ECONOMÍA – Las tarjetas de crédito se usan cada vez más para comprar comida por la inflación

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Los precios de los alimentos subieron a dos dígitos en abril y desde entonces las familias utilizan con mayor frecuencia los plásticos para adquirir productos de la canasta básica. Esto recorta el disponible para adquirir otros bienes financiados en cuotas a pesar de que el Gobierno amplió el techo para comprar en uno o varios pagos aunque lo definiría cada banco. Comerciantes y supermercadistas dudan del alcance efectivo de la medida.

Cada vez más consumidores recurren a distintas formas de financiamiento para comprar alimentos. Entre esas fuentes, el uso de la tarjeta de crédito en cuotas para adquirir productos básicos está en ascenso. Como un incentivo al consumo, el Ministerio de Economía anunció en la semana un acuerdo con entidades bancarias para aumentar los límites de compra con tarjeta, algo que podría acelerar esta tendencia.

El Gobierno anunció una suba del 30% en los montos para las compras con los plásticos en cuotas y de hasta 25% para las operaciones en un solo pago. Con eso espera llevar alivio en los bolsillos a cerca de 39 millones de tarjetas que podrán comprar más y esperan que por cada 10 mil pesos se sumen otros 3 mil pesos.

También computan desde el gobierno que si una familia contaba con 50 mil pesos para gastar con la tarjeta ahora tendrá hasta 65 mil pesos.

Sin embargo, las cuentas varían según cómo se las mire.

La situación de endeudamiento familiar en especial con las compra de alimentos hace que los montos disponibles sigan siendo cortos para los ingresos familiares a que sienten cómo pierden frente a la inflación.

Según un relevamiento de Consumidores Libres, la canasta básica de alimentos lleva una suba de precios acumulada del 46,25% en lo que va del año. Por eso, muchas familias deben recurrir a diferentes estrategias para mantener el consumo en este rubro básico.

El Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de Córdoba hace una encuesta mensual sobre los métodos que utilizan los consumidores, y observó que, durante abril, el 46,2% de los consultados utilizaron la tarjeta de crédito para financiar alimentos. Otro 37,3% tiene cuenta en algún almacén y pide fiado y otro tanto, el 11,6%, tiene que pedir dinero prestado.

“Esa es la tendencia, y por este camino van los anuncios de Massa de que crezca el financiamiento hacia las familias”, aseguró a PERFIL Vanesa Ruiz, gerente de la institución. “Es algo muy contradictorio que la solución sea seguir endeudándose, ya estamos en niveles de deuda históricos, y paliar la inflación con esta medida no es la forma”, opinó.

Según Ruiz, la propensión a la compra en cuotas empezó en carnicerías, pero se fue trasladando cada vez más a otros alimentos. “Veníamos observando el uso de la tarjeta para financiar alimentos que se sacan en cuotas, la gente aprovecha las opciones que dan las tarjetas”. El problema, advirtió, es que “el alimento perece muy rápidamente, entonces no hay tiempo de amortizarlo”. Lo que más preocupa también, explicó, son “aquellos que pagan los mínimos con tasas de financiamiento muy altas, con lo que entran a un círculo del que es muy difícil salir”.

Fuentes que nuclean a los supermercadistas consultadas por PERFIL coincidieron en que cualquier incentivo al consumo para ellos es positivo, y que, en general, el uso de las tarjetas se verifica en los locales grandes. Para los locales chicos, consideran, la medida “no va a cambiar demasiado el panorama”, pero es bienvenida.

En el mismo sentido, la Confederación General Empresaria respaldó en un comunicado la disposición tomada por el Ministerio de Economía y las entidades bancarias. En el documento afirman que “toda medida que sirva para mantener el consumo a los niveles que habíamos conseguido y para que se fomente la industria nacional, CGERA la va a acompañar y apoyar”.

Marcelo Fernández, presidente de la Confederación, le comentó a PERFIL que considera que el aumento de los límites en las transacciones con tarjeta de crédito en un 30% para compras en cuotas y del 25% en un pago “ayudará a sostener el trabajo y la producción”, porque para quienes “agoten sus salarios con alimentos, esta ampliación les permitirá pensar en comprar algún otro bien”.

Según el último informe de la Secretaría de Comercio que monitorea las compras con Ahora 12, “en la medición a precios constantes, la facturación mensual de marzo evidenció un aumento del 5% y una caída interanual del 9%”. El de los electrodomésticos fue el sector que más creció a nivel mensual, pero tuvo una baja real del 20% interanual.

De acuerdo con la Encuesta de Supermercados, realizada por el mismo organismo, las ventas a precios corrientes abonadas con tarjetas de crédito en estos establecimientos representaron un 37,1% del total en marzo, y tuvieron una variación interanual del 115,8%.

Según los supermercadistas, desde el sector advirtieron un “paulatino crecimiento” de las compras de alimentos con tarjetas de crédito y en cuotas, aunque no la consideran una práctica generalizada. Lo que sí señalaron es que los que quedan afuera de estos cálculos son las personas con menor poder adquisitivo, que no tienen acceso a las tarjetas de crédito, y que, si lo tuvieran, “seguramente las usarían”.

Representantes de entidades que nuclean al sector bancario aseguraron a PERFIL que este 30% de aumento en los límites de compra en cuotas será un extra a las actualizaciones que ya vienen haciendo, pero que los casos se evaluarán uno por uno, como hasta ahora.

Es decir que, a la hora de decidir, los bancos tendrán en cuenta los ingresos declarados, el endeudamiento y las posibilidades de pago que tenga el cliente, con lo que no está garantizado que todos accedan a este beneficio.

A los sectores que podrían pagarlo, pero cuyos ingresos no están registrados, o están subempleados, la medida no llega. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, solo el 40,3% de la población de 18 años o más logró acceder, en 2022, a un empleo pleno de derechos.

Fuente: perfil.com