En un informe presentado en Buenos Aires, un experto del organismo multilateral detalló los efectos de mediano plazo sobre los salarios y el empleo a raíz de las medidas adoptadas en la pandemia.
La larga cuarentena implementada por el Gobierno durante la pandemia provocó pérdidas aún no saldadas en el acceso al mercado laboral y en los ingresos futuros de los más jóvenes en la Argentina.
La caída potencial del ingreso en los chicos más pequeños puede llegar al 25% a raíz de la pérdida de tiempo y calidad en la educación, indicó el Banco Mundial.
El país, que ya registraba un importante retroceso en la calidad de su aprendizaje desde 2013, debe tomar medidas para garantizar que esos problemas se solucionen y que no quede una “huella” imborrable en los sectores más desprotegidos de la sociedad. Así lo indicó un estudio del Banco Mundial, que explicó que por cada año que se cerraron las escuelas, la pérdida de ingresos futuros ha sido del 7%.
Informes de la OCDE y de Unesco ubican a la Argentina como uno de los países con el plazo más prolongado de cierre de las escuelas entre 2020 y 2021 llegó a 322 días corridos sin clases, frente a menos de 200 de los países más desarrollados según la OCDE; y 54 semanas según Unesco. En la región, se ubicó a mitad de camino entre el cierre más extenso en Honduras y el más corto en Uruguay.
Norbert Schady, economista en jefe de Desarrollo Humano del Banco Mundial y uno de los autores principales del informe “Colapso y recuperación: Cómo la pandemia de COVID-19 erosionó el capital humano y qué hacer para recuperarlo”, indicó a Infobae que las dos consecuencias más tangibles del cierre del prolongado cierre de las escuelas sobre países como la Argentina han sido el retroceso en la calidad de aprendizaje y la pérdida en los ingresos potenciales de la población más afectada por este fenómeno.
“Por cada año de educación cursada se gana 10% más que aquel que no puede cursar. Eso significa que una persona que logró cursar un año más que otra gana más. A eso hay que sumarle la cuestión de la diferencia en la calidad educativa; en la pandemia se perdieron calidad y cantidad de educación. Pensamos que el costo de este fenómeno para los países de ingreso medio de países como Argentina es del 7 por ciento anual por cada año de educación perdida por las escuelas cerradas”, explicó.
Pérdida del capital humano
El informe indicó que “en la pandemia hubo un verdadero colapso del capital humano, y que, de no remediarse, esto supone una bomba de tiempo para los países. Específicamente, se documentan disminuciones alarmantes en el desarrollo cognitivo y socioemocional de los niños en edad temprana, lo que podría traducirse en una reducción del 25 % de sus ingresos como adultos”.
Además, se muestra que “mil millones de niños perdieron al menos un año de educación presencial en países de ingresos bajos y medianos, y que, a pesar de los enormes esfuerzos puestos en la educación a distancia, los niños no aprendieron nada durante los prolongados cierres escolares, lo que podría reducir en todo el mundo las ganancias futuras de por vida en un valor total de USD 21 mil millones”.
Sin querer discutir el complejo contexto actual del país, el experto indicó que, en una situación de altísima inflación y pérdida de ingresos, para un gobierno es complejo saber qué porcentaje de su esfuerzo lo debe poner sobre la atención de las urgencias y cuánto sobre la resolución de estos problemas de fondo. Pero fue categórico en dos definiciones:
-No se justifica que un país como la Argentina que tiene ingresos medios superiores al promedio de América Latina presente peores resultados en términos socioeducativos.
-Toda inversión que no se haga ahora para remediar esta deficiencia se profundizará en el futuro.
Según el informe, “en la Argentina, los cierres prolongados de escuelas resultaron en grandes pérdidas evidenciadas por la prueba Aprender 2021, equivalentes a casi un año de aprendizaje. Las pérdidas fueron más grandes en los estratos socioeconómicos más bajos”.
“En América Latina y el Caribe, los datos muestran una fuerte caída del empleo juvenil. Estas caídas fueron especialmente pronunciadas en el inicio de la pandemia en la Argentina, con una tasa del 11%, pero hacia fines de 2021 el empleo juvenil se había recuperado totalmente e incluso había superado los niveles anteriores a la pandemia”, indicó.
El experto exhibió una serie de gráficos sobre las políticas de asistencia durante la pandemia de los diferentes países de la región. Uno marca que, pese al énfasis que el Gobierno hizo sobre el éxito de la campaña de vacunación récord durante 2020-2021, la cobertura en la infancia se encuentra en niveles previos a la pandemia.
Fuente: infobae