Casi de inmediato inmediato tras la difusión del índice de inflación de marzo por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), que fue del 6,7%, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso este miércoles la cuarta suba de tasas de interés del plazo fijo en lo que va del año. El ajuste fue de 250 puntos y, así, el rendimiento del plazo fijo a 30 días se fijó en un 46% anual para las imposiciones, lo que representa un rendimiento de 57,1% de tasa efectiva anual (TEA).
En tanto, para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 44%, lo que representa una TEA de 54,1%.
Según informó la entidad, la suba es en respuesta al shock de commodities y aseguró que “las tasas de interés activas se mantienen en niveles compatibles con el impulso de la inversión y la producción, y el desarrollo del sector MiPyME”.
Plazo fijo: ¿le gana a la inflación?
Asimismo,busca propiciar su transmisión plena al retorno de las colocaciones a plazo fijo en pesos y anticipó que seguirá regulando las condiciones de acceso al crédito para el consumo de las familias.
Era una decisión esperable dado el compromiso que hay con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los datos de inflación que se conocieron, que fueron más altos de lo que muchos analistas esperaban”, dice al respecto el economista jefe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), Nicolás Zeolla.
En ese contexto, se dieron otras tres alzas previas de tasa en lo que va del año, la anterior se implementó el pasado 22 de marzo y en esa ocasión el ajuste fue del 2% en las tasas de interés del plazo fijo a para los ahorristas a 30 días llevándolas a un nuevo piso del 43,5% anual, lo que representaba un rendimiento de 53,3% de TEA.
Los analistas alertan que aún corre de atrás a la inflación, pero el dato es alentador dado que la tasa efectiva anual superaría por 0,1 puntos porcentuales el consenso proyectado para el alza de precios para todo 2022 del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que es de 57%. Sin embargo, muchos en la City hablan de un índice anual superior al 60%, lo que dejaría escasa aún la nueva tasa.
Y es que la nueva tasa anual equivale a una ganancia de 3,9% mensual, un porcentaje que queda bastante por debajo respecto al alza de precios que hubo en el primer trimestre, que suma 16% en total, y del 5% que se proyecta para el corriente abril.
BCRA subió la tasa: ¿qué opina el mercado?
“La suba era necesaria y el martes el Ministerio de Finanzas la había convalidado con mayores rendimientos en el tramo corto, ya que pagó tasas del 51,05% (equivalente a 65% efectivo anual) por los bonos a cinco meses”, explica a iProfesional el economista y director de MyR Asociados, Fabio Rodríguez. Y aseguró que era esperable que el BCRA acompañara esa tendencia.
En la misma línea, Mateo Reschini, Senior Analyst de la consultora Inviu, señala que, “con una inflación tan elevada, no había mucha más alternativa en este momento que subir un poco la tasa porque, si no, quedaría muy negativa en términos reales”, es decir, respecto de la inflación anual estimada, aun teniendo en cuenta que Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) parece indicar que en los próximos meses debería empezar a calmarse un poco el índice.
En general, los analistas económicos ven con buenos ojos la medida porque, tal como señala el economista jefe de Analytica, Claudio Caprarulo, “muestra que hay un objetivo del BCRA de ir hacia tasas de interés reales positivas”.
Sin embargo, también al igual que la mayoría de sus colegas, advierte que cada aumento de tasa de interés le implica al BCRA un mayor desembolso por la colocación de las Letras de Liquidez (Leliqs) que tienen en poder de los bancos.
La inflación es la traba para una tasa positiva
Pero el gran problema es que la inflación anualizada proyectada por el Gobierno no refleja lo que sucedió con el índice de precios en estos primeros meses de 2022. “Va a estar casi 3 puntos por encima del índice anual proyectado, por lo que la autoridad monetaria tendría que revisar el nivel de suba que aplica mes a mes para poder registrar un alza en términos positivos.
Y es que, tal como señala Rodríguez, “aun siendo el peor dato de inflación del año el de marzo, abril también se ve complicado, con una proyección en torno al 5%”. Por lo que con una tasa promedio mensual abajo de 4% se corre de atrás.
Así, según Glustein, la tasa interés del plazo fijo no debería bajar del 60% para que sea positiva, pero, tal como se mencionó esto encarecería mucho los intereses de las Leliqs y Notaliqs para el BCRA, incrementando el déficit cuasi fiscal.
Esto se debe a que, a la par del ajuste en la tasa del plazo fijo tradicional, el directorio del Banco Central dispuso elevar en 250 puntos básicos la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días, pasando de 44,5% a 47%, lo que representa una TEA de 58,7%.
Y, por otro lado, tal como advierte el economista, “afecta la actividad porque impacta en los consumos con tarjeta de crédito, dado que la suba de tasas tiene efecto en los costos que pagan los usuarios por el uso de estos instrumentos, y en las refinanciaciones de deuda y los créditos productivos”.
Suba de tasas: riesgos de la medida
En palabras de Zeolla, “está claro que una tasa más alta encarece el crédito por un lado, mientras que por otro es un instrumento para absorber liquidez y contener la brecha”. Así, advierte que el Gobierno debería mantener la segmentación de créditos para moderar el impacto negativo, lo que implicaría, por ejemplo, profundizar la variedad de instrumentos para los abortistas para preservar el valor real de los ahorros.
Por su parte, Rodríguez advierte que “devaluando el peso a más del 4% mensual y, con esta inflación, los que tienen dólares para liquidar pueden sentarse arriba de ellos y esperar endeudándose en pesos para pagar gastos”.
En consecuencia, considera que es necesario eliminar esa brecha entre devaluación e inflación e incentivar la liquidación aprovechando estos precios internacionales, que son muy buenos, y ofrecer alternativas más rentables para los pesos.
Entonces, según menciona Caprarulo, “si bien la decisión está bien, con esta tendencia constante de suba de la inflación, se puede leer, aunque no es una norma explícita, que automáticamente el BCRA va a reaccionar con un ajuste de tasa ante el dato de precios más elevados en la economía”.
Así de cara al futuro, Glustein anticipa que el ritmo de ajuste de tasas del plazo fijo tiene que seguir siendo mes a mes, como se viene dando en el último tiempo, pero alerta que no debe dejar de monitorear el impacto que esta política vaya teniendo en la actividad para ir determinando cómo sigue aplicando el ajuste de tasas.
Fuente: iprofesional.com