La inteligencia artificial (IA) generativa podría sumar entre 2,6 y 4,4 billones de dólares de productividad anual en el mundo -una cifra similar al PIB de Reino Unido en 2021, 3,1 billones-, según un informe de la consultora McKinsey & Company que analiza 63 nuevos casos de uso en 16 funciones empresariales que podrían generar estos beneficios.
En su informe ‘The economic potential of generative AI: The next productivity frontier’ (‘El potencial económico de la IA generativa: la próxima frontera de la productividad’), McKinsey calcula que, excluyendo la IA generativa, los casos de uso de la inteligencia artificial y la analítica podrían aportar anualmente entre 11 y 17,7 billones de dólares de valor a la economía mundial. Al añadir la IA generativa a estos casos, se podría aumentar esa cantidad entre un 15 y un 40%.
La consultora concluyó que permitir que los trabajadores utilicen la inteligencia artificial generativa, incluso más allá de los 63 casos de uso, podría aumentar la productividad entre un 0,1% y un 0,6% cada año hasta 2043, compensando la disminución del crecimiento del empleo a medida que la población envejece.
Qué trabajos se automatizarán
Según el estudio, este valor llega a medida que la IA generativa transforma el trabajo, ya que las capacidades de esta y otras tecnologías tienen el potencial de automatizar ciertas actividades laborales que hoy absorben entre el 60% y el 70% del tiempo de los empleados.
McKinsey sostiene que el ritmo de adopción de la IA y de la transformación de la mano de obra va a ser cada vez más rápido, de manera que la mitad de las actividades laborales actuales podrían automatizarse entre 2030 y 2060.
El informe indica que la inteligencia artificial generativa ha acelerado el ritmo de transformación del lugar de trabajo. “Se están reimaginando puestos de trabajo y transformando sectores en cuestión de meses, no de años. Esto proporciona a las personas una nueva superpotencia; y a la economía, una inyección de productividad muy necesaria”, destaca el informe relevado por Europa Press.
La consultora cree que alrededor del 75% del potencial de valor total de la aplicación de la IA generativa se materializará en cuatro funciones empresariales: operaciones con clientes, marketing y ventas, ingeniería de software e investigación y desarrollo (I+D). Por ejemplo, calcula que las operaciones con clientes para personalizar y automatizar la IA generativa podrían aumentar la productividad entre el 30% y el 45% de los costos actuales de las funciones.
Los casos de uso incluyen mejorar el autoservicio, a través de canales automatizados, y proporcionar a los agentes de atención al cliente información más específica para aumentar las ventas.
En el ámbito del marketing, la productividad podría aumentar entre un 5% y un 15%, mientras que en ventas la aplicación de la IA generativa podría aportar un valor de entre el 3 y el 5%. Esto se podría conseguir gracias a una planificación y redacción de contenidos más rápida, un mayor conocimiento y calidad de los datos, la personalización de las búsquedas y la priorización de los clientes potenciales.
En el caso de la ingeniería de ‘software’, se generarían ahorros en la producción de bienes, y el impacto directo de la IA generativa en la productividad podría oscilar entre el 20 y el 45% del gasto anual actual. Este aumento de productividad podría proceder de la reducción del tiempo de codificación, la corrección de código y la investigación de mercado para soluciones de arquitectura.
Por último, McKinsey dice que en el ámbito de la I+D se conseguirá incrementar la productividad de los servicios entre el 10% y el 15%, con casos de uso que incluyen la mejora de la calidad general del producto, la optimización de los diseños para la fabricación y la reducción de costos en logística y producción.
Mitigar los riesgos
Por otra parte, la consultora advierte de que, con la tecnología de IA generativa evolucionando tan rápidamente, “los líderes empresariales deben actuar con celeridad para captar su valor y gestionar sus riesgos”, y de forma similar deben actuar los gobiernos.
“Con un impacto tan significativo en la mano de obra, las organizaciones tendrán que acelerar la planificación y el reaprovechamiento de la fuerza de trabajo, mientras que los empleados deben trabajar para dominar sus usos y adquirir nuevas habilidades”, subraya McKinsey.
Fuera de la alta tecnología, los bancos podrían obtener un gran valor por parte de la inteligencia artificial generativa, generando entre 200.000 y 340.000 millones de dólares adicionales gracias al aumento de la productividad, según el informe. Asimismo, las ventajas incluyen una mayor satisfacción del cliente, la mejora de la toma de decisiones y la experiencia de los empleados, y gracias a una mejor supervisión se podría reducir el riesgo de fraude.
Otro de los beneficiados sería el comercio minorista, que podría obtener un impulso de 310.000 millones de dólares gracias a la IA generativa, automatizando algunos aspectos de la atención al cliente, el marketing y las ventas y la gestión tanto de inventarios como de la cadena de suministro. Además, la evolución de las soluciones de IA existentes mejorará las ofertas personalizadas a los clientes, optimizando las actividades de marketing y ventas.
Por su parte, las industrias farmacéuticas y de productos médicos podrían desbloquear entre 61.000 y 110.000 millones de dólares anuales gracias al potencial de esta tecnología para acelerar el ciclo de diez a quince años que tarda un medicamento en llegar al mercado, según McKinsey, que añade que al mismo tiempo se podría mejorar la calidad de los compuestos farmacéuticos.