Empresarios del sector de electrodomésticos destacan signos de estabilidad, aunque con incertidumbre. Los consumidores, más cautelosos, analizan con mayor detalle sus compras ante el ajuste económico.
Pasada más de una semana desde el levantamiento parcial del cepo cambiario, empresarios del sector de electrodomésticos advierten que el panorama comienza a mostrar ciertos signos de estabilidad. Si bien persisten algunas incertidumbres, el impacto inicial se va disipando y el mercado empieza a encontrar cierto equilibrio.
Aunque los vaivenes del dólar siguen generando atención y cautela, la expectativa generalizada entre los actores del sector es que el nuevo esquema cambiario aporte mayor previsibilidad. Se percibe un cambio claro en el comportamiento de los consumidores, que hoy se muestran más analíticos y cautelosos al momento de decidir una compra; una actitud influenciada, naturalmente, por el impacto del ajuste en el bolsillo.
Este fenómeno se refleja en Santa Fe, donde el consumo exhibe una dinámica particular, aunque marcada también por ventas que no son buenas.
“Estamos mucho más cerebrales todos”, afirmó Roberto Slobodianuk, representante de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) y referente del rubro. Según explicó, las ventas atraviesan un momento “muy tranquilo”, signado por la expectativa y la necesidad de observar cómo evoluciona el escenario económico.
“En el rubro de electrodomésticos no hemos sido la excepción a las variaciones y turbulencias que se produjeron inmediatamente tras el anuncio de la salida de lo que nosotros llamamos ‘cepito’”, explicó Slobodianuk en referencia al levantamiento parcial del cepo cambiario.
Sin embargo, aclaró que esta flexibilización afecta por ahora solo a personas físicas y no a empresas. “Usted sabe que en este rubro hay multinacionales, hay insumos y productos importados, entonces entra en otra categoría donde todavía no está muy claro el tema”, remarcó en declaraciones al programa “De10”.
El efecto inmediato fue de cautela. “Cada empresa tomó una actitud distinta en base a su experiencia y realidad. Con el correr de los días, se acomodaron, volvieron para atrás”, señaló. Esta reacción diversa generó situaciones insólitas, donde algunos productos mantuvieron su valor pero sufrieron aumentos en insumos secundarios.
“El lavarropas de la reconocida marca que trabajamos se mantuvo en el precio, pero nos mandan a decir que el telgopor y ese film de alta densidad con el que vienen embalados tuvo un aumento significativo que hace que se genere un aumento anexo”, ilustró. Y sumó otro ejemplo de otro rubro: “Anoche hablaba con mayoristas de alimentos y me dice: ‘el puré de tomate bajó, pero aumentó la botella de vidrio’”.
En ese marco, Slobodianuk describió una realidad cambiante y sin patrones estables: “Lo que nosotros podemos hablar hoy son realidades del día a día”.
Sobre la evolución de precios, explicó que en la última semana hubo incrementos moderados: “Hubo un aumento del 4 al 6 por ciento, no fue más que eso. Después dijeron: damos marcha atrás, los acomodamos, damos una bonificación, como se acostumbra a hacer en estos productos”. De esa forma, muchos valores volvieron prácticamente a los niveles anteriores.
Además, detalló que algunos fabricantes venían trabajando con precios atados a un dólar desactualizado: “Había una marca de heladeras que hasta hoy mantenía todavía un dólar de febrero de 2024. No aumentaron el precio, pero tampoco bajaron el dólar. Ellos también vinieron para atrás”, indicó.
El stock y el contexto de baja demanda también juegan un rol clave. “Ya no se vendía, imagínese si incrementamos los precios”, reflexionó Slobodianuk, y explicó que el freno en la rotación de productos puede derivar en consecuencias negativas para toda la cadena. “Es un círculo vicioso: si el que tiene la heladera no la vende, no va a producir más; si no produce más, tiene que desprenderse de sus empleados, y ese empleado a su vez es cliente nuestro en la ciudad. Es como el perro que se muerde la cola”, graficó.
Consultado sobre el ánimo del consumidor, fue contundente: “Estamos mucho más cerebrales todos. Se ha transmitido esa sensación de que hay que esperar, analizar, no hay que salir corriendo”. En ese sentido, consideró que el escenario actual es de “expectativa” y, a pesar de la cautela, valoró esa actitud: “Creo que estamos entrando en un escenario de ver cómo evoluciona esto, y eso es sano”, cerró.
Fuente: diario uno