Tras concluir un 2022 marcado por los números en rojo, el sector de la producción de leche atraviesa este primer tramo del año con la preocupación de no saber cómo afrontar los costos en alza a partir del contexto inflacionario. Al mismo tiempo, los tamberos vienen intensificando la queja a raíz del precio que reciben por cada litro que comercializan a la cadena alimenticia. Según entidades de la actividad lechera, los productores locales hoy perciben el precio más bajo en comparación con otros países productores alrededor del planeta. La Mesa de Enlace se ubica entre los actores que mete presión para modificar esto.
Según un estudio elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), los tambos argentinos se ubican entre los que perciben menores montos por la leche que generan.
En diciembre último, destaca el trabajo, el valor promedio en dólares fue de 39,2 centavos por litro, ubicándose por debajo de Uruguay, que alcanza los 41,5 centavos. Nueva Zelanda completa el podio de los más complicados con un valor por litro de 43,5 centavos.
En la vereda de enfrente, los productores que más cobran se encuentran en Reino Unido, con 62,7 centavos de dólar por litro, seguidos por los tamberos de la Unión Europea -60,8- y los de los Estados Unidos -54,5-.
Siempre según la OCLA, el valor pagado a los tambos argentinos estuvo entre los que menos crecieron a lo largo de 2022. Vale recordar que, con 34,3 centavos de dólares, el litro de leche cruda en Argentina también resultó el más “barato” del mapa lechero mundial durante 2021. En ese período, el país se ubicó por debajo de Bielorrusia y Uruguay.
A diferencia del resto de los países que producen leche, el precio en Argentina aumentó sólo 14,1 por ciento a lo largo del año pasado. Sólo Estados Unidos y Nueva Zelanda, destaca el informe, mostraron números por debajo de ese “retoque”.
La Mesa de Enlace reclama por los tambos
A raíz de este escenario, entidades del agronegocio como la Mesa de Enlace salieron a reclamar un incremento en el valor que se abona a los productores.
A través de un comunicado, la entidad señaló que “los tambos están pasando un momento con insumos elevados en dólares, donde el precio ya está muy por debajo y lejos de los costos, hay menos leche, y sin reservas de alimento (o muy caras) para los próximos meses”.
“La cartelización está a la vista y el productor necesita un sistema de pago que no esté al vaivén de los caprichos de la industria y del gobierno de turno. No tener un sistema de pago escrito tampoco ayuda. Si ha sido una política del gobierno y/o la industria, necesitamos que dejen de hacerlo, y en forma urgente”, añadió.
Según la Mesa de Enlace, la falta de mejoras en los precios y de políticas de incentivo a la actividad “repercute sobre todas las decisiones en el tambo: no ayuda a cuidar el ambiente, ni los animales, ni las personas que trabajan a diario. Es más, se está contribuyendo a la destrucción del sistema. Sin tambos no hay cadena. Sepan las autoridades que a los productores ya no los pueden seguir engañando”.
“Los tamberos necesitan que se generen defensas y se propongan criterios, para ir hacia un sistema donde se pueda negociar el precio entre privados, y que se cumplan”, concluyó la organización.
Cierre de tambos, una tendencia que no cambia
La suba incontenible de los costos operativos, combinada con una rentabilidad en descenso por efecto de la inflación disparada, mantiene en estado crítico el funcionamiento de un segmento que sufrió el cierre de 400 tambos sólo en el último período.
Sólo en el último año cerraron sus puertas 400 tambos.
Las entidades de la lechería señalan, además, que la sequía también pega en los gastos de la actividad y piden una suba del precio por litro.
El dato del cierre pronunciado durante 2022 fue informado desde la Asociación de Pequeños y Medianos Empresas Lácteas (APYMEL).
En días recientes, toda la cadena láctea expresó su preocupación ante el difícil momento comercial que afecta a la actividad mediante un comunicado que llevó la firma de la mencionada APYMEL, CAPROLECOBA, la organización que integra a los productores del oeste bonaerense, el Centro de la Industria Láctea Argentina (ICIL) y entidades del agronegocio como CREA y CONINAGRO, entre otras.
En dicho texto, las organizaciones detallaron que, en la actualidad, la actividad lechera genera 200.000 puestos de trabajo. A tono con las dificultades para acceder a insumos importados que atraviesan todas las industrias, la lechería también se ve fuertemente afectada por las trabas al ingreso de bienes y materiales provenientes del exterior.
Recientemente, APYMEL reconoció dificultades para sostener el abastecimiento de leche por falta de insumos para el procesamiento y el envasado de productos.
Fuente: noticiasdelmomento.com