Por la incógnita sobre el costo de reposición, proveedores adoptaron este sistema de comercialización. Despachan la mercadería pero sin un valor definido.
“Disculpá pero no tengo precio. Dame unos días”. Esta frase rebotó de manera frecuente en las oficinas comerciales de distintas empresas de los sectores productivos durante las últimas 24 horas. Ante la incógnita sobre cuál será el costo de reposición, muchos proveedores de firmas industriales de larga data adoptaron el sistema de “remito abierto”. Es decir, despachan la mercadería aunque sin un precio de venta definido. Hay preocupación por cortes en la cadena de suministros.
Al temblor financiero de las últimas semanas, se sumaron las complicaciones para importar insumos por las medidas que tomó el Gobierno ante la escasez de dólares. Pero el principal detonante de la incertidumbre, según explican en las distintas cadenas de valor, fue la repentina renuncia del ex ministro de Economía, Martín Guzmán. A partir de allí, la suba de los dólares paralelos planteó más dudas sobre los costos de reposición a pesar de que la gran mayoría de las compras al exterior se hacen a la cotización oficial.
“Estimado cliente: como consecuencia del contexto económico actual y hasta no tener precios de referencia por parte de nuestros proveedores, nos vemos obligados a entregarle la mercadería con remito sin precio de venta. Esperamos sepan comprender la situación enunciada”, reza la nota que recibió de uno de sus proveedores un empresario metalúrgico que tiene su fábrica en el conurbano bonaerense.
Falta de precios definidos
El término remito abierto hace referencia a una vieja práctica que se justificaba cuando la facturación era manual y, por ejemplo, se llevaban adelante entregas parciales. La cuenta se cerraba, entonces, con el despacho final de toda la mercadería. Pero en este caso, la nomenclatura que volvió a popularizarse en las últimas horas hace referencia al contexto de incertidumbre. El remito no se cierra porque no hay un precio definido.
Con una biblioteca, podría llamarse “precaución o cobertura”; con la biblioteca opuesta, lo llamarán “especulación”. Lo cierto es que, si bien la situación no es generalizada, comienza a extenderse y afecta principalmente a las PyMEs, que tienen menor margen para negociar ante este tipo de conductas. “Algunas empresas también transmitieron que los proveedores no están haciendo entregas, que es lo más grave. El problema es que frente a la falta de certezas acerca de cuál es el costo de reposición, deciden no bajar la mercadería”, señalaron desde una de las principales entidades empresariales bonaerenses.
Desde otra firma, que trabaja con insumos electrónicos, aportan un correo electrónico recibido por parte de uno de sus proveedores: “Debido a la inestabilidad económica y los recientes acontecimientos, nos vemos obligados a suspender las ventas hasta nuevo aviso”, dice el escueto mensaje que fue en respuesta a un pedido de mercadería.
Los industriales consultados por Ámbito explicaron que las complicaciones se están viendo en distintos productos: cajas, cartones, repuestos, plástico, metales y productos químicos, entre otros. En general, las firmas dicen tener suficiente stock como para sobrellevar la situación durante las próximas semanas, pero persisten las dudas de que sucederá hacia adelante.
Fuente: ambito