La otra cara de la acumulación de reservas es una lluvia de pesos en el mercado. En paralelo, los depósitos privados en pesos casi ni crecen. Mientras que la sangría de los argendólares menguó fuerte.
El resto de la emisión de pesos está vinculada en un 32,2% con la cancelación de Pases ($62.295 millones) y de Leliq ($26.749 millones); un 15,7% con el pago, precisamente, de intereses de Pases y Leliq; más otro 14,5% por Adelantos Transitorios a la Tesorería ($40.000 millones).
Por lo tanto, en resumen hubo un 47% por compra de dólares, otro casi 48% por cancelación de deuda del BCRA y pago de intereses y cerca de 15% de asistencia al Tesoro, lo que fue apenas compensado por Otras Operaciones con el Sector Público que implicaron una absorción de $25.288 millones (más de un 9% de la expansión total).
Semanas atrás este diario había advertido sobre la aceleración en el ritmo de acción de la “maquinita” de emitir, donde sólo en la primera quincena la base se había expandido en un 13%. Todo ello en medio de declaraciones de representantes del próximo Gobierno sobre el espacio que había para emitir sin peligro de efecto inflacionario y estimando todo lo que le resta emitir al Tesoro para cerrar el año. Se sabe que en la última parte del año. Porque se sabe que la mayor parte del déficit fiscal del año se da en la última parte de este (pago de sueldos y aguinaldos y demás gastos corrientes). O sea, entre las necesidades de financiamiento del Tesoro y las necesidades de liquidez del sector privado, a nadie iba a agarrar por sorpresa que el BCRA se aprestara a una fuerte expansión. Ahora bien, también vale señalar que la expansión de base está vinculada con un aumento de los encajes bancarios ante una nueva normativa. Esto es lo que crece, más de 37% en el mes. Porque la circulación monetaria, es decir, los billetes y monedas en poder del público y de los bancos apenas crece 0,4%. O sea, sigue la caída de la demanda real de dinero por parte del sector privado.
Fuente: ambito.com