Se necesitará autorización previa para comprar tarjetas de regalo fuera del país. Algo que equivale a una prohibición de hecho
El Banco Central (BCRA) decidió darle una nueva vuelta de tuerca a las trabas cambiarias. En su reunión de Directorio puso la mira sobre uno de los últimos trucos que tenían los ahorristas minoristas para hacerse de dólares y pagar consumos online o en el exterior a precios más convenientes. Las gift cards -tarjetas de regalo prepagas- de empresas como Amazon, Apple, Wallgreens y otras eran una manera que encontraban los argentinos para acceder a bienes y servicios dolarizados o hasta para ahorrar en forma previa a un viaje fuera del país.
La Comunicación “A” 7746 publicada ayer dispone se requiere desde el viernes conformidad previa de este Banco Central para “la adquisición de tarjetas de regalo o equivalentes de tiendas o locales radicados en el exterior”, algo que ya regía para cursar pagos al exterior por el uso de tarjetas de crédito, compra, débito o prepagas emitidas en el país.
Una gift card es un medio de pago electrónico que permite realizar compras presenciales u online en comercios adheridos. En los Estados Unidos son cientos las empresas que emiten este tipo de plásticos. Lo que permiten es comprar un monto en dólares para luego utilizarlo en las tiendas de las empresas que las emitieron.
Muchas veces, incluso, servían para aprovechar promociones ya que no es raro que las tiendas estadounidenses ofrezcan tarjetas a USD 200 con capacidad de compra por USD 250 o beneficios similares. Las hay físicas o digitales, un simple código que llega a un mail.
En principio, el uso de esas tarjetas no implicaba ninguna forma de violar las normas cambiarias. Quien compraba con tarjeta una gift card pagaba el dólar tarjeta (precio minorista más 30% de impuesto PAIS y 45% de percepción a cuenta de impuestos) o el dólar turista (precio minorista más 30% de impuesto PAIS y 70% de percepción a cuenta de impuestos), de acuerdo a si sus consumos mensuales superaban o no los 300 dólares.
Pero los plásticos permitían eludir algunas normas. Por ejemplo, quien tuviera planificado un viaje y quisiera evitar pagar el dólar turista más caro, podía ir ahorrando en tarjetas de regalo por montos mensuales menores a USD 300 y así evitar el 100% de recargo.
La otra conveniencia, además de ahorrar para un viaje futuro, estaba dada por los costos impositivos. Por ejemplo, al adelantar pagos futuros con la compra de una tarjeta de regalo los viajeros adelantaban también el reintegro de la AFIP por la percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales. Por ejemplo, una persona que comprara gift cards en diciembre para un viaje en marzo recibiría el reintegro en abril de ese mismo año. Si hubiera esperado hasta el viaje, el reintegro se hubiera concretado un año más tarde.
También permitían todo tipo de estrategias como, por ejemplo, fijar el tipo de cambio. Ya sea porque se calcula el avance de entre el 6% y el 8% que lleva adelante cada mes el dólar oficial, porque se temen nuevas trabas cambiarias futuras o, directamente, porque existe incertidumbre sobre el futuro del dólar oficial, las gift cards permitían congelar el tipo de cambio.
Las gift cards, por otro lado, no eran una forma práctica de comprar dólares billete. Cuando esos plásticos eran comprados con tarjeta de crédito y la gift card es devuelta, el cajero directamente toma los datos de la tarjeta y anula la compra. No hay ninguna posibilidad de que la transformen en efectivo.
Fuente: infobae