ECONOMÍA – La peor sequía de la historia y la posibilidad de una nueva crisis financiera

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Los daños generados por la sequía, agravados por la helada que afectó la zona núcleo generaron nuevas proyecciones hacia abajo. Impacto en reservas

Con la venta de 28 millones de dólares del viernes pasado, el Banco Central (BCRA) cerró la semana con un total de unos u$s39.000 millones de reservas internacionales brutas frente al récord de 44.500 millones de dólares registrado a fines de diciembre del año pasado.

Las escasas reservas internacionales del BCRA junto a un aumento en el déficit de las cuentas fiscales al que se suma una de las peores sequías de la historia y un contexto inflacionario similar al de los primeros meses de 1990 generan una gran preocupación en los analistas financieros locales y de Wall Street.

Los daños generados por la sequía, fuertemente agravados ahora por la reciente helada que afectó la zona núcleo, generaron nuevas proyecciones hacia abajo de la campaña 2022/23 de los analistas especializados.

El último informe de la consultora Portfolio Personal Invesment destaca que en base a los últimos datos de la Bolsa de Cereales de Bs. As. la oferta del agro en el mercado de cambios podría caer entre 14.000 y 18.000 millones, de dólares pasando de unos 44.200 millones en 2022 a una cifra entre 25.900 a 30.200 millones de dólares.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su Panorama Agrícola Semanal (PAS) bajó sus estimaciones de producción de soja de 38 a 33,5 millones de toneladas y para el maíz de 44.5 a 41 millones de toneladas.

En el caso de la soja, representa una caída de 9,8 millones de toneladas con respecto a la campaña anterior y queda a solo 2,5 millones de toneladas de la campaña de la sequía 2009 y por debajo de la de la sequía del 2018. En tanto, para el maíz la baja significa la de menor producción desde la campaña 2015/2016 unos 39,8 millones de toneladas y queda también por debajo de los valores del 2018.

La peor sequía de la historia: ¿una nueva crisis financiera?

“Ante semejante colapso de la oferta en el mercado de cambios, cabe preguntarse cuál será la reacción del BCRA. En cualquier país con flujo de capitales libres, semejante shock de oferta redundaría en una suba del tipo de cambio para reequilibrarla con la demanda” expresa el informe y agrega que “no obstante, en el enfoque de control de cambios adoptado por Argentina desde 2019, es esperable que una caída en la oferta sea compensada con una retracción forzada semejante de la demanda, como ya sucedió incontables veces en este segundo cepo cambiario”.

Es muy factible entonces que en ese escenario el BCRA intente reducir la semana de dólares en un monto cercano a ese es factible que el BCRA reprima la demanda en una cuantía similar.

“El problema es que una mayor restricción a las importaciones sobre las reforzadas con la implementación del sistema SIRA desde mediados de octubre podría afectar seriamente el nivel de actividad económica” describe el informe.

En ese aspecto hay que señalar que el INDEC publicó el EMAE de diciembre que mostró una caída mensual de 1% y se trató de la cuarta caída consecutiva de luego de las caídas de septiembre, octubre y noviembre que indican que la economía estaría entrando en recesión en caso que el próximo mes también de una caída de la actividad económica medida a través del EMAE.

Para entender la gravedad del problema hay que mencionar que cuatro caídas consecutivas del PBI se registraron en 5 crisis financieras de los últimos 20 años:

  • 1) la Crisis Financiera Mundial con la caída de Lehrmann Brothers entre octubre 2008 a enero 2019 con una baja acumulada del 8,4 %.
  • 2) el periodo pre-devaluación de Axel Kicillof en febrero de 2014 donde entre octubre de 2013 y enero de 2014 el PBI cayó un 3 %.
  • 3) el lapso post devaluación de Axel Kicillof entre junio 2014 y septiembre 2014 con una caída del 1,3 del PBI
  • 4) la devaluación y salida del cepo cambiario donde entre febrero de 2016 y mayo de 2016 el PBI cayó un 2,6 %
  • 5) el periodo previo al auxilio financiero del FMI por unos 45.000 millones de dólares entre marzo 2018 y junio 2018 cuando la economía cayó un 5,8%

En este caso los malos resultados del sector agropecuario, de la industria manufacturera y del comercio explican en gran parte la caída de diciembre. En el acumulado del año hubo una mejora del 5,2%.

En ese aspecto hay que mencionar el caso de la actividad agroindustrial que además de caer un 18 % y ya había caído un 2,8 % en octubre y un 7,5 % en noviembre.

Malos pronósticos

Con estos números el escenario de una sequía que no afloja y los malos pronósticos para la próxima cosecha el futuro se presenta bastante complicado.

Por otra parte, el sector Agricultura, Ganadería Caza y Silvicultura tuvo una caída de 18 %, la Industria Manufacturera una baja del 2.1 % y el Comercio Mayorista y Minorista una caída del 1,1%.

El crecimiento del 5,2 % del EMAE en el 2022 muestra que la economía perdió impulso luego del crecimiento récord del 10,3 %.

El gran interrogante es cuánto crecerá la economía este año electoral y si esta tendencia indica que la Argentina entrará en recesión antes de fin de año.

Lo preocupante es que desde el 2002 la economía argentina no sufre una crisis que combina la recesión con una alta tasa de inflación. En ese entonces la caída del PBI fue del 10,9 % y la inflación superó el 40%.

En la contracción de la actividad económica actual tenemos como factores explicativos: la sequía, las restricciones sobre las importaciones y el aumento de la brecha cambiaria y de la inflación.

La nueva crisis y la solvencia del sistema financiero

Gran parte de estos factores figuran la mayoría en las 5 crisis descriptas por lo tanto no resulta arriesgado afirmar que la Argentina podría enfrentar antes de fin de año una crisis de consecuencias más graves que las anteriores y habrá que estar muy atentos a la solidez y solvencia que debe mostrar el sistema financiero en su conjunto ante la posibilidad de un fenómeno de estas características.

Por otro lado, hay que mencionar que al igual que en materia de inflación, de actividad y de acumulación de reservas, el gobierno arrancó el año muy complicado en el aspecto fiscal.

Como dato significativo debemos explicitar que los 204.000 millones de pesos de déficit primario de enero equivalen a 0,25% del PBI de 2022, por lo que es probable que sin la acumulación de esta deuda no se habría sobrecumplido en 0,1% del PBI la meta de 2,5% establecida por el Fondo para 2022. Lo preocupante es que enero es un mes típicamente caracterizado por ser superavitario.

Además, si ese déficit primario se mide en pesos constantes como en porcentaje del PIB el porcentaje de enero pasado es el peor calculado con la metodología actual que se comenzó a utilizar bajo la metodología en 2016.

La principal explicación para este desequilibrio hay que encontrarla en un gasto que parece haber salido de caja en el primer mes del año, aunque cabe la posibilidad de que sea el reflejo de acumulación de deuda flotante en diciembre pasado para cumplir con la meta de déficit primario.

Con estos números el cumplimiento de la meta fiscal para el primer trimestre se podría complicar ya que el organismo tiene establecido un déficit fiscal primario de unos 441.500 millones de pesos.

El gobierno se consumió en el primer mes casi la mitad de lo comprometido y deja un margen de unos 237.500 millones de pesos para el bimestre febrero-marzo. Un nuevo dólar “soja” podría ser una de las herramientas a las que podría apelar el equipo económico Massa para obtener recursos extraordinarios y acercarse al objetivo del FMI pero por ahora eso es toda una incógnita en un escenario político muy complicado para el gobierno.

Fuente: iprofesional