Los números del consumo masivo siguen en caída libre. Con una inflación que sigue alta y con salarios que no logran recuperarse en términos reales, los consumidores mantienen la extrema cautela a la hora de comprar que los viene caracterizando desde mediados del año pasado. En abril, las ventas en supermercados y autoservicios independientes se derrumbaron más del 6% respecto del mismo mes del año pasado y acumularon una contracción del 7,1% en los primeros cuatro meses del año.
El plan de precios “esenciales” hoy representa casi 1% de la canasta to
En cuanto a los rubros, aunque todos los que mide la firma caen en términos interanuales y en el acumulado, algunas categorías dentro de cada uno dan positivo. Es el caso de harinas, pastas finas o galletitas. Es lo único que crece, y en los últimos meses comenzó a percibirse que en los tickets donde había compra de galletitas también se registraba la de picadillo de carne o paté, lo cual estaría indicando que se está consumiendo como almuerzo o cena.
Precios esenciales
Sobre el plan de productos “esenciales”, Del Río especificó que la canasta de 64 productos pasó de pesar 0,65% del total en enero a 0,90% en abril, con sólo diez días de aplicación del plan. “En ese período, se incrementó la participación un 20%, lo cual es mucho. Casi un 1% sobre el total de lo que se vende es un montón, lo cual demuestra que da resultado, al igual que el resto de los productos de precios cuidados, las marcas propias y las más baratas. Las líderes igualmente siguen pesando no menos del 60% y mucho tiene que ver con las estrategias promocionales”, aseguró el director de Scentia.
En el encuentro de hoy, Del Río también se refirió a los proyectos de ley para controlar la presencia de las grandes marcas en las góndolas de los supermercados. Para alegría de las empresas de consumo masivo y de los supermercados, volvió a fracasar la sesión del plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, en la que se esperaba obtener dictamen favorable a un proyecto unificado sobre el tema. Pero nuevamente fracasó, por falta de quórum.
“Es una muy mala idea que va a generar el efecto contrario al que se busca. Va a generar quiebres, fomentará la informalidad y generará una disminución de recursos o un aumento de precios para mantener los recursos. Tanto en la industria como en las cadenas tienen la misma preocupación”, planteó Del Río en su exposición.
La industria estima que una norma de estas características podría generarle un 30% menos de volumen. Y cada punto que el canal de supermercados le gana al sector informal (65% hoy trabaja en negro) representa más de $3.000 millones de recaudación nacional, aseguran en el sector.
Fuente: infobae.com