El proyecto de ley sobre Ganancias también incluye a los monotributistas, con suba de escalas de hasta 745% en medio de una inflación de 211%. Sin embargo, para los autónomos todavía no se han planteado grandes modificaciones, aunque sí se actualizarían las categorías.
Dentro del proyecto impositivo que presentó el Gobierno en el Congreso, donde la reversión de Ganancias estará en el centro del debate, también se incluyeron cambios en el régimen de monotributo. Con aumentos de hasta el 745% en las categorías, especialistas consultados por Ámbito definen a este universo como el “gran ganador” de la iniciativa, aunque reclaman por medidas de justicia tributaria para los autónomos.
En Argentina hay casi 2,9 millones de trabajadores independientes. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, el empleo independiente en su conjunto se expandió 11,3% (+294.500 trabajadores). En la comparación interanual fue impulsado por los monotributistas (+39,7% monotributo social y +6,6% monotributo), mientras la cantidad de aportantes al régimen de autónomos creció sólo 1,6%.
Al ritmo de la fuerte inflación y el deterioro del poder adquisitivo, que solo para trabajadores dependientes bajó 13% en el primer mes de gestión de Javier Milei, los monotributistas y autónomos solicitaban con urgencia la actualización de las categorías. Es así que, según explica el CEO de MR Consultores, Marcelo Rodríguez, con el parámetro de 1° de enero de 2023 y el proyecto de ley actual, el monto máximo por categorías se incrementaría entre un 400% para el escalafón más bajo (el A) y el 745% para el más alto (el K). A su vez, para aquellos monotributistas que prestan servicios, la suba de la máxima categoría se incrementó 520%.
El abogado tributarista Diego Fraga entiende que la tabla para monotributistas “quedó muy bien y son los grandes ganadores de la reforma” ya que “son montos bastantes altos para la economía actual”. De aprobarse en el Congreso, la categoría A pasaría al límite de $5 millones, la B a $8 millones, la C a $11,5 millones y la D a $15,5 millones.
El tope de ingresos brutos anuales para estar en el régimen sería de $35 millones para servicios y de $68 millones para venta de cosas muebles. A su vez, se actualizaría el importe mensual a pagar, tanto el componente impositivo como de los aportes jubilatorios y la obra social. La cuota total de la categoría A, la más baja, ascendería a $27.500 mensuales -actualmente en $12.128- mientras que para la H, la mayor de servicios, la cuota total sería de $179.597, ahora en $66.111. En tanto, para la categoría K, la superior del rubro ventas, se iría a $409.418 por mes, hoy en $106.964.
Al mismo tiempo, Rodríguez marca que el mínimo no imponible para los autónomos se incrementaría un 422% en el mismo período. La iniciativa del Ejecutivo propone que paguen Ganancias a partir de un ingreso promedio de $688.575 mensual (sin ninguna deducción) y a partir de $871.984 mensuales (con cargas de familia, cónyuge y dos hijos).
Sin embargo, considera que el régimen de responsable inscripto sigue siendo “el lugar donde se cobijan los cuentapropistas y profesionales” ya que quien se encuentra en la categoría máxima de servicios, que podría facturar hasta $35 millones, terminaría abonando “nada más que el 5% en concepto de ingresos”, mientras que los autónomos “llegan fácilmente al 35%”. En ese sentido, advierte que las empresas “van a tender a intentar contratar personal bajo esta metodología” para paliar el impacto de la posible suba del impuesto a las Ganancias. “Quienes están dentro del monotributo desde ningún punto pueden imaginar salir, por eso se complica cuando hay alguna exclusión. Sigue habiendo una importante inconsistencia donde hay un nicho de beneficio fiscal para los monotributistas”.
Si bien Fraga explica que actualmente se mantiene el sistema para amortiguar la transición al régimen autónomo, se detecta una “razón histórica” para la discriminación impositiva entre unos y otros: “Los dependientes tienen más restricciones en los gastos deducibles”. Pero los autónomos también están limitados por AFIP, aunque tengan “cierta flexibilidad mayor” para deducir gastos. “No se justifica que a igual capacidad contributiva el impuesto los castigue de manera diferente”, entiende el especialista.
En ese sentido, Sebastián Domínguez, de SDC Asesores Tributarios, reconoce que en el proyecto los descuentos -MNI, deducciones especiales, cónyuge, hijos, etcétera- también se aplican a este universo y los tramos de las escalas también buscan actualizarse. Pero lo que debería realizarse, según su mirada, es aumentar la deducción especial incrementada en 3,8 veces, tal como se le aplica a los empleados. “Eso es lo que siempre se ha pedido, el tratamiento igualitario”, concluye el especialista.
Fuente: ambito