ECONOMÍA – La actividad económica se estancó en junio y los analistas advierten un impacto por la suba de tasas

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Según un anticipo del EMAE hecho por una consultora, en junio frenó la producción. Otro centro de estudios aseguró que la industria cayó 1,2% mensual ese mes y cerró el segundo trimestre con una contracción en relación con el primero.

Los primeros números anticipados de actividad de junio muestran que la economía habría ingresado desde el segundo trimestre del año en un ciclo de producción más tímido o con caídas -para el caso de la industria- y en el sector privado ya advierten que la suba en las tasas de interés que se disparó tras el desarme de las Lefi y el recalentamiento del tipo de cambio tendrán un impacto en el ritmo económico.

El monitoreo de la actividad económica mostró señales mixtas en el cierre del primer semestre. Según Equilibra, su propio Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que elabora de manera anticipada a los datos oficiales del Indec, habría registrado en junio un crecimiento interanual de 6,5%, con una variación desestacionalizada nula por segundo mes consecutivo.

En mayo, la caída había sido de apenas 0,1 por ciento. Al excluir al sector agropecuario, el indicador trepó 7% interanual. En términos desestacionalizados, sin embargo, se mantuvo estable frente al mes anterior. Así, en el acumulado de los primeros seis meses del año, la actividad habría crecido 6,2% frente al mismo período de 2024, mientras que el segundo trimestre cerró con un avance desestacionalizado de 0,8% respecto del primer trimestre. En la serie original, la variación interanual trimestral se ubicó en 6,5%.

Equilibra estimó que, si se mantuviera esta trayectoria, el PBI podría expandirse 4,5% este año. No obstante, mencionaron que existen elementos para proyectar un freno de la actividad para el segundo semestre. Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora, señaló que “es probable que el nivel de actividad retroceda -en términos desestacionalizados- en el segundo semestre de 2025” y enumeró cinco factores que podrían explicar ese comportamiento.

En ese sentido, listó: presión cambiaria combinada con un freno al proceso de desinflación; tasas de interés en aumento, con impacto negativo sobre el crédito y mayores niveles de mora; presión sobre la producción de bienes transables por el ingreso de importaciones; salarios por debajo de la inflación y estancamiento del empleo; y finalmente, dificultades en Vaca Muerta por el juicio internacional vinculado a YPF y la baja del precio internacional del petróleo.

Otro centro de estudios como la Fundación FIEL también elabora un indicador anticipado, en este caso específico sobre la actividad industrial. Su índice para junio arrojó un crecimiento interanual de 3,5%, según datos preliminares. En el primer semestre, la actividad manufacturera acumuló una suba de 3% frente al mismo período de 2024. De todas formas, en términos desestacionalizados la producción fabril volvió a registrar una caída en junio (-1,2%), con lo que interrumpió la recuperación iniciada en abril.

Desde ese mes, la industria acumuló una mejora de 4,4%, pero todavía se ubicó 2,9% por debajo del nivel registrado en febrero. En la comparación trimestral interanual, el segundo trimestre cerró con una expansión del 3,4%, lo que marcó el tercer trimestre consecutivo de mejora en esa medición. Ahora bien, el segundo trimestre en relación al primero finalizó con una contracción de 0,8 por ciento.

FIEL advirtió que “la sostenibilidad de la recuperación muestra un deterioro” y anticipó posibles dificultades para sostener el crecimiento observado. En su análisis, remarcó que en varios sectores se agotó el efecto positivo de base de comparación, mientras que las tasas de interés elevadas, necesarias para absorber la liquidez excedente, podrían tener un impacto adverso sobre la demanda en los próximos meses.

Un obrero altamente capacitado trabaja en la línea de producción de una fábrica de autos, contribuyendo al empleo, la tecnología de vanguardia y la economía del sector automotriz. Un ejemplo de eficiencia y destreza laboral. (Imagen ilustrativa Infobae)

De acuerdo con un informe de la consultora Qualy, “la recuperación no es uniforme”, especialmente en rubros vinculados al consumo masivo. Industrias como la textil y la de calzado continúan afectadas por la retracción del poder de compra y la debilidad de la demanda interna, sin señales claras de reversión. “Rubro como textiles y calzado aún enfrentan la resistencia de la demanda interna”, subrayó el documento.

La obra pública, tradicionalmente un componente dinamizador del nivel de actividad, se mantiene en pausa. “La evolución de la obra pública sigue siendo una incógnita”, advirtió Qualy, en referencia a la falta de señales claras sobre la continuidad o el recorte de proyectos estatales en curso.

El informe también analizó el desempeño reciente de la industria automotriz. En junio, la producción nacional alcanzó las 42.848 unidades, lo que representó una merma de 6.000 vehículos respecto del mes anterior. Si bien el dato mostró una suba interanual del 33,8% frente a junio de 2024, Qualy pidió contextualizar esa cifra. “Debe considerarse también que el dato de junio de este año contiene un bajo número de días hábiles de actividad (solo 17)”, explicó el estudio, al tiempo que recordó que la base de comparación de 2024 había estado distorsionada por una caída del 20% en ese mismo mes.

La consultora Econviews elabora un semáforo sectorial con los indicadores de cada rubro más actualizados a mano. Así, concluyó que hay“señales mixtas”, ya que “junio fue un mes positivo para la construcción y la intermediación financiera” pero también señalaron “retrocesos en los patentamientos de autos y motos, y una caída del 6,9% mensual para la producción de autos”.

Fuente: infobae