Pero una de las cuestiones que ha estado en el centro del reciente debate mundial es si las reglas internacionales del impuesto sobre la renta continúan siendo adecuadas en la economía global moderna, donde la creación de valor, está cada vez más relacionada a los activos intangibles.
Un aspecto clave de este debate se relaciona con la forma en que los derechos tributarios sobre los ingresos generados por las actividades transfronterizas deben asignarse entre los países, y la sugerencia de que a partir de los cambios originados en la digitalización, especialmente respecto del concepto de “Escala sin masa”, lo cual implica una gran participación en la generación de negocios en una jurisdicción determinada sin tener una presencia física significativa en la misma; la gran dependencia de los “Activos Intangibles” y la importancia de los “Datos” considerando la participación del usuario y su potencial contribución en la creación de valor para la empresa, es necesario revisar algunos aspectos fundamentales del sistema tributario internacional (como las denominadas reglas de “Asignación de Beneficios” y el concepto de “Nexo”).
Otro aspecto de este debate se relaciona con BEPS (“Base Erosion and Profit Shifting”), y la sugerencia de que la digitalización ha facilitado la evasión fiscal y la transferencia de ganancias a las entidades multinacionales sujetas a impuestos nulos o muy bajos (Casos: Apple, Starbucks, Facebook, Microsoft, Yahoo! o Google).
A pesar del progreso logrado en la lucha contra la doble no tributación con la implementación del paquete BEPS, el creciente descontento con los resultados tributarios producidos en materia de economía digital ha llevado a un número creciente de países a adoptar medidas no coordinadas y unilaterales, como en los casos de Francia y Hungría.
El problema es que la falta de una solución integral y basada en el consenso para abordar estos temas, podría dar lugar a una proliferación de acciones unilaterales que no solo socavarían la relevancia y sostenibilidad del sistema internacional del impuesto sobre la renta, sino también dañar más ampliamente la inversión global y el crecimiento económico. Por lo tanto, el trabajo del Marco Inclusivo consiste en garantizar que el marco fiscal internacional para las Empresas Multinacionales siga siendo relevante para hoy y el futuro, promoviendo así la eficiencia económica y el bienestar global.
El Informe de la Acción 1 de BEPS 2015 identificó una serie de desafíos fiscales más amplios planteados por la digitalización que identificó como “Nexo, Datos y Caracterización”, y que se relacionan con la cuestión de cómo deberían asignarse los derechos sobre los ingresos generados por las actividades transfronterizas en la era digital. Si bien se discutieron algunas opciones para abordar estas inquietudes, no surgió un consenso y se tomó la decisión de continuar trabajando en esta área.
Este trabajo continuo condujo a la entrega de un Informe Provisional en marzo de 2018 que analiza el impacto de la digitalización en los modelos de negocios y la relevancia de esto para el sistema internacional del impuesto sobre la renta. Sin embargo, los miembros del Marco Inclusivo no convergieron en las conclusiones que se sacaran de este análisis, y se comprometieron a continuar trabajando juntos para entregar un informe final en 2020 destinado a proporcionar una solución a largo plazo basada en el consenso.
De acuerdo con ese mandato, el trabajo reciente del Marco Inclusivo se ha centrado en el examen de una serie de propuestas que buscan revisar al mismo tiempo las reglas de Asignación de beneficios y de Nexo existentes, con el fin de asignar más derechos fiscales al país donde los clientes y/o usuarios están ubicados (el llamado “país del mercado”). Las implicancias de estas soluciones propuestas abarcan aspectos fundamentales de la arquitectura tributaria internacional actual, ya que implican modificaciones que potencialmente van más allá del principio de plena competencia y ya no se ven contrarrestadas por los requisitos de presencia física.
El segundo pilar identificado en el Programa de trabajo explorará el diseño de un sistema para garantizar que las empresas multinacionales, en la economía digital y más allá, paguen un nivel mínimo de impuestos. Este pilar proporcionaría a los países una nueva herramienta para proteger su base impositiva del desplazamiento de ganancias a jurisdicciones de baja imposición, y está destinada a abordar los problemas restantes identificados por la iniciativa BEPS de la OCDE/G20.
El enfoque daría a las jurisdicciones la libertad de determinar sus propias tasas de impuestos corporativos, pero permitiría que otras jurisdicciones graven los ingresos que de otro modo estarían sujetos a bajos niveles de impuestos efectivos, asegurando así que todas las empresas que operan internacionalmente paguen un nivel mínimo de impuestos.
El resultado de estos esfuerzos se refleja ahora en el programa de trabajo para desarrollar una solución consensuada a los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía, adoptado en mayo de 2019, que contiene un plan para explorar el diseño técnico y los problemas de implementación que deben resolverse para desarrollar una solución integral y basada en el consenso dentro del plazo acordado para 2020.
Fuente: iprofesional.com