Julie Kozack, vocera del FMI sostuvo en conferencia de prensa que los equipos técnicos del organismo y de la Argentina continúan “trabajando intensamente” para reformular el programa. En el Palacio de Hacienda, coinciden en que las “conversaciones son constructivas”.
Las autoridades del Fondo Monetario Internacional y del Ministerio de Economía siguen “trabajando intensamente” para alcanzar un acuerdo sobre la reformulación del programa argentino, en un contexto “muy complejo y desafiante” señaló Julie Kozack, directora de Comunicaciones del organismo, en el marco de una conferencia de prensa ofrecida este jueves en Washington. Sin embargo, se negó a dar detalles sobre el contenido de las negociaciones ya que, sostuvo, se encuentran en curso.
En el mismo sentido, fuentes del Palacio de Hacienda señalaron a Ámbito que las conversaciones “continúan progresando constructivamente de manera virtual”. También adelantaron que “muy pronto” se hará el viaje del viceministro Gabriel Rubinstein y el jefe de asesores, Leonardo Madcur, a Washington “en el marco de dichos avances”.
La vocera se refirió a las versiones referidas a que el representante de China en el FMI, Tao Zhang, habría enviado una carta a la titular del organismo, Kristalina Giorgieva, señalando que, en el caso que el Fondo no hiciera los desembolsos previstos, el país asiático estaba dispuesto a financiar estos pagos utilizando los yuanes disponibles en el swap de monedas. Kozack dijo que “no existe tal carta”.
Sin embargo, en Washington se comenta que, si bien no existe una carta, la posición del director Zhang de China, en al menos dos reuniones informales del Board, fue ofrecer el financiar a la Argentina en caso de no producirse desembolsos del Fondo.
La vocera del organismo, explicó en relación a los pagos de Argentina que “nuestra práctica general es no comentar sobre las transacciones específicas de un país miembro” . Agregó que “como hemos declarado en el pasado las autoridades argentinas se mantienen al día con sus obligaciones financieras con el FMI”.
Recordó además que el yuan “es una de las cinco monedas que libremente pueden usar los miembros del FMI y lo han usado para atender sus obligaciones”
Kozack sostuvo que el foco de las negociaciones está puesto en “alternativas para fortalecer el programa de las autoridades reconociendo el impacto de la sequía sobre la economía”. Se apunta, precisó, a “preservar la estabilidad, mejorar la acumulación de reservas, y mejorar la sustentabilidad fiscal y por supuesto proteger a los sectores más vulnerables de la población”.
Tras señalar que no revelaría detalles de las negociaciones porque se encuentran en curso, remarcó que las conversaciones son “frecuentes y que el objetivo es avanzar en el programa”.
Las negociaciones se realizan contrarreloj ya que se estima que normalmente son necesarias dos semanas desde el momento en que se llega a un acuerdo a nivel técnico y su tratamiento en el Directorio del Fondo para su aprobación definitiva. La reformulación del programa argentino debería lograrse antes de agosto, cuando el Fondo entra en el receso del verano del hemisferio norte.
Ámbito consultó a Kozack específicamente sobre los tiempos de la negociación, pero la vocera no formuló precisiones. En tanto, en fuentes del Ministerio de Economía, afirman que el viaje del equipo económico se concretará cuando el acuerdo esté por cerrarse.
Meta fiscal
Las conversaciones se llevan adelante en duros términos, según pudo saber Ámbito. Al respecto, trascendió que el chileno Rodrigo Valdés, recientemente designado el director para el Hemisferio Occidental del FMI (asumió el cargo el primero de mayo) está muy firme en cuanto a que no deben enviarse fondos frescos al país. Se especula con que sólo una intervención directa de los Estados Unidos podría cambiar esta postura.
La línea del FMI sigue insistiendo con la necesidad de llevar a cabo medidas de austeridad, según comentan en Washington, en tanto que el ministro Sergio Massa no está dispuesto a poner en juego la actividad económica, según señalan en su entorno.
Los técnicos del Fondo no aceptarían la petición del equipo económico de elevar en el orden del 2,5% del PIB la meta del déficit fiscal para el año. Por el contrario, habían planteado la necesidad de una reducción a 1,6% del desequilibrio primario.
La solución a la cual estarían arribando sería intermedia: mantener el 1,9% estipulado en el acuerdo, a pesar de que la sequía tuvo impacto en los ingresos fiscales.
Diferimiento
Cabe recordar que días atrás, el Palacio de Hacienda comunicó al Fondo que unificará los pagos correspondientes a julio a finales de mes, decisión que algunos analistas interpretaron como que no pagará al Fondo hasta alcanzar un nuevo entendimiento que destrabe los desembolsos.
Hasta el momento, el FMI viene demorando el envío de dinero a la Argentina por al menos tres razones. Una es que el país incumplió con las metas del primer trimestre, otra es que la Argentina está pidiendo el adelanto de desembolsos y la tercera es que el organismo está demandando -conforme a su política – medidas antes de realizar giros que el ministro Sergio Massa no está dispuesto a aceptar.
Cabe recordar que, en el último informe sobre el país, el Fondo señaló que el tipo de cambio oficial registraba un retraso de entre 10 y 25%. Economistas locales rechazan la efectividad de una devaluación como la solicitada por el FMI en un contexto de falta de reservas que llevaría, explican, a una suba de precios que terminaría tornando inefectiva la medida y provocaría mayor inflación y pobreza.
En medio de la negociación, se comenta que dentro del Ministerio de Economía se estuvo analizando la letra chica de los acuerdos con el FMI. Al respecto señalan que, si el país dejara de pagar, el incumplimiento recién llegaría a ser grave dentro de seis meses.
Mientras tanto, en el Palacio de Hacienda señalan que el Banco Central cuenta con la liquidez derivada de la renovación del swap de monedas con China para ir sobrellevando la situación.
Desde Economía señalan que en la última negociación en Pekín se eliminó la cláusula de aprobación del FMI para activar el segundo tramo por otros u$s 5.000 millones de dólares.
Se comenta que del primer tramo se utilizaron U$S 1.100 millones para atender el último pago al FMI, U$S 1.400 millones para importaciones y U$S 700 millones para intervenir en el mercado. Así quedarían unos U$S 1.800 millones a los que se adicionarían los U$S 5.000 millones del segundo tramo.
En suma, la conducción podría contar con cerca de u$s 7.000 millones disponibles para afrontar la demanda de divisas de corto plazo.
En estos términos, se especula con que la expectativa más probable es que el Fondo perdone los incumplimientos del primer trimestre del año y siga haciendo los desembolsos programados para evitar incumplimientos.
Desde el Palacio de Hacienda se descarta una devaluación. En estos términos, se especula con la posibilidad de incorporar un programa con un tipo de cambio diferencial no sólo para el agro sino también para importaciones de manera de reducir la expansión monetaria por diferencial cambiario.
Metas para la Argentina
Esta meta de 1,9% -de por sí exigente-, implica una fuerte restricción del gasto público. Cabe señalar que desde que se hizo cargo de la conducción económica, Massa viene llevando adelante una política de ordenamiento fiscal. Entre agosto de 2022 y mayo de 2023, el gasto público – en términos reales –se redujo 15,8% al compararlo con igual período de un año atrás. A su vez, en los primeros seis meses de este año las erogaciones cayeron 10,4%, según un informe de la consultora Analytica.
Sin embargo, esta disminución en los gastos se vio contrabalanceada por la reducción en los ingresos del Tesoro, fundamentalmente como consecuencia de la sequía que redujo una de las principales fuentes de recursos: las retenciones.
En el primer semestre del año, la recaudación total ha disminuido un 6,2% interanualmente, con caídas significativas en impuestos como Derechos de Exportación que se contrajeron 60%, de acuerdo con un estudio del IERAL – Fundación Mediterránea. En tal sentido, el trabajo señala que “Si el ritmo de ingresos y gastos se mantiene, se espera un déficit primario del 3,4% del PIB al final de 2023, superando la meta acordada con el FMI (1,9% del PIB)”.
Fuente: ambito