las mega grandes, que son sólo el 3% de todas las empresas informáticas”.
Por su parte, el secretario general de AGC, Ezequiel Tosco, dijo que el Observatorio es “un paso inicial”, y afirmó que “necesitamos a las cuatro patas sentadas: universidades, trabajadores, el Estado y la Academia. Con todas esas patas me parece que podemos definir mejor cuáles son los datos que necesitamos, hacia dónde nos dirigimos, cómo poder ser más eficientes en la construcción de esos datos para después tomar las mejores decisiones políticas”.
Del panel de presentación participaron como moderador el subsecretario Gremial de AGC, Manuel Alonso; el director del OTI, Esteban Sargiotto; la secretaría de Innovación y Futuro del Trabajo de la CGT, Vanesa Núñez, y el vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicen, Claudio Aciti, junto con el secretario general de la AGC, Ezequiel Tosco.
Fuente: ambito