ECONOMÍA – Para acortar la cadena de pagos, los proveedores venden hoy sólo a pymes con cuenta corriente al día

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El “stress” surgido en la cadena de pagos durante la cuarentena, por extensión de plazos y cheques rechazados, se está revirtiendo por mayor exigencia de las industrias, que buscan así protegerse

Al compás de las aperturas y la mayor actividad en distintas localidades del país, la cadena de pagos en el segmento PyME fue mejorando, con plazos más cortos y recuperación de una parte de la gran cantidad de cheques rechazados que se habían gatillado por la cuarentena y el cierre de los bancos a fines de marzo y principios de abril.

El plazo normal de 30/60 días se había estirado de 120 a 150 días en algunos casos, en el momento más crítico de las medidas de aislamiento social. Hoy ese plazo se estabilizó en 30 días y en ciertas actividades algo más, pero más por defecto que por virtud.

“El crédito se cortó, si no pagás no te entrego, es lo que prima hoy en el mercado”, señala un empresario PyME de una importante rama industrial, que pidió reserva de su nombre. La fuente sostiene que “al que no tiene la cuenta corriente al día no se le entrega” y recuerda que se vende a 30 días, como máximo 60 días.

La cuarentena generó una situación imprevista y compleja, que derivó en gran cantidad de cheques rechazados y estiramiento de los plazos de pago, producto de las dificultades en que se encontraron muchas pequeñas y medianas empresas para afrontar sus vencimientos con sus locales comerciales o industrias cerrados por la cuarentena.

Desde el segmento PyME destacan que en algunos sectores la actividad está mejorando, pero todavía sigue muy por debajo de los niveles pre cuarentena.

En el sector industrial esperan que la situación llegue a los niveles pre pandemia recién a fin de año, pero creen que todo el primer semestre de 2021 será inestable, con marchas y contramarchas.

En el lote de sectores que picaron en punta se cuentan algunas ramas industriales vinculadas a la actividad de la construcción, químicos, pintura, algo de electrónica y electrodomésticos -con falta de algunos insumos- y empresas puntuales en el complejo automotriz-autopartista.

La mejora se fue notando mes a mes a partir de mayo por la mayor apertura en distintos sectores. En ese momento, las empresas empezaron a combatir el “stress” de la cadena de pagos. El objetivo fue recuperar la gran cantidad de cheques rechazados que tenían en cartera e ir acortando los plazos de pago, privilegiando a quienes tenían sus cuentas al día.

Otro industrial asegura que también incidió el deslizamiento del tipo de cambio oficial, esta suerte de crawling peg o micro devaluaciones que impulsa el Banco Central.

“El tipo de cambio se devalúa 2,5/2,7% mensual, entonces todo lo que está referenciado en el valor del dólar se trata de pagar lo antes posible”, apuntó. Es que la factura se salda con el valor del tipo de cambio del día que se paga y no el de la fecha de factura.

Esta lógica comercial se da en el contexto de caída de ventas y acceso al crédito sólo para las empresas que en los bancos están en situación 1 o tal vez 2. Para las que están en situación 3, 4 o 5 el crédito es nulo.

Las tasas subsidiadas al 24% son limitadas y los bancos “las reservan para empresas con carpeta intachable”, explica otro empresario.

Fuera de esas líneas blandas las tasas que deben pagar las PyME van del 42% al 46% en bancos privados, y algo menos en los públicos.

Fuente: cronista.com