La exposición a bonos en pesos por parte de los inversores no residentes es de u$s 5200 millones. En 2018 llegaron a alcanzar los u$s 33.000 millones. Misma dinámica ocurrió con los bonos y acciones en moneda dura.
Todo aquel inversor externo que quiso desarmar activos argentinos de su portafolio ya prácticamente logró hacerlo. En los últimos tres años, la posición técnica del mercado hacia los activos de riesgo local se redujo de forma significativa, por lo que la exposición a acciones y bonos argentinos, según un informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), ya es la más baja desde 2016.
Muchos fondos del exterior que habían apostado a la Argentina que planteaba el ex presidente Mauricio Macri, fueron arrastrados por las fuertes caídas y empujados a desarmar tanto bonos como acciones. La exposición a bonos en pesos también colapsó y es la más baja desde 2015.
Con este desarme, los inversores globales pasaron a tener activos locales por menos del 13% del PBI argentino. En 2018 dicho porcentaje superaba levemente el 25%.
Esta dinámica negativa sobre los activos globales en dólares también se da en los bonos en pesos. Muchos inversores decidieron invertir en ADR y en bonos Globales de Argentina desde el exterior. Sin embargo, otros tantos también decidieron traer el dinero a la plaza local para aprovechar las tasas de interés en pesos y lograr rendimientos potenciales en dólares. Es decir, el denominado carry trade.Pero por la volatilidad cambiaria primero y con la implementación del cepo después, muchos de estos fondos quedaron atrapados en el mercado local.Aun así, la fuerte caída del peso expulsó a muchos de estos fondos, lo cual implicó una reducción sustancial de la exposición en bonos en pesos por parte de inversores globales.
Según datos de Grupo SBS, los inversores no residentes desarmaron sus posiciones en pesos y hoy solo cuentan con u$s 5200 millones. En el momento de mayor exposición, en 2018, llegaron a tener u$s 33.000 millones de deuda en moneda local. Es decir, los inversores del exterior redujeron sus posiciones en pesos en un 84,3% en solo tres años.
Juan Manuel Franco, economista de Grupo SBS, expresó que el deterioro de los fundamentos macroeconómicos que tuvieron lugar desde abril de 2018 llevaron a que muchos inversores extranjeros cerraran sus posiciones en renta variable.”A medida que la crisis se fue acentuando, las salidas de estos inversores continuaron y gran parte de ellos ya no tienen acciones argentinas en cartera. Por otro lado, la salida en acciones fue bien marcada y podría suponerse que todo aquel que quiso desprenderse de sus papeles ya lo hizo. Los inversores con apetito por el riesgo dispuestos a mantener la inversión en el mediano plazo podrían ver atractivo en las valuaciones corrientes de la renta variable”, señaló Franco.¿UNA BUENA NOTICIA?
El hecho de que la posición técnica en bonos en dólares y en pesos, así como en acciones, se haya limpiado permite pensar que las presiones bajistas se reducen.
Es decir, si hay menos inversores que buscan desarmar posiciones, eso posibilita que, ante un rally, el mismo pueda sostenerse ya que hay menos presión vendedora.
En caso contrario, como ocurrió en el pasado, el mencionado rally tendría un potencial limitado ya que muchos inversores seguirían más expuestos hacia activos locales que lo deseado.
De esta manera, ante el primer rebote, buscaban desarmar posiciones de deuda y acciones argentinas, generando mayor presión vendedora. Hoy el contexto es distinto y el hecho de que la posición técnica se haya limpiado es un dato positivo.
Martin Saud, senior trader de Balanz, considera que el hecho de que los inversores hayan decidido salirse de activos locales marca el pesimismo que persiste sobre Argentina. Pero que también refleja el elevado potencial en caso de que se normalicen las condiciones macroeconómicas.
“La posición técnica negativa es un indicador que refleja que hay bastante potencial para cuando las condiciones macroeconómicas se normalicen. Pero los saltos grandes en el Merval se deberían ver cuando puedan volver institucionales extranjeros a las acciones argentinas, tal como ocurrió en 2016 a 2018. La progresiva eliminación de controles de capitales y distorsiones financieras serían el gran driver para la expansión de múltiplos en el mercado de renta variable local”, estimó Saud.
Camilo Cisera, estratega de Cohen, coincidió en considerar que es positivo que los inversores tengan baja exposición hacia la Argentina.
“Que tengamos tan baja exposición de inversores internacionales tiene el gran punto a favor de reducir presión vendedora en caso de nuevos eventos negativos. Por otro lado, si bien hoy parece distante, el día en que un inversor extranjero decida destinar en Argentina un porcentaje de sus fondos, por más reducido que sea, generará un importante salto de precios, ya que el volumen es reducido y los vendedores más importantes ya descargaron”, advirtió.
Finalmente, Manuel Carpintero, head portfolio manager de Nash Inversiones, remarcó: “Desde el lado de los flujos, es positivo tener a los no residentes con poca posición en activos locales. Son demandantes potenciales cuando vuelvan a armar una posición con un panorama más claro“.
Fuente: cronista.com