La estrategia de “ganar tiempo” parece agotada: tuvo beneficios en 2022 pero sus costos se irán agigantando a medida que se acerquen las elecciones primarias
El viernes los operadores e inversores se fueron temprano por lo que la rueda fue muy reducida por la festividad de fin de año. Por eso el Banco Central casi no intervino en el mercado cambiario con el bono GD30. Para bien de los jubilados, la Anses tampoco tuvo una gran presencia.
De esta manera, la brecha entre el dólar MEP y el contado con liquidación comenzó a normalizarse. La diferencia de precio entre ambos marca el costo de colocar dinero en cuentas del exterior.
Por eso el MEP tuvo una caída de $6,42 (-1,92%) a $327,94 y el contado con liquidación aumentó $3,58 (+1,04%) a $344,13. La brecha o dólar cable ahora tiene un costo de 4,93% que lo acerca a la normalidad.
El “blue” no tuvo demanda porque las mancos chicas que operan en ese mercado no estuvieron presentes y bajó $3, a 346 pesos. En el año fue ampliamente derrotado por la inflación, ya que subió 68% en el año. Los que hicieron plazos fijos con CER tuvieron excelentes ganancias en divisas. Los plazos fijos tradicionales, si bien están pagando una tasa más alta que la inflación, no ganaron tanto porque la tasa comenzó más baja en el año y fue subiendo gradualmente.
Buena noticia
“Lo que se vivió el viernes es una buena noticia porque dejaron circular al mercado después de las intervenciones desmedidas de las ruedas anteriores donde rifaron jubilaciones en su afán de bajar $6 los dólares alternativos”, señaló el analista financiero y experto en agronegocios Salvador Vitelli.
El dólar mayorista aumentó 36 centavos a $177,16 con lo que el ritmo de devaluación de diciembre fue de 5,9%. Es la primera vez que el dólar baja su porcentaje de devaluación desde mayo. En noviembre, el dólar había subido 6,6 por ciento. El atraso cambiario se reflejó en estos números: el dólar mayorista subió 72% en todo el año contra una inflación estimada de 95 por ciento.
El viernes el Banco Central compró USD 136 millones, de los cuales 119 millones correspondieron a los exportadores de soja que hizo que con lo adquirido en esta etapa el Central superara 5% la meta del FMI de 3.000 millones al adquirir USD 3.154 millones.
“El dólar soja llevó a emitir $583 mil millones. Es un esquema que le permitió fortalecer las reservas a expensas de una pérdida patrimonial importante. La diferencia en esta segunda etapa del dólar soja la marcaron los productores que, después de la experiencia de la primera parte, decidieron no convalidar los precios inferiores que querían pagar los exportadores y consiguieron que se les cotice a $100 mil la tonelada, un valor que supera entre 25 y 30% la capacidad teórica de pago de la exportación y de la industria; fue una buena noticia para todo el sector productivo”, señaló Vitelli.
Las reservas se vieron beneficiadas y aumentaron 422 millones a USD 44.588 millones. Las intervenciones del Banco Central y la venta de bonos de la Anses en las últimas ruedas, derrumbaron el precio de los títulos más operados e hicieron que muchos inversores tomaran ganancias. El riesgo país, ante esta situación, dio un brusco salto de 53 unidades (+2,45%) a 2.213 puntos básicos.
Gran año bursátil, pero tumultuoso para la economía
La Bolsa cerró un gran año con menos negocios de los habituales por $1.946 millones. Pero el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 1,36% que eleva las ganancias del año a 138% y fue la mejor inversión de 2022. Medida en dólares, la ganancia fue de 41% superó en beneficios a las grandes bolsas del mundo, al oro, al petróleo y bonos.
De esta manera, terminó un año tumultuoso por la elevada inflación, el atraso cambiario y le enorme deuda interna que genera intereses impagables. El plan “Ganar tiempo” del ministro de Economía, Sergio Massa, tuvo beneficios en 2022 pero ahora se va a enfrentar a los costos de querer domar una situación económica sin bajar el gasto. Esos costos, se irán agigantando a medida que se acercan las elecciones primarias.
Para tratar de saltar la situación se llamó para esta semana a un canje de bonos que intenta dilatar los vencimientos de la deuda del Tesoro pero nadie cree que el sector privado lo apoye.
El dólar atrasado será hasta agosto la gran amenaza del sistema, mientras la Bolsa parece tener una autopista garantizada por el bajo valor de las acciones, a pesar de la recuperación. Están sometidas a enormes regulaciones como el impedimento de distribuir dividendos a las empresas. Pero el motor que las eleva es la posibilidad de un cambio de Gobierno y de sistema económico tras las elecciones presidenciales.
Fuente: infobae