El Banco Central ordenó subir la tasa de interés mínima que tienen que ofrecer los bancos por los plazos fijos a los ahorristas. Se trata de un nuevo intento para contener las presiones cambiarias.
Por tal motivo, desde ahora, el piso de rendimiento anual por los depósitos en pesos será de 30%. Actualmente, las entidades financieras pagan a los depositantes 26,6% anual.
El cambio en la tasa de interés mínima tendrá lugar en medio de la suba de las cotizaciones paralelas del dólar, principalmente el blue -que ronda los $124- y las variantes bursátiles, tanto contado con liquidación como Bolsa.
La nueva normativa del Central indicará que el rendimiento mínimo de los plazos fijos -tanto minoristas como mayoristas- deberá representar el 79% del interés de las Letras de Liquidez (Leliq).
Ese instrumento, mediante el cual el BCRA controla la cantidad de pesos en circulación y que negocia directamente con los bancos, rinde 38% anual. Así, la tasa nueva de los depósitos para ahorristas pasaría a ser de 30,02% anual.
En términos mensuales, significaría un rendimiento de 2,5%. Como referencia, la inflación esperada por consultoras y bancos según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA para junio es de 2,8%.
Según desde el Banco Central, el piso de interés no correrá para las pymes que obtuvieron préstamos al 24% para pago de sueldos. De esta forma, la autoridad monetaria quiere asegurarse de que ese dinero no sea depositado al 30%, lo que representaría una ventaja financiera.
Nuevo instrumento de ahorro para productores agropecuarios
El BCRA también amplió, a través de la Comunicación “A” 7029, la posibilidad a los productores agropecuarios de efectuar depósitos a tasa variable, ligados a la cotización del dólar. Esta opción se suma a las ya existentes atadas a los precios de cereales y oleaginosas.
La posibilidad de acceder a estos depósitos a tasa variable es para las personas con actividad agrícola y por un importe de hasta 2 veces el valor total de sus ventas de cereales y/u oleaginosas registradas desde el 1 de noviembre de 2019.
Los argentinos no quieren quedarse en pesos: por qué preocupa la evolución de los plazos fijos
En plena cuarentena, los depósitos en moneda local del sector privado tuvieron un alza importante. Ya sea por las restricciones cambiarias, por los bancos cerrados o por el ahorro forzado ante la falta de salidas y actividades, las cuentas de los argentinos se llenaron de pesos en abril. Sin embargo, esta vez no fueron los plazos fijos los que impulsaron la suba, sino los saldos a la vista.
Según los cálculos de la consultora LCG, los depósitos privados en pesos crecieron 9,8% mensual en abril, esto es, 7,2% por encima de la inflación estimada para ese mes. “Se acelera el crecimiento real de los depósitos”, resaltaron en un informe.
“En la comparación anual los depósitos arrastran un incremento del 63,5% anual, y muestran un crecimiento del 11,1% por encima de la inflación, el mayor registro desde diciembre 2015“, añadió LCG.
Durante abril, el incremento estuvo dado por los depósitos a la vista. Dentro de los plazos fijos, los UVA, que indexan el capital siguiendo el índice de precios, retrocedieron levemente, mientras que los depósitos tradicionales cayeron con fuerza y continuaron la tendencia de marzo.
En ese sentido, LCG apuntó: “La evolución de los depósitos a la vista y a plazo fue bien dispar. Mientras los primeros exhibieron una fuerte recuperación, creciendo 16,4% mensual real, los plazos fijos cayeron por primera vez en el año (-7,3% mes contra mes real)”.
Sobre el fuerte incremento de las colocaciones a la vista, que incluyen caja de ahorro y cuenta corriente, la consultora explicó que el contexto de confinamiento “motiva la tenencia de depósitos a la vista y de mayor liquidez“.
Cubrirse de la inflación
De acuerdo con los últimos datos publicados por el Banco Central (BCRA), los plazos fijos UVA cayeron levemente en abril. El stock promedio mostró una baja de 1% en el mes, aunque en términos interanuales avanzó un 85% promedio nominal.
La modalidad de plazo fijo precancelable UVA, lanzada en febrero por el Central, le dio mayor dinamismo a esta herramienta que tiene un plazo mínimo de 90 días. Sin embargo, bajo la nueva alternativa, el depositante puede cancelar su colocación al día 30 y llevarse una tasa de interés equivalente al 70% de la tasa de política monetaria del día en que constituyó el plazo fijo.
El propio BCRA destacó el avance de las colocaciones que ajustan por inflación y tienen opción de precancelación: “Explicaron alrededor del 10% del aumento total de las colocaciones a plazo desde el 13 de abril, cuando se produjo la reapertura de los bancos, en el marco de la emergencia sanitaria decretada por el Poder Ejecutivo Nacional por la pandemia de coronavirus”.
El economista de EcoGo, Martín Vauthier, coincidió en que la posibilidad de precancelar generó mayor interés en la herramienta. “Son un instrumento atractivo, al permitir al ahorrista asegurarse una tasa de interés real positiva. El problema que tenían tradicionalmente es que debían constituirse por plazos mínimos mayores a 90 días, aunque con la opción de precancelación y la instauración de un piso de tasa se volvieron una opción interesante para el minorista“, sostuvo.
Plazos fijos tradicionales, sin piso que alcance
Por su parte, los plazos fijos tradicionales retrocedieron un 3% nominal promedio en abril. En términos interanuales, muestran un avance nominal de 24% que se traduce en un caída real en comparación con la inflación de los últimos 12 meses.
Según Vauthier, los efectos de la cuarentena explican parte de la caída debido a que un segmento de los clientes renueva su plazo fijo en forma presencial y no pudo hacerlo durante las semanas en las que los bancos estuvieron cerrados. “Hubo un aumento de los saldos inmovilizados, que llegaron a $100.000 millones mientras los bancos no atendían al público”, explicó el economista de Eco Go.
“Cuando se abrieron las sucursales, ese saldo fue cayendo. Dado que hoy la atención bancaria es por turnos y que muchos individuos directamente prefieren no ir al banco, todavía hay un monto significativo de estos saldos inmovilizados, que hoy están en $60.000 millones. Cuando uno mira el promedio hasta mediados de marzo, estos saldos estaban en la zona de $15.000 millones. Entonces, hay unos $45.000 millones en exceso“, señaló Vauthier.
Otro factor que incidió en la dinámica fue que, al menos durante la primera parte del mes, el incentivo de tasas fue muy bajo. En un contexto de fuerte emisión monetaria y baja demanda de crédito, los bancos no necesitaban fondeo y remuneraban muy mal a los depositantes. Así, las tasas cayeron por debajo de 20% en gran parte de las jornadas, con especial castigo para los grandes depósitos.
“El sendero bajista de las tasas de interés de los plazos fijos desmotivó ampliamente las colocaciones en el último mes”, aseguró LCG. Al último día de abril, la tasa promedio de plazos fijos a 30 días cerró en 18,7%, es decir, 8,4 puntos porcentuales debajo del nivel de fines de marzo, lo que significó el mayor recorte mensual en lo que va del año. “Incluso si se espera una inflación más moderada de 2,5-2,6% mensual, que en términos anualizados equivale a 34%, el rendimiento es negativo ex post“, señaló la consultora.
El 17 de abril, sin embargo, el BCRA decidió establecer un piso de tasa para los depósitos a plazo fijo de hasta $1 millón. El mismo equivale al 70% de la tasa de Leliq y posteriormente el organismo amplió el beneficio a los depósitos de hasta $4 millones.
Para LCG, “la medida apenas impactó en estos depósitos“. Los números diarios respaldan a la consultora: el stock de plazos fijos tradicionales pasó de $1,390 billón a $1,465 billón entre el 17 y el 30 de abril.
Los minoristas, un poco mejor
Al desagregar por tipo de cliente, se observa en abril un mejor desempeño para los depósitos minoristas.
“Tuvieron una mejor performance los plazos fijos minoristas, de menos de $1 millón. Los mayoristas tienen una caída un poco más pronunciada. Ahí empieza a jugar la cuestión de la tasa de interés”, afirmó Vauthier.
Y agregó: “Los minoristas tienen un piso de tasa mientras que los mayoristas van en línea con las condiciones de mercado. La caída que se viene registrando desde mediados de marzo en las tasas de interés que remuneran la administración de liquidez y el ahorro en pesos, llevó a una baja en el rendimiento de los plazos fijos y eso se ve en las tasas Badlar y TM20″.
La tasa Badlar releva el promedio de remuneración de los plazos fijos mayores a $1 millón, mientras que la TM20 hace lo mismo respecto de las colocaciones superiores a los $20 millones.
Desde Portfolio Personal coincidieron en que las tasas pasivas no reaccionan. “La Badlar sigue muy débil, debajo del 20% anual, incluso con la norma que el BCRA dictó obligando a las entidades a pagar a clientes minoristas —hasta $ 4 millones— un 27% interanual (según la tasa de Leliq actual). ¿Por qué? Simple. El 83% de los plazos fijos privados supera un millón, por lo cual la tasa piso para los minoristas, influye ‘menos’ sobre la Badlar“, explicaron.
El poco atractivo de las tasas, sobre todo las mayoristas, derivó en un mayor interés por el dólar Mep o contado con liquidación, que en abril batió varios récords. “Sin demasiadas opciones de inversión a raíz de la implementación del cepo hard y el proceso de reestructuración de la deuda pública, el destino de las colocaciones en el segmento mayorista fue principalmente el dólar, expresado en el abrupto incremento de la brecha cambiaria”, cerró LCG.
Fuente: iprofesional.com