Los controles de cambios son los peores analgésicos para la fuga de capitales por qué al imponerlos e intentar evitar salida de dólares se le cierra la puerta en forma definitiva a nuevos ingresos. Se termina languideciendo por falta de reservas que, en un inicio abultadas, cada vez se van convirtiendo en más escasas. Excede al efecto sequía. Con Cepo siempre se tendrá menos reservas de las que se intentan que no salgan en el corto o mediano plazo.
Todos los males de una “economía cepeada” se van acumulando cepo tras cepo con distorsión de precios relativos entre los bienes y servicios de la economía, incremento de las operaciones cambiarias a la cotización paralela, incentivos a la evasión de divisa, salida de capitales y ahorro en moneda extranjera fuera del sistema financiero, menor inversión extranjera directa, pérdida de competitividad y productividad de las empresas locales por restricción en el mercado cambiario, incertidumbre para la inversión, deterioro de la balanza de pagos, entre otros.
A menos confianza, menos dólares
Ante lo que estamos viviendo, el actual gobierno no se encuentra desactivando la crisis, sino que más bien se encuentra poniendo una serie de parches o frenos para pseudo estabilizar el drenaje de dólares que hay en la economía. La escasez de dólares se debe a la falta de confianza en la moneda nacional, por lo cual se huye hacia una moneda fuerte como el dólar.
A continuación, vamos a detallar los cepos que se impusieron a partir del 2019 en adelante. Con el ministro de Economía Nicolás Dujovne se dio el inicio a la era de los cepos con un cepo para las compras puerta a puerta.
En la era de Hernán Lacunza se inició la restricción de compra de dólares con un tope de u$s200 oficiales para atesoramiento y gastos en el exterior.
Guzmán y sus 4 cepos al dólar
En la era Martín Guzmán, el cepo se endureció cada vez más con un total de 4 cepos hasta el año 2022.
Guzmán fue el inventor del Impuesto País del 30% para la compra de dólares pero como no le alcanzó sumó otro impuesto más con el 35% anticipo de Impuesto a las Ganancias y la restricción a las importaciones con una extensión de financiación con licencias automáticas.
Sin embargo, no se pudo lograr frenar la caída de reservas ya que para el fin de su mandato no se acumularon dólares por la liquidación de divisas del agro. Según el BCRA, se estima que para el 2022 se liquidó un poco más de u$s40.000 millones, sin embargo el nivel de pérdida de reservas continuaban en niveles de caída del 2019.
Batakis fue más allá: puso 7 cepos al dólar
En medio de la incertidumbre de la economía en julio del 2022, la crisis institucional estaba a flor de piel entre las internas del gobierno por la falta de celeridad del ministro de economía Guzmán por avanzar más rápido el sinceramiento fiscal (demoras en la segmentación de tarifas y sobre todo la disputa en el tema energético fueron algunos detonantes).
El ministro renunció a su cargo, ingresando Silvina Batakis quien dejó a su paso 7 cepos para evitar la sangría de dólares y con eso también contener la escalada del dólar paralelo que pasó en un mes de $239 a $341 por dólar.
Entre los principales frenos a la economía fueron, cepos para evitar financiamientos de compras free shop, aumento de la alícuota del impuesto país, cepo al dólar si habías comprado criptomonedas, Cedears y Obligaciones Negociables, es decir una serie de medidas que evitaban cierta presión sobre los dólares financieros pero que sin duda era tanta la necesidad de desprenderse de los pesos, que el impacto final lo terminó absorbiendo el paralelo.
Récord: 31 restricciones al dólar en los últimos 4 años
Finalmente, tenemos al actual ministro de economía, Sergio Massa, que asumió hace exactamente 1 año con un dólar paralelo de $282 por dólar.
Su idea madre fue frenar el drenaje de dólares de las reservas del BCRA. Con el actual ministro Massa se incorporaron 17 cepos, con un récord total de 31 cepos en los últimos 4 años que hacen que cada vez sea más difícil ingresar al Mercado Único y Libre de Cambios.
Se establecieron medidas como una serie de permisos que deberían tramitar las empresas para importar, el encarecimiento del tipo de cambio con una serie de impuestos y anticipo a cuenta de Bienes Personales, restricciones sobre los dólares financieros, la imposibilidad de comprar dólar ahorro tanto para los que acceden a una moratoria previsional o para aquellos que no cubran al menos 2 Salarios Mínimos Vitales y Móviles o para los que acceden a subsidios o planes sociales y hasta las últimas reglamentaciones para restringir la operatoria de dólar MEP/CCL cada vez más compleja.
Con una brecha cambiaria muy amplia, un atraso cambiario muy marcado, tenemos los condimentos para que los dólares que ingresan salgan por otro lado. No hay cepo que evite toda esa sangría de dólares. Si se agrega la presión del FMI por el cumplimiento de metas y pago de las cuotas del préstamo de la gestión anterior, es solo cuestión de tiempo para que este esquema insostenible se quiebre.