Después de registrar uno de los mejores meses en su historia, los plazos fijos del sector privado perdieron fuerza en febrero, hasta cerrar con un alza de apenas 1,46%. La marcada baja de tasas que condujo el Banco Central en un contexto de alta inflación fue determinante para que buena parte de los ahorristas y grandes inversores no renueven sus colocaciones a plazo y se refugien en activos en dólares.
Arrastrada por el recorte que el BCRA fue aplicando en las licitaciones de Leliqs, la tasa Badlar, que es la que pagan los bancos por los depósitos a 30 días de más de un millón, llegó a caer más de 9 puntos en los primeros 18 días de febrero, para pasar de 44,6% anual al 35,3%. Luego, también acompañando el rebote que motivó el Central para desalentar la demanda de dólares, la tasa de los plazos fijos repunto algunos escalones, pero apenas llegó al 37,1% anual.
Según los últimos datos del BCRA, al 28 de febrero el stock de plazos fijos privados se ubicaba en 1.112.263 millones de pesos, un alza de $15.985 millones respecto al nivel en que se encontraba el último día de enero. La tibia suba de 1,46% contrasta con el salto de más de 11,4% que habían tenido en enero, cuando la tasa que pagaban los bancos se ubicaba en torno al 47% anual.
Pero esta tibia suba en términos nominales implica, en términos reales, una caída, porque al tratarse de depósitos rentados con una tasa de casi 3% mensual (teniendo en cuenta que la tasa a 30 días promedió el 36% anual), cualquier cifra que refleje una evolución por debajo de ese porcentaje está denotando que hubo ahorristas que retiraron su dinero. En rigor, el aumento del stock se debió estrictamente al crecimiento por los intereses pagados y lo que esconde detrás es que hubo una salida de depósitos.
El despegue de la inflación en febrero, que según las consultoras privadas se habría ubicado en torno al 4%, hizo que la tasa real que pagan los bancos sea negativa,. lo que desalentó a los ahorristas. Ese menor atractivo también alentó las expectativas de devaluación y despertó la cotización del dólar en un contexto externo más hostil.
De hecho, según los datos diarios del organismo monetario, hasta la primera mitad de febrero los plazos fijos privados habían crecido más de $23.000 millones y luego comenzó un leve goteo que redujo a la mitad el crecimiento mensual. Esos fondos que no se renovaron fueron justamente los que metieron presión sobre el tipo de cambio y que llevaron al dólar a más de $40.
Plazos cada vez más largosSabiendo de esta posibilidad, en el Banco Central venían monitoreando de cerca la evolución de los plazos fijos, considerados como una potencial demanda de dólares por la actual conducción del organismo. Es por eso que siempre trataban de mantener esa sintonía fina a la hora de motivar una baja de tasas, pero evitando que termine generando una presión sobre la divisa estadounidense.
Además, al analizar por tipo de inversor se ve que la mayor parte de la suba fue motorizada por los grandes jugadores. De hecho, los depósitos de más de un millón de pesos registraron un aumento de más de 11.000 millones de pesos, aportando prácticamente la totalidad del alza mensual.
Furor por depósitos a UVA
La baja de tasas y la sensación de los inversores de que se podrían mantener en niveles bajos por un tiempo generó un alargamiento en los plazos de los depósitos. En rigor, al ver en detalle el stock por plazo se comprueba que en febrero hubo una reducción de $16.500 millones en las colocaciones de entre 30 y 59 días de plazo, un alza de $4,784 millones en los depósitos de hasta 90 días y un repunte de más de $13.700 millones en las que quedan inmovilizados entre 90 y 179 días.
Por otro lado, la inflación de febrero también alentó una mayor demanda de plazos fijos atados a UVA, que marcaron el crecimiento mensual más alto en su historia. Con datos al 28 de febrero, este tipo de depósitos se disparó 75,43%, con un alza de más de $10.571 millones en el stock.
En este segmento la vara también la movieron los grandes inversores, ya que al 27 de febrero aportaron $8.858 millones al crecimiento total.
Con la suba de febrero, los plazos fijos UVA revirtieron la tendencia bajista que habían encarado a comienzos de diciembre, y apenas recuperaron los más de 10.000 millones que se fueron en esos dos meses.
La suba de tasas de las últimas ruedas sirvió para quitarle presión al dólar y apunta además a tratar de contener la inflación. Sin embargo, todavía no llegó a generar un atractivo suficiente para que los ahorristas vuelvan a apostar con fuerza por los plazos fijos en pesos, algo que en los primeros meses del ajuste monetario ayudó al BCRA a absorber más pesos del mercado.