ECONOMÍA – COVID-19 y los nuevos paradigmas en Riesgos del Trabajo

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Novedades. La industria metalúrgica empieza a trabajar con un protocolo de salud y distanciamiento frente al Covid-19.

Innovación, creatividad, y pensamiento o acciones disruptivas ya eran conceptos muy frecuentemente escuchados antes de la aparición de la pandemia de COVID 19. Expresaban la necesidad de inducir cambios y mejoras en los diferentes espacios laborales.

Sin quererlo, la pandemia nos impuso alocadamente y en términos más que perentorios, su aplicación en la atención médica para encontrar respuestas a esta nueva amenaza que sorprendió a toda la sociedad por igual. Así, la innovación se introdujo para brindar servicios de atención médica a distancia a través de las videoconsultas, especialmente cuidando aquellos que necesitaban seguimiento clínico. A esto se sumó la posibilidad de realizar recetas digitalizadas y hacer llegar a los pacientes accidentados sus prescripciones en tiempo y forma.

La creatividad para generar tratamientos de rehabilitación especiales a distancia, a través de videos cortos, sencillos, de fácil comprensión y de implementación práctica en los domicilios, con un control evolutivo por video consulta de los kinesiólogos tratantes.

Los pensamientos disruptivos al incorporar entidades que no son de Salud como lugares de aislamiento para casos leves, en hoteles especialmente acondicionados a tal fin (medicalizados).

La cobertura de casos confirmados de COVID 19 como enfermedad profesional no listada para trabajadores de actividades esenciales excluidas del aislamiento obligatorio, nos puso a prueba una vez más. Es un riesgo nunca antes contemplado ni cubierto, por tratarse de una pandemia, aunque por el DNU 367/ 20, se definió su consideración. La necesidad de armar los distintos esquemas de atención en todos sus niveles: ambulatorios, aislamiento, internación clínica y en unidades de cuidados Intensivos, se sumó vertiginosamente a la cobertura habitual de accidentes laborales y de las enfermedades profesionales.

Las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo en muy corto tiempo, iniciaron los acuerdos con los distintos prestadores necesarios para poder dar respuesta adecuada a este emergente, capacitaron a su personal sobre el tema y crearon nuevos procesos enfocados en la resolución de los casos, articulando con los entes públicos, provinciales y municipales. La prevención, asesoramiento y formación en el adecuado uso de los EPP (elementos de protección personal) se transformaron en el foco de las capacitaciones que estamos brindando a los empleadores.

En este excepcional escenario hay palabras que llegaron para quedarse: Protocolo, tal vez elegida “la palabra del año”, ya que todas las definiciones de atención médica, de cuidados en los lugares de trabajo, especialmente vinculados con la salud y el cuidado de personas y aún, los de regreso gradual a la actividad laboral, están definidos en protocolos. Pero también teletrabajo, videoconsulta, zoom y big data, entre otras.

Enfrentamos entonces nuevos paradigmas: el enorme desafío de continuar brindando prestaciones de calidad en la atención de los casos denunciados, incluyendo todos los avances tecnológicos citados y las nuevas modalidades de trabajo, responder de igual manera frente a la cobertura de los casos COVID 19 de nuestra competencia, acompañar a los trabajadores y a los empleadores en la prevención de los riesgos laborales a los que se encuentran expuestos y asesorar sobre los nuevos protocolos a considerar al regresar definitivamente a sus tareas en forma segura. Sin duda, luego del COVID 19, nos espera un futuro distinto.

Fuente: ieco.clarin.com