Según los datos del Centro de Información Económica, la sensible caída alcanzó a todos los sectores. En el semestre se desmoronó 7,93 por ciento.
La actividad económica cayó 10,6 por ciento en Rosario durante el mes de julio. Lejos de los brotes verdes, ya antes de las elecciones primarias, la facturación de los comercios e industrias de la ciudad registró el mayor derrumbe interanual de los dos últimos años y medio. En el semestre registró una baja de 7,5 por ciento respecto del mismo período del año anterior.
Las cifras fueron difundidas ayer por el Centro de Información Económica de la Municipalidad de Rosario, que releva la facturación de empresas de la ciudad que pagan el Derecho de Registro e Inspección (Drei) y analiza su evolución a precios constantes.
La nueva edición del Informe Mensual de Facturación echa por tierra algunas expectativas. En primer lugar, los análisis privados que apuntaban a que la economía de la región había empezado a recuperarse en el segundo trimestre del año. El aumento de la actividad económica del 2,83 por ciento en mayo respecto de abril alimentó estas ilusiones, pero los datos de junio la demolieron: entre mayo y junio bajó 2,13 por ciento la facturación. Como consecuencia, derriba también el relato sobre una supuesta “disrupción electoral” provocada por la estrepitosa derrota del gobierno en las primarias presidenciales, culpable de hacer interrumpido un camino hacia la estabilización de la economía.
El informe de junio, antes de los comicios, revela una difusión masiva de la depresión económica en todos los sectores bajo investigación. En el sexto mes del año no hubo ninguno que esquivara los indicadores negativos.
La industria manufacturera fue la actividad con peor desempeño, a partir de una baja interanual del 20,7 por ciento; seguida por el comercio, que bajó un 8,5 por ciento; los servicios 7,6 por ciento, y la construcción, con una baja del 3,6 por ciento.
La fabricación de metales, y maquinaria fue el rubro que mayor caída experimentó, con un 30,4 por ciento. En el rubro comercial, el mayor derrumbe se sintió en la venta, mantenimiento y reparación de vehículos (-21 por ciento). Transporte fue otro sector de alta incidencia y que cayó por encima de dos dígitos, con un 13,1 por ciento. Los servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler, volvieron a mostrar bajas, del 11,2 por ciento en este caso.
Cuando se analiza la economía de la ciudad en la primera mitad del año, sólo dos sectores escaparon de las cifras rojas, en la comparación contra el mismo período del año pasado. Son la fabricación de componentes electrónicos y equipo eléctrico, con un virtual estancamiento de 0,1 por ciento, e intermediación financiera y servicios de seguros (7,6 por ciento).
La información correspondiente a facturación a valores corrientes, es la que surge de las declaraciones juradas presentadas mensualmente por los contribuyentes del régimen general del Derecho de Registro e Inspección. No se considera la facturación de los contribuyentes de régimen simplificado, ya que éstos pagan un monto fijo por mes y por lo tanto no declaran lo facturado.
El ajuste estacional del indicador de facturación se aplica sobre los valores corrientes utilizando como método de ajuste el modelo Arima. En el indicador desestacionalizado se toman como provisorios los últimos seis meses de la serie.
La facturación a valores constantes surge de deflactar los agregados económicos (corriente y desestacionalizado) por el índice de precios proveniente del IPC que elabora el Ipec Santa Fe, con base en el año 2014.
Economía nacional
El viernes pasado, el Indec dio a conocer el estimador de actividad correspondiente al primer semestre del año, que arrojó una baja de 2,6 por ciento en el primer semestre del año, en relación al mismo período del año anterior.
El Estimador Mensual de la Actividad Económica (Emae) venía de aumentar un 2,4 por ciento interanual en mayo. En junio tuvo un retroceso de 0,4 por ciento comparado con el mes previo y una caída de 2,6 por ciento en el primer semestre del 2019.
A nivel nacional, la industria bajó 6,1 por ciento, la generación de agua, electricidad y gas retrocedió 10,6 por ciento, la construcción 7,9 por ciento y el comercio mayorista y minorista 8,6 por ciento en términos interanuales.
La caída está en línea con la trayectoria de la depreflación que afecta a la economía desde hace más de un año y medio. En ese sentido, los datos del Emae no reflejan el nuevo escenario de devaluación pospaso. Tampoco se puede atribuir el derrumbe del primer semestre a un resultado electoral. Es pura consecuencia de la actividad económica.
En Santa Fe, por ejemplo, el Indice Provincial de Estadística y Censos (Ipec) informó el Índice Provincial de Actividad Industrial (Ipai), que presentó en mayo una caída de 6,5 por ciento respecto al mismo mes del año previo. “Si bien a principios de 2018 existieron condiciones favorables para el sector, desde abril de ese año puede observarse una desaceleración en el nivel de producción industrial”, detalló el informe elaborado por el organismo estadístico.
El acero, también para abajo
La producción de acero crudo retrocedió en julio 9,8 por ciento respecto de igual mes de 2018, informó ayer la Cámara Argentina del Acero. El magro desempeño a nivel interanual se debió a que varias plantas de producción llevaron a cabo “paradas de mantenimiento y por demanda de mercado”, precisó la entidad que nuclea a las principales siderúrgicas del país. Por rubros, la demanda de acero se mantuvo a la baja en la industria de la construcción y automotriz, mientras que con números positivos se movieron el sector energético y el de maquinaria agrícola.
Fuente: lacapital.com