En la comparación mensual, hubo variaciones negativas. Así se desprende tanto de un informe oficial del CEP XXI como de distintas cámaras sectoriales. Impactan las restricciones a las importaciones y las turbulencias financieras.
El sector industrial cerró un primer semestre en franco crecimiento. Según los datos del INDEC, en junio se registró el mayor nivel de producción para ese mes desde al menos 2016: así, creció un 6,9% interanual y un 19,7% frente al mismo periodo de 2019. Además, trepó 2,6% mensual. Sin embargo, esta tendencia comenzaría a ralentizarse a partir de julio. Sobre todo, en la medición desestacionalizada.
Así lo reflejan distintos relevamientos sectoriales y el informe que elabora el Centro de Estudios para la Producción (CEP) XXI, que depende del Ministerio de Economía. Las restricciones para las importaciones dispuestas a fines de junio, sumado a las turbulencias financieras y políticas que se vivieron en ese mes, habrían hecho mella en el nivel de producción.
Según el índice adelantado de actividad industrial elaborado por el CEP XXI, que toma como referencia el consumo de energía sobre la base de CAMMESA, se registró en términos interanuales un crecimiento del 3,5%. Hubo, destacaron, “un mayor consumo en plantas de las industrias más relevantes (salvo tabaco, productos de metal, otro equipo de transporte y alimentos)”. En relación con el mismo mes de 2019, se observó un crecimiento del 9% en este sentido.
Sin embargo, en la medición desestacionalizada contra junio, “la actividad industrial registró un leve descenso de 0,4%, luego de tres meses de subas consecutivas”. De todas formas, el informe del organismo oficial señaló que la actividad en la industria de materiales de construcción “alcanzó un récord histórico en julio y la automotriz fue la mayor desde 2015 en ese mes”.
“Julio fue un mes turbulento en lo financiero, pero aun así la economía real siguió mostrando un buen nivel de actividad. Nuestro objetivo es claro: ordenar las variables macroeconómicas y fiscales desde el crecimiento y en eso trabajamos todos los días”, dijo José Ignacio de Mendiguren, Secretario de Industria y Desarrollo Productivo.
Relevamientos sectoriales
Según la Cámara Argentina del Acero, la producción de acero crudo tuvo una pequeña caída mensual en julio del 0,2%; mientras que la de laminados se contrajo un 3,8% frente a junio. En la comparación interanual, sin embargo, los guarismos siguen siendo positivos: la producción de acero crudo creció 7,6% y la de laminados, 3,5% frente al mismo mes del 2021.
Por su parte, tal como informó la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), en julio la producción de vehículos se contrajo 9% frente a junio. De todas formas, se aclaró que con 21 días hábiles de actividad, el mes pasado tuvo la particularidad de registrar la parada de producción de algunas terminales por el receso invernal y la adecuación de sus líneas de producción.
En ese marco, en términos interanuales el sector registró un crecimiento de 37,9% y en el acumulado de los siete primeros meses del año, se observa un alza del 27,6% frente al mismo periodo del año pasado.
Análisis
Más allá de algunas cifras, desde el sector alertan que los niveles de producción podrían verse afectados en el segundo semestre a raíz de la coyuntura económica que atraviesa el país. Por caso, tal como señaló el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA) Daniel Rosato, la mayoría de las empresas proyecta que estará peor en el futuro “si no se soluciona el problema para importar materias primas”.
Por las restricciones para importar insumos o materias primas, muchas industrias verán afectada su producción. Así lo detalló Rosato: “En cuanto a los datos, julio va a empezar a mostrar una realidad distinta con respecto a lo que se observó hasta junio. Y el problema va a ser en agosto y septiembre, cuando vamos a tener un panorama más complicado. Porque las empresas empiezan a no tener stock. Por ahí, en algunos casos, algunas industrias tienen un componente, pero les falta otro para producir”.
Por su parte, tal como sostuvo Juan Carlos Uboldi, director del sector industrial de la CAME, “la actividad industrial tuvo una ralentización de su crecimiento, producto de la falta de insumos importados en algunos de los sectores industriales”. “Y también por el hecho de una caída del consumo en general. El ritmo de crecimiento, que venía siendo muy fuerte, se ha ralentizado en este último periodo”, concluyó.
De hecho, desde la consultora LCG analizaron la situación luego de que se conociera el dato de producción industrial de junio y, de cara a los próximos meses, señalaron: “Mayores restricciones a las importaciones ante la necesidad de acumular reservas, decisiones de inversión que seguirán demoradas en un contexto de alta inestabilidad económica y un consumo que difícilmente traccione fuerte con salarios reales ajustando a la baja, son todos factores que hacen esperar una merma de la actividad de cara al segundo semestre. En conclusión, es posible que a finales de 2022, la industria se encuentre operando a un nivel inferior que un año atrás, con una variación promedio anual en torno del 4,5%”.
Fuente: ambito.com