Es un 8,4% del total y casi la mitad son de pequeños ahorristas. Se contrapone a subas en definiciones más líquidas, como cuentas corrientes o cajas de ahorro.
“La cuarentena está produciendo un estrangulamiento de liquidez en los sectores que no operan”. Andrés Méndez, titular de AMF Economía, explica así el hecho de que los plazos fijos del sector privado hayan caído $ 121.600 millones desde que se inició la cuarentena obligatoria para frenar la expansión del coronavirus en el país.
Es un 8,4% del total, desde el último hábil, que es el 19 de marzo, hasta el 1 de abril, última fecha en la web del Banco Central (BCRA).
En particular, los retiros de plazo fijo son en un 42,7% de pequeños ahorristas (hasta $ 1 millón), 33,1% de medianos grandes (de $ 1 millón a $ 20 millones) y 24,2% de grandes, que son de más de $ 20 millones.
¿Por qué sucede? Por la necesidad de suplir, parcialmente, la pérdida de ingresos que sufren diversos sectores de la actividad durante la cuarentena y por una conducta precautoria.
Para Méndez se trata de un corrimiento dentro del segmento en pesos, o sea que el descenso de los plazos fijos se contrapone a subas en definiciones más líquidas, como cajas de ahorros, que aumentaron 31,1% desde la cuarentena ($ 250.158 millones más), pero es estacional, pues baja día a día por necesidad de dinero para transar.
Mientras tanto, las cuentas corrientes subieron 8,3%, que representan $ 63.000 millones más. Esto determina que a principios de abril el stock de los depósitos privados en pesos sea superior al de pre-cuarentena.
En cuanto a la salida de la cuarentena, “es factible esperar que exista algún tipo de arbitraje entre los sectores excedentarios de pesos y los que sufren el estrangulamiento. Esto no está operando con fluidez en estos días dadas las dificultades que se advierten en la cadena de pagos”, detalla Méndez.
Guillermo Barbero, de First Capital, informa que, a su vez, los préstamos comerciales crecen en $ 85.000 millones a fin de mes: “Está claro que ante la incertidumbre sobre la duración de la situación excepcional que vivimos, la gente elige tener mayor liquidez a tener depósitos a plazo fijo. A medida que se vaya normalizando la actividad y se recomponga la cadena de pagos, se restablecerá el equilibrio”.
De todas formas, el tributarista Iván Sasovsky advierte que la cuarentena y el cierre de los bancos para la mayoría de la operatoria impide que se pueda ver la real magnitud del freno en la cadena de pagos: “Es momentos donde no hay flujo de fondos, por lo que se va a afectar el stock representado por los depósitos. También hay que considerar que al no operar el dólar blue tampoco la gente tiene resuelto cómo afrontar esta parálisis de la economía, cuando variables como la cantidad de empleados y los precios se tienen que mantener obligatoriamente fijos. Además, los vencimientos de impuestos y ventas pasadas tienen que afrontarse sin prórroga”.
Ramiro Marra, de Bull Market, aporta otro dato: “Los depósitos son reserva de valor, pero en este caso se están rompiendo dos cuestiones básicas, por un lado que las tasas son negativas y se pierde valor, y por otro lado la recesión. Por lo tanto, no hay más concepto de reserva de valor en estas circunstancias, y es lógico que caigan los depósitos”.
Jorge Vasconcelos, del Ieral, suma que hay mayor preferencia por la liquidez en todos los estamentos. A su entender, es posible que ciertos plazos fijos estén pasando a algún tipo de cuenta corriente remunerada y/o a fondos comunes de inversión que permiten extracciones cuasi-inmediatas: “A su vez, los particulares seguramente también han cambiado el mix entre caja de ahorro y efectivo, aumentando la proporción de efectivo, para evitar ir a menudo a los cajeros. Pese a que han caído los depósitos a plazo fijo, la tasa de interés se está desplomado. En otras circunstancias, si caen los depósitos sube el call, pero ahora es al revés. De hecho, la tasa de cauciones bursátiles estuvo por debajo del 20% anual a lo largo de la última semana”.
Gustavo Perilli, docente de la UBA, coincide en que hay un corrimiento hacia la liquidez: “Se ve exactamente en la suba casi semejante en las colocaciones en cuentas corrientes y cajas de ahorro. Cuando el panorama aclare, posiblemente se revierta. Va a depender del efecto neto entre los sectores superavitarios de efectivo y los deficitarios y también de las tasas de interés, quizás en un segundo plano. En el futuro va a pesar la salida de la cuarentena, la gravedad de la recesión y lo que suceda con la negociación de la deuda con los acreedores privados. Hoy todo es muy incierto”.
Fuente: cronista.com