Se conocieron los datos de Brasil, México y Paraguay de este mes; además, un organismo independiente explicó por qué se moderó la suba de precios anual en el país gobernado por Maduro, mientras se proyecta un empeoramiento en 2024 para la Argentina.
Con el cierre del 2023, se nota con mayor nitidez el abismo en términos inflacionarios entre la Argentina y el resto de los países de América latina.
En particular, entre los tres países más grandes de la región, la Argentina termina con una suba de precios cercana al 200% mientras que en los otros dos casos el dato fue menor al 5% anual.
Además, la Argentina terminará con la inflación mensual más alta de toda América latina, cercana al 30%, mientras que Venezuela terminará en torno del 3,7%.
El economista José Guerra del OVF dijo a Infobae desde Caracas que “ha habido una estabilidad del tipo de cambio hasta el 20 diciembre y luego se ha devaluado”.
El país gobernado por Nicolás Maduro, según la medición independiente del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), culminará con una inflación del 285%, contra 286% de noviembre.
La Argentina hasta noviembre registró una inflación del 160,9% interanual y se estima que cerrará en torno del 200% este año, aunque ECO GO calculó un 222,7% para 2023. En 2024 las estimaciones rondan entre el 220% y el 300%, con una tendencia ascendente, a diferencia del resto de la región. Para Venezuela, el OVF estima un 175%.
En particular, la consultora de Marina Dal Poggetto estimó en su relevamiento que la inflación de este mes culminó en torno del 29%.
La brecha entre ambos países se está cerrando: en Venezuela la inflación interanual cae –luego de cuatro años de hiperinflación hasta 2021- y en la Argentina crece, al punto de que el nuevo gobierno anticipa que, si se mantuviera la tendencia actual, el país también sufriría una hiperinflación como en 1989 y 1990.
Mientras tanto, Brasil informó en su dato preliminar que la inflación fue del 0,4% este mes y del 4,7% en 2023 y México 0,5% y 4,4%, respectivamente.
A su vez, Paraguay dio a conocer hoy el dato definitivo: 0,3% este mes y 3,7% en todo el año.
En el caso del país gobernado por Lula, se precisó que “con datos desestacionalizados y anualizados, la inflación subyacente de los servicios subió al 4,1% (desde el 4,0%), mientras que la subyacente de los industriales bajó al -1,6% (desde el -1,5%)”.
“En la misma métrica, la media de las medidas de inflación subyacente se mantuvo estable en el 3,2%”, indicó el banco Itaú.
“La mayor parte de la sorpresa al alza se explicó por los servicios, especialmente los boletos de avión. Los rubros que forman parte de la medida subyacente del grupo (como las reparaciones de automóviles, el alquiler y la comida fuera de casa) también sorprendieron al alza, pero en menor magnitud. Al margen, la inflación subyacente siguió mostrando una composición benigna”.
En el caso de México, según el Itaú, “el IPC general aumentó un 0,52% a/a en el primer semestre de diciembre, por encima de nuestra previsión del 0,37% y del consenso del mercado del 0,42%. La sorpresa al alza de la inflación general se explica principalmente por una importante presión sobre los precios de las frutas y verduras no básicas (3,32% frente a nuestra previsión del 1,0%)”.
“La inflación subyacente registró una tasa quincenal del 0,46%, en línea con nuestra previsión del 0,42% y el consenso del mercado del 0,49%. La inflación subyacente se vio impulsada principalmente por la inflación de otros servicios básicos (1,21% frente a la media de 10 años del 0,91%), que refleja la presión de los precios relacionados con el turismo (principalmente las tarifas aéreas) y los precios de los restaurantes”, indicó el Itaú.
“Los otros servicios básicos, excluidos los índices mencionados, se mantuvieron prácticamente sin cambios en el 0,35% (frente al 0,32% de hace un año)”, detalló.
“La inflación general anual aumentó al 4,46% en la primera mitad de diciembre (desde el 4,33% de la segunda mitad de noviembre) impulsada por el índice no subyacente, mientras que la inflación subyacente cayó al 5,19% (desde el 5,30%)”.
El Itaú afirmó que “se espera que la inflación se desacelere gradualmente hacia finales del próximo año hasta el 4,2%, desde un probable 4,5% a finales de 2023. Si bien la principal presión alcista de hoy provino de la volatilidad de las frutas y hortalizas en el índice no subyacente”. Al parecer, dada la divergencia entre la Argentina y el resto de la región, la ascendente inflación es producto de malas políticas propias y no de la guerra u otros fenómenos exógenos.
Fuente: infobae