En pleno desconcierto macroeconómico, y golpeado por variables como el vaivén del dólar y la inflación desatada, el Gobierno decidió ponerle fin a la ley de alquileres vigente. La medida, que se hará efectiva mediante una suspensión del marco que llegará por decreto, se tomaría de manera oficial antes de que concluya la semana. La decisión llega tras una reunión celebrada en las últimas horas entre el presidente Alberto Fernández y Sergio Massa, al frente de la cartera de Economía. En las inmobiliarias predomina la sorpresa y la confusión respecto de qué criterio regirá una vez aplicado el nuevo criterio.
Según se pudo saber, la decisión del Gobierno ocurre sin que exista una alternativa ya pensada para reemplazar a la ley actual. Inmobiliarias, desarrolladores y propietarios reclaman el retorno de los contratos a dos años y los ajustes cada seis meses. Sin embargo, la suspensión del marco actual no redundaría en un retorno al régimen anterior.
Muy por el contrario, predomina la idea de que se abriría la opción de que los nuevos contratos se negocien sin plazos fijos estipulados por ley. Esta posibilidad reavivó la alarma en grupos como Inquilinos Agrupados, que entienden que un escenario de eventual vacío regulatorio podría alentar aumentos mensuales sin control y una redefinición en los pagos de ítems como los meses de depósito.
Ley de alquileres: el mercado desconoce cuál será el nuevo marco
En el sector de los comercializadores coinciden en que la falta de precisiones respecto de cómo se operará en los días que vienen paralizará por completo las nuevas operaciones. Los agentes de ese nicho tampoco saben qué tipo de pautas deberán afrontar quienes por estos días debían cubrir los aumentos estipulados por la leyhasta ahora vigente.
Por el lado de los analistas, predomina la opinión de que, sin otras medidas de fuerza, la suspensión del marco no redundará en una baja de los precios o la ampliación de la oferta de unidades disponibles en el mercado de los alquileres.
“En este marco de desequilibrio macro, con altísima inflación y con el grado de desconfianza actual, esto no tendrá ningún efecto práctico inmediato si no es acompañado por otra serie de medidas de estabilización que difícilmente se adopten. Sobre todo, porque estamos en un escenario de año electoral”, dijo José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario.
“Así como fue inoportuno el momento en el que se sancionó la ley, que fue ajena a la realidad del contexto económico y del mercado en ese momento, también lo será tomar la medida de derogar la ley sin comunicar de forma precisa en qué casos seguirá aplicándose el marco actual, en cuáles ya no, y qué tipo de marco legal será el que quedará vigente”, añadió.
Desde el Consejo Profesional Inmobiliario (CPI) se pronunciaron a favor del fin de la ley pero se pronunciaron en contra de que la medida ocurra por decreto.
“Suspender por DNU la aplicación de una ley del Congreso necesariamente tendría visos de inconstitucionalidad, ya que implicaría que el Poder Ejecutivo se arrogaría la capacidad de legislar salteándose al Legislativo. Esto generaría una sensación de inseguridad jurídica e incertidumbre aún mayor a la que ya sufrimos, lo cual afecta a toda la actividad económica, pero especialmente a las inversiones inmobiliarias y de la construcción”, se indicó desde la entidad.
“La intervención estatal en el mercado de alquileres ha sido y es un error que la sociedad viene sufriendo desde hace casi tres años. Pero no se puede solucionar una equivocación con otra. El Estado cuenta con las herramientas correctas para saldar la injusticia que ha generado, y debe recurrir a ella en lugar de embarcarse en aventuras de dudosa legalidad”, añadieron fuentes del CPI.
Alquileres: valores por las nubes
La escalada que transitan los alquileres no se toma respiro. Con subas que ya rozan el 95 por ciento para aquellos inquilinos que afrontan el ajuste anual que establece la ley vigente, el primer trimestre del año concluyó con un incremento acumulado en los nuevos contratos también inédito.
Según organizaciones del sector, los precios en ese período de 2023 evidenciaron un alza promedio del 25,7 por ciento. Por otro lado, la oferta continúa precipitándose y se ubica en los números más bajos desde que se tiene registro.
De acuerdo a un relevamiento de Zonaprop, sólo en marzo los valores de los pocos inmuebles disponibles para renta subieron 8,3 por ciento.
“El incremento de precio se acelera: en el último trimestre de 2022 el aumento fue del 17,3 por ciento y este trimestre alcanza el 25,7 de incremento. En los últimos 12 meses el precio subió un 118,6 por ciento, es el mayor incremento interanual desde el inicio de la serie”, detalló la consultora.
Fuente: iprofesional