FINANZAS – Se fue septiembre y viene un octubre complicado para el BCRA y las reservas

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Octubre será otra historia: el pago de importaciones será mucho mayor y la liquidación del agro (por cuestiones estacionales) debería ser menor.

Cerró un mes mejor de lo esperado para el Banco Central que, pareciera, no se repetirá. Septiembre clausuró con compras netas por US$ 373 millones, en línea con los meses anteriores.

Pero en el mercado advierten que octubre será otra historia: el pago de importaciones será mucho mayor y la liquidación del agro (por cuestiones estacionales) debería ser menor. El resultado: será más difícil que el Central no pierda reservas el mes que comienza mañana.

Septiembre tuvo una doble ayuda: la postergación de importaciones de agosto a septiembre ante la expectativa de baja del impuesto PAÍS fue clave. Si bien este mes que termina se aceleraron las importaciones, se pagan en octubre.

“Diferir la nacionalización de la mercadería implicaba acceder a un tipo de cambio efectivo para importar 8% menor. Esto redundó en menores importaciones devengadas en agosto y, por ende, menores base caja en septiembre. En consecuencia, el salto de la demanda privada (las importaciones son su principal componente) fue mucho menor del previsto al momento en que se lanzó el nuevo régimen de pago de importaciones. Aceleró en el margen de US$ 160 millones promedio en agosto a US$ 173 millones en septiembre”, dice Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Otro factor que también contribuyó positivamente con la performance del BCRA fue que la oferta privada se mantuvo en niveles muy elevados para esta época del año. Ayudó que la liquidación del agro fuera algo mayor que en agosto, en contra de lo que marca la estacionalidad.

Típicamente, la liquidación del sector desacelera marcadamente entre septiembre y noviembre, cuando alcanza un mínimo en el año. Recién en diciembre empieza a rebotar con la entrada de las divisas de la cosecha fina.

A contramano de lo esperado, la liquidación del agro trepó de US$139 millones a US$152 millones, lo que supera incluso los niveles de mayo-julio (período de alta estacionalidad). Dado que el blend sigue en pie, sólo el 80% de esta liquidación se canalizó por el mercado oficial. Es decir, US$ 122 millones se liquidaron por el MULC frente a US$ 111 millones en agosto.

Pero octubre será otra cosa. “La dinámica del mercado oficial se tornará más desafiante para la acumulación de reservas. Por el lado de la demanda, dejará de jugar a favor el efecto de haber diferido importaciones. Ahora comenzarán a pagarse las importaciones postergadas de agosto a septiembre”, explica PPI.

Así, el BCRA pasará de enfrentar cuotas por 125% (25% de importaciones devengadas de mayo, 25% de junio, 25% de julio y 50% de agosto) a 150% en octubre (25% de junio, 25% de julio, 50% de agosto y 50% de septiembre).

“Es decir, linealmente, sería un 20% más de las importaciones que van por el esquema”, advierten. No obstante, al contrario de lo que sucedió en septiembre, las “nuevas” importaciones que comienzan a acceder al MULC son más altas tanto por recomposición de stocks como por repunte de la actividad. Por el lado de la oferta, la estacionalidad marca que la liquidación del agro debería desacelerarse desde los niveles actuales, lo que podría retrotraer la oferta privada.

Igualmente las reservas volverán a ser noticia por 2 motivos distintos. Es que el último día del mes de septiembre vence la meta trimestral con el FMI de reservas: faltan US$ 2.000 millones para cumplirla, según cálculos del consultor Fernando Marull. “El Gobierno dijo que revisará las últimas 2 metas de junio y septiembre juntas recién en octubre-noviembre. Ahí pedirán un waiver por esta única meta incumplida. No debería generar ruido”, asegura Marull.

La otra es que a partir de esta semana comenzará a sentirse el impacto de la baja a 7,5% de alícuota del Impuesto País, que empezó a regir en septiembre pero impacta recién a partir de octubre por el esquema de pago de importaciones a 30 o 60 días. “Pondrá presión extra sobre las reservas”, vaticina.

“Reforzada el ancla fiscal con la presentación del Presupuesto 2025, resta el desafío de lograr una baja rápida y pronunciada de la inflación, muy a pesar de los continuos y necesarios aumentos de tarifas. En lo monetario, la limpieza del balance del BCRA fue total, pero siguen sobrando pesos y faltan reservas”, sostiene Gustavo Cañonero, presidente de CMF Asset Management.

El ex BCRA dice que en este contexto es muy riesgoso abrir el cepo. “La apuesta pareciera ser llegar a las elecciones de octubre de 2025 con credenciales fiscales confirmadas y una baja sostenida de inflación. Un mayor caudal político en el Congreso reforzaría el proceso de cambio, y permitiría relajar el cepo con menores riesgos. El peligro mayor es la falta de reservas en la transición, que puede moderarse con un buen superávit energético, un blanqueo muy exitoso y/o el ingreso temprano de inversiones extranjeras”, afirma.

Fuente: el economista