Las estadísticas oficiales dan cuenta de que Cambiemos terminó su gestión con la industria en caída libre. El porcentaje de máquinas tapadas por una lona en el sector, a causa de la recesión económica, mostró que el último fue el peor noviembre desde la salida de la convertibilidad: 39,3% de las instalaciones estuvo en desuso. Ahí reside una de las razones por las que la inversión no repuntará demasiado en 2020. Hacia adelante el sector proyecta una mejora lenta y pequeña, a partir de las medidas encaradas por el Gobierno, lo que estará sujeto a la estabilidad cambiaria.
El Indec publicó ayer el informe de Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII) de noviembre. Fue de 60,7%. De esa forma, volvió a registrar una caída en la comparación contra el mismo mes del 2018, cuando fue de 63,3%. Se trata del peor noviembre de la gestión de Cambiemos y más: estuvo incluso por debajo del mismo mes del 2002, cuando fue de 61,2%.
El dato sirve como referencia, aunque en realidad la serie actual empieza en enero del 2016, por el apagón estadístico que realizó la anterior gestión del Indec, a cargo de Jorge Todesca.
Es al comparar con los números de la serie previa que se observa que los niveles son similares a los registrados a la salida de la convertibilidad. O incluso peores.
El futuro es incierto. Las medidas en favor del consumo, los alicientes fiscales para el sector y la política monetaria de baja de tasas e incentivo al crédito para pymes, generan buenas expectativas. Pero todo dependerá de lo que ocurra con la macro en general y con el precio del dólar en particular.
La economista especializada en industria, Agustina Gallardo, dijo a BAE Negocios: “Todo estará muy sujeto a la estabilidad macro y a que se pueda recuperar la actividad. La política fiscal y la de ingresos, para recomponer el consumo, son clave si sostenes al dólar y al poder adquisitivo. Por ahora la divisa sigue planchada y la inflación, aunque alta, controlada. Eso va a ser importante para que los pesos inyectados vayan a consumo”.
“Por el lado de la tasa, el control del comercio exterior y el cepo ayudan a que la baja y el precio del dólar no se estén autodefiniendo todo el tiempo. La política de créditos está segmentada, por lo que, en el peor de los casos, el potencial efecto dolarizador es acotado a esos sectores. Ahí será importante que los préstamos lleguen a empresas de todo el país. También debería haber una política para sanear financieramente a las que ya están endeudadas”, añadió.
Acerca de las medidas enfocadas al sector, afirmó que “están principalmente enfocadas a las pyme. Es importante el congelamiento del aumento de la alicuota de contribuciones patronales, y el del mínimo no imponible también; las licencias no automáticas son una herramienta que habrá que mirar porque, además de su potencial de protección a la industria, tienen que estar muy bien gestionadas para que permita la provisión de insumos. Pero están trabajando fuerte con eso”.
Fuente: baenegocios.com