La prioridad para el bloque europeo de abrir nuevos canales de exportación se intensifica ante las crecientes tensiones con EE.UU por la imposición de aranceles recíprocos generalizados
Tras la suba de aranceles por parte de EE.UU y en plena guerra comercial, Finlandia y Suecia manifestaron su apoyo al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, en un contexto en que aún el tratado firmado en diciembre pasado, luego de 25 años de negociación, enfrenta resistencias.
La canciller finlandesa, Elina Valtonen, afirmó este martes: “Estamos a favor de la apertura de nuevos canales comerciales y del estudio de nuevos acuerdos de libre comercio con otras partes del mundo, y la Unión Europea está realizando un trabajo fantástico al abrir nuevas negociaciones”. “También debemos aplicar plenamente el acuerdo de libre comercio con Mercosur, que acaba de ser negociado”, añadió, según citó AFP.
Su homóloga sueca, Maria Malmer Stenergard, dijo estar “completamente de acuerdo” con las declaraciones de Valtonen.
Asimismo, el ministro de Economía y Comercio español, Carlos Cuerpo, aseguró que confía en que el tratado de libre comercio pueda ser ratificado antes de fin de año. “Esperamos que la situación actual esté siendo un acicate (incentivo) para que todos entendamos que hay que ir rápido”, sostuvo.
Estas declaraciones se dan en un marco en que el presidente de EE.UU, Donald Trump, anunció aranceles recíprocos del 20% a los productos de la UE que ingresen a territorio norteamericano. “Estamos listos para negociar con Estados Unidos. De hecho, hemos ofrecido aranceles cero para bienes industriales, como hemos hecho con éxito con muchos otros socios comerciales”, dijo Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Señaló que la propuesta fue formulada “reiteradamente”, pero la idea no generó una “reacción adecuada”.
Previamente, en la UE habían manifestado estar dispuestos a imponer aranceles por USD 28.000 millones a productos estadounidenses en respuesta a la medida de Trump.
Así, en términos geopolíticos, la UE está particularmente interesada en estrechar lazos con el continente americano. El acuerdo Mercosur- UE, de ratificarse, se conformaría un mercado de bienes y servicios de más de 700 millones de consumidores. A partir del acuerdo y pese al intento frustrado de rúbrica en 2019, la UE eliminaría los aranceles para el 92% de las exportaciones del Mercosur y el bloque sudamericano suprimiría aranceles para el 91% de las importaciones que se realicen desde el continente europeo.
Cabe destacar que, según datos del servicio de estudios estadísticos de la Comisión Europea (Eurostat), el intercambio comercial entre ambas regiones supera los 109.500 millones de euros (USD 115.904 millones) anuales.
Desde el bloque europeo habían señalado que el acuerdo serviría para:
- Eliminar barreras comerciales y facilitar a las empresas de la UE la venta de bienes y servicios al Mercosur, así como simplificar las inversiones
- Garantizar un acceso sostenible a materias primas, fortaleciendo la seguridad económica y apoyando la doble transición verde y digital
- Permitir que la UE y el Mercosur definan reglas comerciales globales alineadas con los más altos estándares europeos
- Enviar un mensaje contundente al mundo a favor del comercio basado en reglas, rechazando el proteccionismo
- Integrar aún más las cadenas de valor entre ambas regiones, ayudando a que las industrias de ambos lados mantengan su competitividad en el mercado global
- Proyectar valores a través de obligaciones sobre comercio y desarrollo sostenible, incluyendo el cambio climático y los derechos laborales
En cuanto a los beneficios para las manufacturas argentinas, desde Cancillería apuntaron a la reducción de aranceles y la aplicación del régimen para ciertos productos, mientras otros obtendrán ventajas comparativas para su exportación.
En el caso de cítricos, hortalizas y algodón regirá el libre comercio, el cual será implementado de modo gradual, en un plazo de 4 a 10 años. Para los vinos nacionales, la UE irá mermando los aranceles hasta su eliminación total en un período de 8 años. El agro y el sector energético serán los más beneficiados.
Como novedad en relación al acuerdo de 2019, la firma incluye un fondo de 1.800 millones de euros para apoyar una “transición justa, verde y digital en los países del Mercosur, como parte de la estrategia Global Gateway”.
Pero Francia encabeza un grupo de países europeos que se oponen a su ratificación. De hecho, la ministra francesa de Agricultura, Annie Genevard, consideró este martes que el pacto no es “un remedio” a los aranceles de Trump.
Sucede que París considera que algunos de sus sectores, especialmente la agricultura y la ganadería, podrían verse perjudicados por una competencia desleal debido a que los países del Mercosur no estarían sujetos a las mismas exigencias sanitarias y medioambientales.
“El Mercosur era malo ayer y sigue siéndolo, en mi opinión, para los cruciales sectores agrícola y agroalimentario de nuestro país”, dijo Genevard en ese sentido.
Fuente: infobae