Casi la mitad de la población ya cayó en la pobreza medida por niveles de ingresos.
Si bien el FMI estimó una caída de la economía del 2,8% para este año, la recesión sería aún peor, y podría generar que el Producto Bruto -todo lo que se produce en el país- caiga hasta 4,4%, de acuerdo con actualizaciones realizadas por consultoras económicas.
Es que el comienzo del año generó caídas en las principales variables ligadas al consumo: las ventas de supermercados estarían cayendo por encima del 20% en el primer bimestre, mientras que el patentamiento de autos desbarrancó 33%, y la construcción se contrajo 28,2% interanual.
Según la consultora Econviews, los salarios reales registraron una pérdida del 19% en diciembre, marcando el golpe más significativo en los ingresos desde octubre de 2017.
Con este arranque tan negativo, que golpea el consumo, economistas pronostican que este año se profundizará la recesión, con una caída que oscilaría entre 2,4% y el 4,4%.
Los primeros meses del 2024 serán los de mayor impacto, por la descomunal pérdida del poder adquisitivo.
Algunas proyecciones, como la de Econviews, observa “una mejora de la economía a partir de mayo, primero incipiente y luego más robusta. Esto es condicional a que la inflación vuelva a un dígito, lo que llevaría a que el ingreso disponible se recupere”. Aún así, la actividad retrocederá 2,6% en el año en este pronóstico.
Pero el costo de vida da pocas señales de descenso. En febrero se ubicaría de nuevo en el 20%, y lo mismo podría ocurrir en marzo. Desde diciembre, cuando se aplicó una fuerte devaluación, los precios habrían aumentado 100%, contabilizando febrero con un incremento del 20%.
María Castiglioni, de C&T Consultores, advierte que “no se percibe una recuperación ni en febrero ni en marzo”.
Señala, sí, que en abril constituirán la cosecha y todas las actividades vinculadas, como el transporte y el comercio mayorista ligado a las exportaciones.
“Seguramente empezará a haber un punto de inflexión, pero va a ser muy desparejo. En el consumo interno la recuperación va a ser con más delay que en los sectores transables”, señaló.
Para acelerar la velocidad de la recuperación será clave el levantamiento del cepo, un factor decisivo para abrir la puerta a la llegada de inversiones. Se habla de que el presidente Javier Milei quería levantarlo hacia fines de mayo.
Para Castiglioni, “no parece descabellado que la unificación cambiaria se dé a mitad de año. Eso puede ayudar a que haya alguna recuperación en el sector que requiere inversión, como minería, litio y Vaca Muerta”.
Fernando Marull, director de FMyA, ve dos motivos para que la economía rebote en los próximos meses: “Primero por los salarios, que en febrero empataron y en marzo empiezan a ganarle a la inflación. Las paritarias se van a ir acomodando a niveles por arriba del 15% mensual, cuando la inflación esté dando abajo de 15%”.
El segundo factor favorable que ve Marull es la llegada de la cosecha, que empezará a tallar a partir de abril y a traccionar las exportaciones. Aún así, el economista estima una caída de la actividad de 2,4% para todo el año.
“La clave para la recuperación de la actividad son el consumo y las exportaciones, la inversión es más de largo plazo y todavía no la veo recuperándose”, explicó.
Desde Abeceb, Elisabet Bacigalupo plantea que para este año, en medio del fuerte ajuste, esperan “un escenario de V corta: una recesión profunda pero no muy larga donde la actividad toca piso en el segundo trimestre. Entre abril y mayo debería empezar a llegar al piso y dar la vuelta. El agro va a actuar como un amortiguador, no solo por el propio sector sino porque derrama en los pueblos del interior, en transporte, servicios y demanda de gasoil, entre otros”.
Pero el efecto benéfico del agro no será suficiente para contrarrestar el derrumbe de la demanda doméstica, lo que provocará que la economía se contraiga entre 4,1 y 4,3% en 2024, según el pronóstico de Abeceb. Y advierten que sin el agro, la caída del PBI llegaría a 7%.
Este escenario supone que no habrá nuevos eventos disruptivos. Es decir, que el Gobierno logra esquivar un salto devaluatorio brusco que genere un nuevo fogonazo inflacionario.
“El Gobierno tiene margen para evitar un salto nuevo en el tipo de cambio pese a que la inflación lo erosiona en parte. Lo que no puede hacer es seguir manteniendo el crawling peg del 2% mensual, pero se puede acelerar el ritmo sin ir a un nuevo salto”, refuerza la economista.
Aún si se cumple este pronóstico será un mal año para los bolsillos. “Al salario le va a costar recuperarse, porque este ciclo recesivo empezó con niveles de salario real muy bajo”, señala Bacigalupo.
Desde EcoGo, Sebastián Menescaldi tiene más reparos sobre la recuperación económica: “En el primer trimestre esperamos una fuerte caída de la actividad, del 7,5% interanual”, señala.
Y estima que “en el segundo va a haber resultados mixtos: una cosecha mucho mejor que la del año pasado y el resto de la actividad cayendo. Pero hay que ver si ese repunte se confirma en el tercer trimestre, porque dependerá de si el Gobierno logra estabilizar desde lo político y lo económico. Si logra generar expectativas, ahí se puede ir recomponiendo el nivel de actividad”.
Para Menescaldi, “la salida va a ser mucho más débil. la recuperación en V sería milagrosa. Tendría que haber mucho ingreso de capital que yo no veo. Tampoco veo que estén los dólares para unificar el tipo de cambio. El Gobierno logró mejorar bastante el balance del Banco Central con las compras de dólares y la licuación de la deuda en pesos. Pero no se puede unificar con US$ 5.000 millones de reservas negativas y después dejarlo a la buena de Dios. Hay que generar mucha más confianza o generar una devaluación mucho más importantes”.
Dijo que con los dólares que aporte la cosecha no sería suficiente para estabilizar la economía. “Puede haber algún aporte adicional de la minería, pero para tener dólares, lo único que queda es bajar la importaciones y eso baja el nivel de consumo”.
Fuente: noticiasargentinas.com