PROVINCIALES – La caída en el nivel de actividad ya pega en la recaudación provincial

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Los ingresos tributarios quedaron por debajo de la inflación en 2022. La sequía podría agravar la situación. El cierre de las cuentas del año pasado
 

El combo de inflación y desaceleración de la actividad económica comenzó a impactar en la recaudación provincial desde el último trimestre del año pasado. De acuerdo al último informe de finanzas provinciales difundido por el Ministerio de Economía, los ingresos tributarios propios sumaron $285.106 millones en 2022 y mostraron una suba interanual de 74,5%, muy por debajo de la inflación del 92,6% que marcó el Ipec para el mismo período. Mejor performance tuvieron los recursos tributarios de origen federal, que crecieron 81% y elevaron su participación en el total a 66%. Sin embargo, también corrieron detrás de los precios. Esta tendencia promete profundizarse, al menos en el primer tramo de 2023

En este escenario, el gobierno informó que las cuentas fiscales santafesinas cerraron el año pasado con un resultado financiero de $1.573 millones, prácticamente en equilibrio, producto de recursos totales por $1,179 billón contra gastos totales por $1,178 billón. En ambos casos con incrementos del orden del 80% interanual en términos nominales.

Este resultado no contempla el impacto extraordinario que tuvo en los ingresos el pago de un vencimiento de la deuda por coparticipación que la Nación acordó pagarle con bonos a la provincia. En diciembre, diez días antes del cierre del ejercicio, el Estado santafesino recibió unos $30 mil millones por ese concepto. Son recursos que, explican desde el gobierno, comenzaron a ser utilizados en 2023 para financiar nuevas obras públicas no contempladas en el presupuesto y para pagar deuda tomada para realizar trabajos ya ejecutados.

Los bonos

Si se suma ese ingreso, los recursos pegan un fuerte salto y, en consecuencia, también el resultado financiero, que salta a más de $30 mil millones de superávit. Sin embargo, desde el Ministerio de Economía señalan que desde el análisis técnico ese resultado “no es real” porque los recursos no se asignan al presupuesto 2022.

“Son ingresos extraordinarios que llegaron diez días antes del cierre del año pasado y que tienen como fin específico, por ley de presupuesto, financiar nuevos trabajos”, señalaron desde la cartera de Hacienda. Como los vencimientos de la deuda nacional se van calzando con los pagos de certificados, hay momentos del año en que incluso la cuenta es negativa. “Al final, el resultado es cero, por eso se considera como si fuera un presupuesto aparte”, agregan. En ese sentido, aclaran que la interpretación sería distinta si, como en el caso de San Luis, esos recursos “fueran a rentas generales”.

En base a este análisis, el tradicional esquema de ahorro, inversión y financiamiento fue presentado, en este caso, en forma desdoblada, con una versión neteada de la “fuente de financiamiento 3016” (ítem en el que se incluyen los bonos de la deuda nacional) y otro que expone estos ingresos y los gastos asociados, ya que son fondos que se coparticipan. La intención es exponer esos recursos pero también señalar que son “un capítulo aparte” y que no se trata de plata que se recibe y va al cajón. “De hecho, ya se ejecutaron más de $16 mil millones en estos tres meses para financiar una veintena de obras en ejecución”.

Más allá de esto, en términos de posibilidad de ejecución de obra pública, la cancelación de vencimientos de la deuda que tiene la Nación permitirá dar mayor dinamismo. En 2022, la inversión en infraestructura se duplicó respecto del año anterior, aunque el gasto de capital todavía es menos del 8% del total.

El tema no es menor por el impacto que tiene esta inversión en la actividad. Un efecto que se agiganta en un contexto complejo, condicionado por el efecto que tiene la sequía en el agro, la industria y el comercio provincial, que augura menores ingresos y una fuerte desaceleración, cuando no caída de la economía. Y que pega en la recaudación.

Fuente: la capital