Tal como explica a Ámbito el contador público, consultor y conferencista internacional en materia de prevención del lavado Daniel Perrotta, “la solución era política y estar bien con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con el Gobierno de Estados Unidos es importante para la Argentina, más allá de lo ecléctico que es GAFI”.
A lo que se refiere es a que las decisiones del organismo internacional no siempre van en línea con la lógica de otros, pero asegura que se sabía que había “grandes posibilidades de que aprobara la prueba y evitara la lista gris”, tal como sucedió.
Había optimismo en el oficialismo
Esta noticia era esperada por el Banco Central (BCRA), dado que una fuente cercana a la entidad había anticipado que eran “optimistas” respecto de los resultados. Sin embargo, muchas voces advierten que este desenlace no será gratis, sino que el Gobierno tendrá que hacer algunas correcciones aún y el GAFI le impondrá varias condiciones seguramente.
No obstante, vale la pena el esfuerzo porque caer a la lista gris hubiese sido grave para Argentina en este momento porque hay una fuerte necesidad de dólares y el país quiere volver al mercado internacional de crédito. “Si hubiésemos entrado a una categoría negativa en el GAFI, hubiese habido una lista de países que no iban a poder invertir en la Argentina”, explica el economista Christian Buteler al respecto. Eso, sin dudas, sería una traba, por ejemplo, para el desarrollo del Régimen Incentivo para Grandes Inversores (RIGI), que busca traccionar dólares del exterior, así como para cualquier interés en el país de capitales extranjeros.
Cómo impactará el resultado: qué pasa si Argentina entra a la lista gris
Y es que el economista Federico Glustein agrega que “un desenlace negativo de este proceso de evaluación hubiese sido muy malo porque el sistema financiero se hubiera visto obligado a tomar medidas y acciones para mitigar ese riesgo, exigir seguros y tasas más altas”. “Eso hubieses hacho que encareciera el acceso al crédito y se complejizara el panorama de acá a los próximos meses, sin dudas”, advierte.
El tema clave es que, tal como explica Buteler, hoy, Argentina ya está fuera del radar de muchos inversores. “Se había hecho una apuesta muy importante en 2016 por el país y, luego de 2018, se perdió totalmente la confianza de los capitales internacionales”, dice. Así, considera que no hubiera tenido un efecto inmediato en los mercados locales si la Argentina pasaba a la lista gris porque muchos de los inversores que se rigen por estos estándares ya no están en el país, pero sí hubiese sido malo para una posible recuperación de confianza.
Lo cierto, en definitiva es que, según Glustein, para traer recursos de grandes empresas se requiere modificar pautas legales y entre otras, el Código Penal, tomar medidas para prevenir el lavado y la trazabilidad de los activos. “Para acoplarse a las exigencias del GAFI, la Argentina requiere cambios profundos, que hoy ya comenzaron y eso reconoció el organismo, pero no se culminó el proceso y hay que ver qué grado de seguridad da al mercado la perspectiva de ese camino que se inició”, explica.
Fuente: ambito
