El directorio del BCRA aprobó ayer sus “Objetivos y Planes para 2022”, un documento que establece una serie de lineamientos, algunos de los cuales ya habían sido adelantados por este diario. Además, entre otras, planteó como metas: reducir la tasa anual de inflación (que este año rondará el 50%), preservar el equilibrio externo, acumular reservas (que cierran 2021 levemente por debajo de 2020) y promover el ahorro en pesos.
Política monetaria
En el plano monetario, el Central ratificó un conjunto de pautas que sintonizan con algunos de los planteos realizados semanas atrás por el Fondo en el comunicado de cierre de la visita de los funcionarios argentinos a Washington. Por un lado, el informe del BCRA señaló que avanzará hacia una suba de la tasa de referencia para propender a que las inversiones en pesos paguen retornos reales positivos.
La entidad había analizado implementar durante diciembre un alza en el tipo de interés de política monetaria (el de las Leliq), que se mantiene en 38% desde noviembre de 2020, para adecuarlo al nuevo ritmo de depreciación y a la inflación. Finalmente, se inclinó por postergar el movimiento para 2022.
El documento también apuntó que continuará con la esterilización de liquidez en la medida que sea necesario para evitar presiones cambiarias e inflacionarias, aunque adelantó que espera una menor emisión para financiar al Tesoro (el proyecto de Presupuesto fijaba un 1,8%) a raíz de la reducción del déficit fiscal y de la ampliación del endeudamiento en pesos y de los desembolsos de organismos multilaterales.
Además, ratificó el ancla para la expansión monetaria que había adelantado Martín Guzmán: el informe marcó que el crecimiento real de la base monetaria (BM) acompañará “la mayor demanda de saldos reales derivada de la expansión económica y del fortalecimiento del mercado de trabajo”. Guzmán había planteado que en 2022 la BM se mantendría estable en relación al PBI. En 2021, a raíz de la absorción de liquidez del BCRA, el dinero en circulación se contrajo 11,5% en términos reales y regresó ubicó en términos del PBI a registros similares a los de mediados de 2003.
El BCRA afirmó: “En esta nueva etapa, es esperable que el esfuerzo de esterilización monetaria se vea reducido. Ello favorecerá que la demanda de base monetaria sea provista por los intereses asociados a los pasivos remunerados del BCRA (Pases y Leliq) y, potencialmente, por una reducción de su stock”.
Por último, la entidad que preside Miguel Pesce anticipó que recalibrará el esquema de encajes para reforzar el canal de transmisión de la política monetaria.
Política cambiaria
El directorio del BCRA también oficializó lo que había adelantado Pesce en una conferencia de la UIA: que acelerará el ritmo de depreciación para acercarlo a la evolución de los precios y “preservar los niveles de competitividad externa”. Este año, el gabinete económico apeló a una estrategia de ancla cambiaria para intentar contribuir a reducir la creciente inflación: el dólar mayorista subió 22% a lo largo de 2021, casi 30 puntos por debajo del índice de precios al consumidor (IPC).
Al respecto, el informe señaló que esa política, sumada a la evolución de las monedas emergentes respecto del dólar, “contribuyó a una apreciación real del peso”. Aunque remarcó: “Pese a ello, el Índice Tipo de Cambio Real Multilateral se mantuvo durante el año en niveles compatibles con el promedio de los últimos 24 años, y en un contexto de superávit del sector externo”. La intención es que el año próximo permanezca estable, lo que implica también que se descarta un salto devaluatorio. En diciembre, ya se vio un mayor ritmo de deslizamiento del dólar oficial: 1,8%, contra un promedio de 1,1% entre mayo y noviembre.
“El BCRA buscará recalibrar su política cambiaria y de tasas de interés para propender a la estabilidad cambiaria y fortalecer su posición de reservas internacionales”, sintetizó la autoridad monetaria. La acumulación de divisas es uno de los ejes centrales de la negociación con el FMI, como contó Ámbito. En ese sentido, los analistas advierten que un mayor ritmo de depreciación sin una adecuación de la tasa podría estimular a los exportadores a tomar crédito a tasa negativa y posponer las ventas al exterior.
Además, la entidad reafirmó que habrá nuevas flexibilizaciones al cepo “en la medida que las condiciones macroeconómicas lo permitan se irán flexibilizando las regulaciones” y “con el objetivo de mantener en el mediano y largo plazo un conjunto de normativas macroprudenciales compatibles con la dinamización de los flujos de capitales orientados a la economía real”. Con todo, muchos de los controles permanecerán largo rato.
Con escasas reservas, una montaña de vencimientos inafrontables y un verano desafiante por delante, el Central volvió a abogar por una resolución rápida de la negociación con el Fondo para refinanciar los u$s45.000 millones de deuda que tomó Mauricio Macri. Aseguró que eso “ayudará a mejorar las expectativas de aquellos actores que condicionan su visión acerca de la sostenibilidad del sector externo al resultado de dicha negociación, contribuyendo a contener las presiones cambiarias y las expectativas de inflación”.
Otros de los lineamientos planteados por el BCRA para 2022 son impulsar un crecimiento del crédito al sector privado en pesos en términos del PBI, mantener la solvencia del sistema financiero, favorecer el financiamiento de las pymes y fortalecer los medios de pago digitales.
Fuente: ambito