La entidad monetaria todavía afronta un elevado sobrecosto de 80% anual por sus pasivos remunerados. La deuda de la entidad que devenga interés representa unos USD 47.000 millones
El presidente Javier Milei remarcó en una entrevista con CNN que “en cuanto terminemos de sanear el balance del Banco Central, podamos eliminar los pasivos remunerados, en ese momento, cuando abramos el cepo, la Argentina va a empezar a despegar muy fuertemente, pero muy fuertemente. Nuestra esperanza es que podamos entrar al segundo semestre en esa condición”.
La preocupación presidencial es coherente con el trabajo que viene realizando Santiago Bausili al frente del Banco Central desde la llegada de la nueva administración en diciembre. Con la devaluación el peso de los títulos de deuda que emite el Banco Central se licuó rápido, para caer casi a la mitad, aunque la debilidad de las condiciones financieras obligan todavía a pagar altas tasas de interés y retener los pesos en el sistema, para que no desaten una nueva carrera inflacionaria y devaluatoria.
El Banco Central decidió dos importantes recortes de la tasa de política monetaria en los últimos cuatro meses. Tras el salto cambiario de 118% del 13 de diciembre, que llevó al dólar oficial a los 800 pesos, se decidió de inmediato una rebaja de la tasa directriz del sistema -que se transmite también a créditos y plazos fijos- del 133 al 100 por ciento nominal anual. Y el 13 de marzo hubo una nueva baja al 80 por ciento.
Los analistas económicos coinciden en que esta tasa continúa siendo negativa en términos reales en su competencia contra la inflación, dinámica que ayuda a disminuir paulatinamente los pasivos del BCRA. pero no se puede dejar de observar que la más nominal de los mismos es tan grande que aún con dicho ajuste la deuda sigue creciendo y puede representar una amenaza a la estabilización de las variables. En detalle, el stock de Pases pasivos alcanzaba $32,9 billones ($32.862.726 millones) y las Nobac (Notas del BCRA), unos $139.315 millones, según la última actualización oficial al 4 de abril.
Estos títulos que remuneran a la tasa presente del 80% anual suman -al tipo de cambio oficial- unos USD 38.307,7 millones. Al incorporar los Bopreal (Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre) para importadores, unos USD 8.974 millones, las deuda emitida por el BCRA totaliza USD 47.281,7 millones, una importante cifra todavía superior a las reservas internacionales brutas, cerca de los 29.000 millones de dólares.
En marzo el pago de intereses los Pases pasivos y Nobac alcanzó casi dos billones de pesos ($1.976.553 millones). Aunque viene descendiendo desde el récord de $2,57 billones de enero, solo por intereses el BCRA emitió -y reabsorbió- el mes pasado el 16% de la Base Monetaria, ahora en los 12,46 billones de pesos.
Tres motivos para recortar la tasa
Dado el alto costo de los pasivos, el Banco Central supervisa la oportunidad de aplicar un nuevo ajuste en la tasa de política monetaria que paga para reducir su peso financiero. El inicio mes de abril presenta tres factores a favor de la entidad monetaria para dar un paso más con este objetivo:
-Desaceleración inflacionaria. Las previsiones de las consultoras sitúan la inflación de marzo apenas sobre el 10%, lo que sería la tasa mensual más baja en este primer tramo de la presidencia de Milei. Este sería el tercer mes consecutivo de descenso de la inflación respecto del mes anterior y con esta tendencia podría especularse con una inflación de un dígito en abril. Aunque la inflación sigue muy alta, el paulatino descenso daría margen a una imayor laxitud para las tasas.
-Fuerte recesión. Los datos de actividad económica son preocupantes y tienen que ver con que “faltan los pesos” o que los pesos “no alcanzan”. Distender la contracción monetaria y liberar más liquidez al mercado ayudaría hoy a apuntalar más el consumo con un relativamente bajo impacto inflacionario. En otro sentido, tasas más bajas incentivarían a darle impulso al crédito y la inversión, también expansivos.
-Dólar estable. La estabilidad cambiaria siempre es un indicador que no se debe perder de vista. Cuando abunda la liquidez de pesos las presiones alcistas para los dólares paralelos son visibles. Por el contrario, la contracción real de la Base Monetaria -y su principal componente, los billetes en circulación- contribuyó a estabilizar al dólar “blue” y los financieros en la zona de los 1.000 pesos, tras haber marcado máximos cerca de los 1.300 pesos durante la última semana de enero. El inicio de mayor liquidación de exportaciones del agro -un 20% de este volumen se cursa por el mercado de valores a paridad “contado con liqui”- neutralizaría en el corto plazo la presión sobre los precios derivada de más pesos en la economía.
“Con una acumulación de reservas a todo vapor, y una cosecha que asegura una gran oferta de divisas en los próximos meses, es que continúan pinchados los dólares financieros, dado que los operadores reconocen que los flujos continúan al mando en esta etapa”, explicó el economista Gustavo Ber, titular del Estudio Ber.
“Si el IPC (índice de precios al consumidor) de marzo a conocerse esta semana se ubica en torno al 10% como dice el Gobierno sería más abajo de lo esperado y representa una notoria mejora. Sin embargo, el lado oculto es que la recesión puede ser mayor a la esperada, actuando de ancla de precios”, estimó el economista Roberto Geretto. “Si la inflación muestra otro signo de fuerte desaceleración es muy probable que haya otra baja de tasas. Esto es no solo para seguir disminuyendo la emisión endógena de dinero, sino también bajar el carry negativo en dólares del BCRA que surge del diferencial entre tasas de interés y de devaluación”, añadió.
El analista Salvador Di Stefano expresó que el dólar seguirá planchado, al menos mientras ingresen las cantidades fuertes de maíz y soja en abril, mayo y junio. La tasa de interés podría bajar en el mes de abril, en función de lo que vemos en el mercado del dólar futuro, en donde la tasa implícita está por debajo del 60% anual, y la tasa de política monetaria está en el 80% anual, mucha divergencia para que se mantenga en estos niveles. La tasa de plazo fijo en el 70% anual, estaría próxima a descender, si ello ocurre los bonos en pesos ajustados por inflación volverían a recuperar brillo”.
“No veo tan clara la recuperación (de la economía) en ‘V’, porque la recesión no es que empezó ahora en el Gobierno de Milei. Puede ser que el programa haya reforzado el proceso recesivo”, afirmó el economista Fausto Spotorno. “Lo que sucede realmente es que hay parte de la sociedad que está desahorrando en esta caída de consumo. Yo no sé si el dólar estaría tan estable si no hubiera una credibilidad sobre el Gobierno de que efectivamente va a salir del cepo”, estimó.
Fuente: infobae