El dólar blue no para de subir desde hace días y los analistas evalúan cómo impacta esta escalada en la economía y en el bolsillo de los santafesinos
El dólar subió $42 la semana pasada, y este lunes pegó otro salto de $20. De modo que se ubicó en los $462 –en Santa Fe $468– con una brecha cercana al 110% respecto del tipo de cambio mayorista. Muy cerca del techo de $480, que algunos analistas ponían como posible tope hace pocos días, teniendo en cuenta que la brecha previa de over shooting del ilegal había estado en torno al 130%. Más allá de que esos números son elocuentes para ilustrar la actual volatilidad cambiaria, economistas advierten por estas horas que esto no es gratis para la economía y el bolsillo de los santafesinos, sino que impacta a través de la remarcación de precios, principalmente, y eventualmente, en disponibilidad de algunos productos.
“El dólar blue o paralelo es la variable de referencia para el argentino de a pie”, señala el economista de Invecq Juan Pablo Albornoz a Ámbito. Cuando tenemos sacudones en su precio, se dan remarcaciones de precios a nivel generalizado, especialmente, en todo lo relacionado a consumo de bienes durables y de la construcción.
Esto responde a que “la expectativa de que el costo de reposición pueda ser mayor hacia adelante y al riesgo de que el resto de los competidores vayan a ajustar tarde o temprano sus precios también por la perspectiva del movimiento del dólar”.
Sucede que, según el economista y director de Analytica Claudio Caprarulo, “la actual evolución del dólar blue genera mayores expectativas de una futura devaluación”. Y en ese contexto indica que en algunos sectores se frena el envío de los costos de los proveedores porque quieren esperar a que se normalice la situación para saber cuál va a ser el valor de la reposición.
“Los importadores, sobre todo, tienen problemas en ese sentido”, advierte. Porque la normativa actual del Banco Central los obliga a calcular un costo de importación que tiene en cuenta la cotización del blue y no solamente la del oficial.
En consecuencia, ante esas circunstancias, Albornoz señala que el vendedor tiene dos alternativas:
Se sienta sobre el stock y no vende hasta ver cuándo se acomoda el dólar y cómo responden las listas de precio que recibe; o remarca para no quedar descalzado frente a sus competidores y/o para no perder dinero a la hora de reponer.
Tal como apunta el economista y director de MyR Consultores, Fabio Rodríguez, “el aumento brusco del blue le pega directamente al bolsillo de los argentinos ya que traba muchos negocios y la comercialización fluida de productos con componentes importados”.
Problemas en las perspectivas de reposición
Eso, describe, genera a su vez una mayor caída en los ingresos de productos, en algunos casos, “acentuada porque el actual cepo durísimo, que impide obtener el casi ya inexistente dólar oficial”. Esa dificultad para importar se suma, entonces, a “la paralización preventiva” de muchas actividades que dejan de negociar y pasar precios por el temor de cambios bruscos en los costos de reposición.
De este modo, existe un fuerte impacto en precios, aunque, tal como aclara Albornoz “esto no implica que la causa de la inflación son meramente las expectativas, si bien reconoce que ese es un canal crucial, que puede agravar o aliviar el proceso de suba de precios”.
Con todo, tal como señala Caprarulo: “Lo que estamos viendo estos días en la aceleración de los dólares paralelos tiene su impacto en la economía”, aunque rescata el hecho de que, “lejos de un parate total, la actividad sigue funcionando y el dólar está aún lejos de los valores absolutos que alcanzó en momentos de picos máximos, como en diciembre de 2020 y de cuando se fue Martín Guzmán, en junio del año pasado” (ambos períodos, alcanzó brechas en torno al 130%).
Fuente: unosantafe