Las consecuencias del coronavirus impactaron duramente en la economía. En ese contexto, tan solo un 30% de las micro, pequeñas y medianas empresas tienen en la actualidad trabajando a la totalidad de su personal, como consecuencia de la caída de la demanda por la pandemia.
El preocupante dato fue revelado en un trabajo elaborado por la Fundación Observatorio Pyme (FOP), a partir de los datos de seis relevamientos que hizo entre abril y octubre, desde el comienzo de la cuarentena.
“Las empresas en completa actividad no están reincorporando al staff completo”, señala el informe titulado “Coronavirus: Impacto sobre las PyME, producción y empleo“.
El relevamiento cruza dos tipos de datos, los niveles de actividad de las empresas relevadas (8.000 cuestionarios respondidos a lo largo de seis encuestas) y la cantidad de personal que están empleando. Y arroja que aun cuando se quita de la ecuación las restricciones propias de la pandemia, la demanda “tira” lo suficiente como para volver a tener a todo el personal activo en apenas 3 de cada 10 pymes.
“Si se descuenta la continuidad de la licencia de prestar trabajo en el establecimiento para grupos de riesgo, edad y embarazadas, así como las dificultades para implementar trabajo remoto, estas estadísticas muestran el verdadero impacto de la recesión productiva, más allá del efectivo estado autorizado de funcionamiento de las empresas”, remarcó el trabajo realizado por la FOP.
Estas son las principales conclusiones que arroja el trabajo:
– 50% de las empresas están totalmente operativas.
– 30% de las empresas tienen a todo su personal activo.
En sentido contrario, la tasa de inactividad también es pronunciada. “En total, al 18 de octubre pasado, unas 150 mil empresas que ocupan 900 mil puestos de trabajo tienen inactivo a más del 30% de su planta de personal”, agrega el trabajo del FOP.
“El retorno a la situación previa al mes de marzo respecto a la producción y el empleo, requerirá esfuerzos mayores a la sola autorización para funcionar en los establecimientos para las empresas aún “no operativas”. Esto sucede porque la pandemia ha producido una fuerte contracción de la actividad económica en Argentina y en el mundo. La oferta y demanda agregada se ven seriamente alteradas”, señala el trabajo.
Pero además, el cruce de datos arrojó que no sólo cayó la demanda sino que además la pandemia aceleró la manera en que se organiza el trabajo y se planifica la producción de bienes, la prestación de servicios y la distribución y comercialización, con malas noticias para todo lo referido a la demanda laboral.
“La evolución de la tasa de actividad del personal es un elemento esencial para la toma de decisiones de política pública. Los datos oficiales del mercado de trabajo muestran un deterioro significativo y, en el futuro, la imposibilidad de reincorporación de todos los trabajadores que se encuentran aún empleados, pero con actividad nula o parcial, esgrime un fuerte riesgo de desocupación abierta, junto al riesgo ocupacional del cierre de empresas”, señala el estudio.
“Por otro lado, en cuanto a la organización del trabajo en el escenario productivo pospandemia, la implementación del trabajo remoto es uno de los desafíos más latentes, que lejos de ser un proceso marginal, afecta al conjunto del tejido productivo, en la forma de un factor adicional de brecha entre sectores”.
Fuente: iprofesional.com