La Comisión Económica para América Latina (Cepal) abrió su asamblea anual en Buenos Aires.
Los desafíos para el desarrollo de América Latina y el Caribe, la desigualdad y la necesidad de políticas transformadoras fueron los ejes de las exposiciones que se realizaron ayer en la apertura del 39º período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En el inicio de las actividades de la asamblea en el Centro Cultural Kirchner (CCK), el canciller Santiago Cafiero abogó por “reducir las brechas” entre los países desarrollados y en vías de desarrollo.
Consideró que el documento de la Cepal “Hacia la transformación del modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: producción, inclusión y sostenibilidad” constituye “una valiosa hoja de ruta”.
Según el documento,en 2022 los países de la región enfrentan “los efectos de una serie de crisis en cascada: climática, de salud, de empleo, social, educativa, de seguridad alimentaria, energética, y de costo de la vida”.
La publicación señala que luego de la baja tasa de crecimiento económico de 0,6% promedio anual registrada entre 2014 y 2019, una contracción histórica de 6,9% en 2020 y una recuperación de 6,5% en 2021, las economías de América latina y el Caribe crecerán un 3,2% en 2022 y se espera una fuerte desaceleración con un crecimiento proyectado de 1,4% en 2023.
A su turno, la secretaria de Asuntos Estratégicos de la Argentina, Mercedes Marcó del Pont, dijo que “para todos los que hemos estado comprometidos con el desafío del desarrollo de nuestra región, la Cepal siempre ha sido un refugio frente a oleadas recurrentes de pensamiento único y de libre mercado”.
Remarcó que “esta transición energética que está en la agenda global puede ser una oportunidad enorme para muchos de nuestros países”, pero puntualizó que “también puede ser una nueva frustración si no impulsamos las políticas para la transformación productiva”.
En tanto, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, señaló que la región crecerá sólo 2,7% en 2022 y reclamó al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los organismos multilaterales en general instrumentar asignaciones “con criterios de justicia hacia los países en desarrollo”.
Puntualizó que el peso de la deuda pública “en muchos países supera el 90% del Producto Bruto Interno (PBI)”, por lo cual propuso la implementación del “canje de deuda por proyectos de adaptación” al cambio climático, además de instar al FMI a “ampliar sus asignaciones de liquidez”.
El secretario general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xiribachs, sostuvo que la región enfrenta “una tormenta perfecta de crisis simultáneas” en la que coexisten problemas económicos, sociales, educativos y sanitarios. Y planteó que “está necesitada de políticas transformadoras, no sólo en favor de las poblaciones vulnerables sino también de los estratos medios” para que las sociedades que la integran “puedan cumplir con el legítimo sueño de ser países económicamente inclusivos”.
El titular de la Cepal pidió crear “mecanismos innovadores de financiamiento, para atender la reducción de vulnerabilidades” y advirtió que se enfrenta “una verdadera crisis de desarrollo”.
El presidente Alberto Fernández afirmó que en América latina y el Caribe “la brecha entre ricos y pobres es la más profunda del planeta” y aseguró que esta desigualdad “es consecuencia directa de quienes pugnan por un Estado ausente”. En este contexto, llamó a “volver a construir la Patria grande”.
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz criticó que en la pandemia “ha quedado muy claro que en los últimos años, las fronteras importan”, a pesar de que durante décadas hubo un intento de “globalizar el mundo”. Y se mostró muy crítico de la política de suba de tasas de la Reserva de Estados Unidos. “América latina necesita responder en forma cauta; es claro que aumentar las tasas no van atraer más alimento ni recursos, simplemente deslocalizar las empresas y mandarlas a otros países y eso empeorará el problema, como ya lo empeoró también Estados Unidos”, completó.
Otro de los expositores del panel, el director general de la Práctica Mundial de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, Luis Felipe López-Calva, dijo que el reporte global de riqueza y prosperidad muestra que “la reducción de la pobreza global al 3% para 2030 está fuera de nuestro alcance dadas las tendencias globales en este momento”.
“Vemos un crecimiento en la pobreza y la desigualdad desde que se monitorea, es decir, desde 1990, y nos atrevemos a decir que es el incremento más grande desde la segunda guerra mundial”, manifestó López-Calva.
El directivo explicó que “el incremento fue desproporcionado desde 2020 en donde las consecuencias se verán de este periodo en adelante” y que se necesita “de una acción muy rápida y decidida de los gobiernos”.
Fuente: la capital
