Fundar presentó un trabajo en el que propone que el peso y el dólar convivan y no compitan. Para ello sugiere una serie de herramientas e iniciativas que permitirían hacer convivir a las dos monedas de manera virtuosa.
Cómo convertir uno de los problemas que más impacto e influencia viene teniendo sobre la economía argentina desde hace 50 décadas -que es la utilización del dólar para ahorrar o hacer compras de gran valor como un inmueble y el peso para las transacciones cotidianas- en una convivencia entre las dos monedas que genere un ambiente propicio para la revalorización de la moneda local, la estabilización y el crecimiento de la economía.
Este es el tema del último trabajo difundido por Fundar que propone lo que entienden es superadora de la competencia de monedas impulsada por el gobierno nacional, y lleva por título “Más allá de la competencia de monedas: hacia una convivencia entre el peso y el dólar”, que fue escrito por Jorge Carrera, Micaela Fernández Erlauer, Emiliano Libman y Tomás Canosa.
Los dólares “del colchón”
Desde hace muchísimo tiempo, el comportamiento del dólar ha dejado de ser solo un problema económico para convertirse en un problema político que ha condicionado las decisiones de todos los gobiernos.
Administrar la cantidad de dólares y tener bajo control su precio es uno de los principales objetivos, sino el más importante, de todos los presidentes desde hace décadas. El precio del dólar es la más constante influencia del comportamiento colectivo de los argentinos. Solucionar esta situación es uno de los desafíos a los que se enfrentan hasta los acérrimos enemigos políticos.
En este sentido, uno de los objetivos es dotar de las herramientas necesarias para hacer atractivo y seguro el reingreso de los dólares que los argentinos tienen guardados en el circuito formal para volcarlos en la actividad productiva a través de distintos mecanismos.
Si bien no es el único caso en el mundo que se utiliza otra moneda además de la del país, el trabajo señala que en ningún caso su utilización tiene la masividad de Argentina como consecuencia de altos índices de inflación que pulverizan los ahorros de los ciudadanos y dejan a los contratos fuera de toda lógica económica.
Tal como señalan en el trabajo, Uruguay y Perú son dos buenos ejemplos donde la existencia simultánea de varias monedas es algo relativamente común y, fundamentalmente, exitosa.
“Convivencia” por sobre “competencia”
Si bien la mayoría de los economistas piensa en un esquema donde el dólar prevalezca sobre el peso en un contexto de “competencia de monedas”, el trabajo de Fundar impulsa un esquema de “convivencia de monedas” porque “permite transformar la economía bimonetaria desordenada, cuyo funcionamiento actual es altamente ineficiente y una de las principales causas del estancamiento argentino, en una economía que se caracterice por la estabilidad económica”.
La convivencia, dicen, “busca rescatar el rol de una moneda nacional sana y robusta” y para ello es necesario, más que depender de enunciaciones políticas o legislativas, “reconstruir la relación de la sociedad argentina con la moneda nacional” para lo cual es necesario consensuar medidas “monetarias, cambiarias, financieras y fiscales que tengan el objetivo preciso y claro de brindar robustez y estabilidad al peso”.
¿Cuáles serían las consecuencias de una sólida convivencia de monedas? De acuerdo con el trabajo permitiría “formalizar y encauzar eficientemente el gran volumen de moneda atesorada por los argentinos, recuperar el rol del peso sobre bases sólidas y perdurables y evitar los extremos con la dolarización o el peso”.
Mientras la competencia de monedas busca que la moneda nacional compita en igualdad de condiciones con las monedas extranjeras son una participación menor del estado, la convivencia de monedas que propone el trabajo busca un “equilibrio” entre las monedas, se mantiene el curso legal de la moneda nacional, se la preserva como unidad de cuenta y se promueve su uso en actividades claves.
Aspectos a considerar
La propuesta de Fundar parte de la construcción de una ley que contemple que los distintos niveles del sector financiero establezcan los principios regulatorios que fortalezcan y hagan atractivo el uso del peso, además de ser considerada como la única moneda legal para hacer determinadas transacciones como el pago de impuestos y de bienes y servicios al Estado y los créditos comerciales y que se otorgan a los estados, y para la registración contable de personas humanas, jurídicas y del sector público.
La norma por construir debería establecer claramente las entidades estatales que participarán y definir claramente el rol del BCRA en el esquema que, entre otras funciones y obligaciones, tendrá como objetivo primordial y excluyente preservar el valor de la moneda y mantener las estabilidad nominal y financiera además de reivindicar su independencia, rendir cuentas ante el Congreso Nacional y tener la prohibición de otorgar créditos en cualquier moneda al Estado Nacional.
Fuente: el litoral