Mientras en el mercado reina el nerviosismo y la incertidumbre sobre lo que ocurrirá con las compras del dólar “ahorro” y con la salida de los depósitos en dólares, en los bancos no se muestran para nada preocupados por lo que pueda ocurrir con los depósitos a plazo fijo en pesos. Y aseguran que no se verán obligados a subir la tasa de interés u ofrecer algún otro atractivo para evitar que los ahorristas retiren estos depósitos en pesos del sistema financiero y los usen para comprar dólar “blue” o financiero.
La reacción no deja de sorprender a varios analistas que creían que la reacción inmediata sería un alza de las tasas como forma de evitar una disparada de la cotización en el mercado paralelo.
Este convencimiento que tienen los bancos de que sus clientes no migrarán masivamente de las colocaciones en pesos a buscar alguna alternativa dolarizada (blue, dólar MEP o “contado con liqui”), radica en que en los últimos meses las colocaciones a plazo fijo vienen creciendo, en una situación que para las entidades reafirma que parte del mercado sigue viendo la tasa como atractiva frente a la expectativa inflacionaria.
Los datos más recientes que publica el Banco Central revelan que el pasado lunes 21 de septiembre los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado alcanzaron los $2.174.108 millones ( ó $2,174 billones ). Así, en lo que va del año, estos depósitos del sector privado crecieron un 73,2%, y si miramos la variación interanual el salto es aún mayor: 81,3% aumentaron entre septiembre de 2019 y septiembre de este año.
Es cierto que en los últimos meses el Banco Central comenzó a regular la tasa, obligando a los bancos a pagar el 33% que se ofrece hoy por inmovilizar los pesos en cualquier entidad del sistema. Y lo hizo con el objetivo de fomentar el ahora tan mentado “ahorro en pesos”, buscando en realidad desactivar el furor por el dólar que comenzó a desatarse poco después de iniciada la cuarentena por la pandemia del Covid-19.
“Creemos que los cambios en los destinos de las inversiones, es decir, un posible pase de pesos a dólares no necesariamente estará ligado a una cuestión del rendimiento que ofrezcan las tasas en pesos”, sostuvieron en un importante banco. Y agregaron: “Si la gente se va de las inversiones en pesos al dólar, no es porque las tasas son poco atractivas, es por una cuestión de desconfianza en el peso“.
Es por eso que en las principales entidades financieras del sistema aseguraron no estar “para nada preocupados” por el devenir de las tasas de interés de los plazos fijos en pesos. Y aseguraron que mantendrán la oferta que tienen ahora que, en general, parece haber tenido muy buena aceptación.
“No nos preocupa por ahora el tema de la tasas de los plazos fijos en pesos. Está regulada en 33% pero está bien, de hecho venimos creciendo en materia de depósitos en plazo fijo en los últimos meses”, dijeron en un banco privado de primera línea, donde por estos días se concentran en tratar de que todos los ahorristas que tienen dólares depositados y los quieren retirar, puedan hacerlo.
Al parecer, los bancos están cómodos con el hecho de que el Banco Central haya establecido esta tasa regulada para los plazos fijos, que se basa en lo que la autoridad monetaria les paga a las entidades financieras por tomar Leliqs (Letras de Liquidez del BCRA).
“Creo que la tasa regulada llegó para quedarse. No creo que en el corto plazo suba, con inflación pisada y el dólar con super cepo”, sostuvo el analista financiero Christian Buteler. Y precisó que “hoy el cepo le permite al Banco Central que esos pesos no presionen sobre sus reservas, a lo sumo presionan sobre el dólar blue o sobre el MEP”.
¿Mayor el costo que el beneficio?
Claro que el hecho de que el blue o el MEP aumenten su cotización, amplía fuertemente la brecha entre el tipo de cambio oficial y el resto de los tipos de cambio, algo que al Gobierno también le preocupa. Pero obviamente no tanto como la pérdida de reservas cuando el Banco Central se ve obligado a vender dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Si el Gobierno quisiera asegurarse de que quienes hoy tienen plazos fijos en pesos no los retirarán cuando venzan para irse directo al dólar, podría impulsar una suba de la tasa. Sin embargo, si las tasas pasivas (las que se pagan por los depósitos, en este caso a plazo fijo) suben, también deberían hacerlo las tasas activas, es decir, aquellas que se aplican a los distintos tipos de préstamos que otorgan los bancos.
“La tasa es una herramienta que se puede combinar con otras y lograr el efecto deseado. Pero es una manta corta: si se remunera mejor al inversor, se termina castigando a quien pide créditos“, explicó Buteler. Pero recordó que “hay planes con tasas subsidiadas que se podrían mantener en un período corto de tiempo y así subir la tasa para remunerar mejor al ahorrista”.
Sin embargo, en los bancos -al igual que en parte del Gobierno- parecen convencidos de que la eventual salida del sistema de quienes tienen hoy plazos fijos en pesos en busca de algún tipo de dólar, no depende de la tasa de interés que se les ofrezca.
“Si ofrecés tasas muy altas, pueden desconfiar”, dijeron en un importante banco de capitales nacionales. Y agregaron: “por lo visto todo es cuestión de confianza o desconfianza, ya sea para quedarse en pesos o para irse a los distintos tipos de dólares”.
Sin embargo, en un banco público admitieron que “siempre que un ahorrista se vaya del sistema es preocupante”. Pero aclararon que “como la tasa está regulada por el Central, no tenemos mucha flexibilidad para ofrecer más tentaciones para que el ahorrista se quede en plazo fijo en pesos”.
Para el economista y consultor Salvador Di Stefano, una suba de las tasas de interés para los plazos fijos sería algo que el Gobierno podría poner en marcha. “Se podría subir la tasa de 33% a 40% anual, pero esto impactaría muy duro en la actividad económica”. Sin embargo, aclaró que “sería mucho más gravoso una devaluación sin un plan económico en marcha, por el impacto que una devaluación tendría sobre los alimentos”.
Lo cierto es que hoy a los bancos no les preocupa lo que pueda ocurrir con los depósitos en pesos que se mantienen firmes y en ascenso, tanto las colocaciones a la vista como los plazos fijos. Sin embargo, tanto en las entidades financieras, como en el Gobierno, hay preocupación por la salida de dólares del sistema financiero.
“Los datos del Banco Central del 22 de septiembre revelan que los depósitos privados en dólares registran un saldo de 17.086 millones de dólares, pero desde que se implementaron las nuevas restricciones al cepo ya se fueron 293 millones de dólares“, precisó Christian Buteler. Y añadió: “La pregunta es cuánto más pueden caer los depósitos en dólares”.
Imposible hacer ese cálculo. Si tomamos como referencia cuánto bajaron antes de las PASO el año pasado, veremos que los depósitos en dólares del sector privado que estaban en torno a los 34.000 millones de dólares, sufrieron una caída que las dejó en un nivel de 17.000 millones en cuestión de semanas. “Si pensamos que el nivel de nerviosismo puede ser el mismo, podría ser que ahora registren otra caída del 50% como aquella vez, pero es algo muy difícil de pronosticar”, señaló Buteler.
Ese es por ahora el foco de atención del Gobierno y los bancos. Los depósitos en dólares. Habrá que esperar a ver qué comportamiento tienen quienes hoy tienen sus ahorros invertidos en plazos fijos en pesos cuando éstos venzan, para ver si corren desesperados tras el dólar, o eligen quedarse en pesos. Aun cuando la tasa hoy sea positiva, pero con el ritmo que parece tomar la inflación, pronto puede convertirse en negativa.
Fuente: iprofesional.com