ECONOMÍA – La inflación derrumba al peso argentino: cuánto se devaluó frente dólar y cómo les fue a las monedas de la región

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No tener moneda es caótico para nuestras vidas porque padecemos cambios permanentes de el poder adquisitivo que deterioran nuestra riqueza personal

En este momento particular de nuestra economía estamos transitando la inflación más elevada de todos los bienes y servicios en los últimos 32 años. El origen y causal es monetario.

El premio Nobel de economía Tom Sargent, en su paso por Buenos Aires, realizó una afirmación muy cierta: “La inflación siempre es un fenómeno fiscal donde la autoridad monetaria actúa siempre de cómplice”.

Las consecuencias de la inflación, desvastadoras

Las consecuencias sociales y económicas provocadas por los cambios del poder adquisitivo de nuestra moneda están siendo devastadoras, tales como:

  1. El peso argentino sólo puede emplearse como medio de intercambio y no con otro propósito;
  2. Sólo es posible el intercambio entre bienes presentes, no intercambiándose éstos contra bienes futuros;
  3. Estamos teniendo efectos muy adversos en el cálculo monetario tanto sector público como privado.

No tener moneda es caótico para nuestras vidas porque padecemos cambios permanentes de su poder adquisitivo que deterioran la riqueza personal de diferentes argentinos. Todos nos empobrecemos. En una economía que no encuentra equilibrios macroeconómicos y no crece, las ganancias de unos corresponden a las pérdidas de otros. Ahí donde la destrucción de la moneda le da a la clase política la oportunidad de hablar de distribución de la riqueza cuando en realidad el instrumento para acumular la riqueza lo destruye la clase política.

Es decir, se intenta distribuir aquello que no se produjo o creció previamente por lo cual es una metáfora invariable y un concepto vacío que atrae mucho ideológicamente pero imposible de llevar a la práctica sin generar más destrucción de valor aún. La destrucción del capital y trabajo. Es tan claro ese plan que los cambios de origen monetario registrados por el poder adquisitivo pueden inducir indirectamente a que se incremente la acumulación de capital o a que aumente el consumo del mismo. Justamente la segunda opción es la más buscada. Se busca el consumo sin ahorro e inversión previa. Un derroche del capital sin moneda.

Las reformas que traerá a dolarización

La respuesta más inmediata a la destrucción de la moneda local y al deterioro del peso en forma permanente está llevando al cansancio a todos los argentinos y puso el foco del debate la “Dolarización sí o no”. Es importante entender que, la dolarización que se promete implementar desde una de las fuerzas políticas que hoy disputan el poder, también trae consigo reformas de carácter fiscal, tributario, laboral y cambiario que sumado a las medidas monetarias (en este caso la dolarización) prometen salir de la crisis estanflacionaria que atraviesa el país.

Hoy por hoy, los argentinos están dispuestos a refugiarse en cualquier moneda antes que el peso. Al tomar los billetes de máxima denominación de diferentes países de América Latina en relación al billete de $1.000 (no se tomó el de $2.000 debido al poco tiempo desde su ingreso a curso legal) durante el periodo de noviembre 2017 hasta agosto 2023, surge que el billete de $1.000 fue la moneda que más se devaluó en los últimos cinco años (-97,5%), siguiendo detrás a los 100 reales brasileños con -33%, 100.000 pesos colombianos con -26%, 20.000 pesos chilenos, con -23%, entre otras.

La devaluación del billete argentino

Ahora, si tomamos el período interanual de julio 2021 a agosto 2023 veremos la misma situación, ya que los $1.000 argentinos en tan solo 2 años se devaluaron un 75%, luego sigue los 20.000 pesos chilenos en 10%, los 100.000 pesos colombianos en 0,4%.

Por otro lado, hubo monedas que se apreciaron en el mismo periodo del tiempo como los 2.000 pesos uruguayos en 15% y los 200 soles peruanos en 9,7 por ciento.

Otra forma de ver como el peso pierde valor es tomar $100.000 argentinos e invertirlos en monedas de la región desde julio de 2021 hasta hoy en pesos uruguayos o bolivianos.

Si hacemos el ejercicio anterior hoy el rendimiento de los $100.000 serían $543.609 al resguardarse en moneda uruguaya, $487.941 al resguardarse en moneda peruana.

Esto significa, que al refugiarse en monedas de la región no solo evitamos la devaluación del peso argentino, sino que en monedas como los pesos uruguayos o los soles peruanos mejoran el valor debido que esta se apreció en ese periodo. Por lo cual, no cabe duda de que ahorrar en monedas de otra región sigue siendo más redituable que tener pesos argentinos.

El salario en los países dolarizados

El deterioro del poder adquisitivo de nuestra moneda es muy grande no hay posibilidades de reversión inmediata ya que con el cambio de gobierno el plan será para evitar efectos adversos hacia adelante pero el desequilibrio fiscal y monetario al asumir la próxima gestión tendrá efectos nocivos sobre la variación de precios al menos durante el primer año.

La idea de una moneda que no dependa del Banco Central (BCRA) es ahora una de las propuestas más atractivas para una parte del electorado. Si tomamos el salario mínimo vital y móvil de los países que están dolarizados son los siguientes: Ecuador con u$s425, Panamá con u$s326 y El Salvador u$s365. Sin embargo, los procesos de dolarización han sido muy diferentes para cada caso.

La inflación argentina, en el top 3 mundial

Llegamos a este extremo justamente porque el resto de la región no padece la problemática inflacionaria que tiene Argentina que se encuentra en el top 3 mundial de mayor pérdida de poder adquisitivo de su moneda.

Los cambios del poder adquisitivo del dinero lo que hacen es variar la distribución de la riqueza entre los diversos miembros de la sociedad. Justamente, los que se encuentran en nivel de pobreza e indigencia son los más afectados. En ese segmento no hay paritaria, no hay bono, no hay crédito, no hay aguinaldos, no hay vacaciones, no hay nada.

Sin tocar un manual de macro o microeconomía, solo por su experiencia se han dado cuenta que los políticos y últimos gobiernos han trastocado el poder adquisitivo de su dinero. También saben que lo han intentado ocultar con juicios valorativos del mercado sin ningún respaldo científico detrás.

También conocen que esos procederes han sido por intereses políticos propios y no para mejorar la vida de las personas que dicen representar. Nunca han pensado en el bien común o el bienestar público y la moneda es elemento fundante y circulante del proceso de intercambio social de mercado. Han manejado la política monetaria y fiscal a discreción. El cansancio y los resultados están a la vista. En agosto y septiembre tendremos la inflación más elevada de los últimos 32 años.

Fuente: infobae